Por: Anabel Mazorra Vazquez
Fotos: Facilitadores del espacio
Arquidiócesis de Santiago de Cuba, Centro Loyola Santiago, 19 de noviembre de 2018 / Durante los días 9, 10 y 11 de noviembre del presente año se realizó la primera convivencia familiar del Centro Loyola de Santiago de Cuba en el campismo “Las golondrinas”. Seis familias conformaron el grupo, guiado por tres facilitadores. A esta experiencia le anteceden dos años de formación, a través del taller “Madres y padres efectivos” en diferentes ediciones. Su intención era consolidar conocimientos y habilidades que se habían ofrecido en los talleres precedentes y por consiguiente evaluar su impacto a largo plazo.
El grupo de coordinadores se propuso crear un espacio diferente, en el que madres, padres, hijas e hijos se regalaran un tiempo de juego, trabajo conjunto, reflexiones, obsequios afectivos, diversión; donde los lenguajes del amor estuvieran a flor de piel. Descubrir lo que les complace, o no, en las relaciones cotidianas, aquello que es o no efectivo en la educación de los hijos, los errores que se cometen y las posibles soluciones para ello; fue un quehacer permanente. Las siguientes frases son algunos de los comentarios textuales al respecto:
“Es importante la forma en que nos comunicamos con nuestros hijos, pues en ocasiones creemos decirles los mensajes claros y en verdad no es de ese modo, por otra parte ellos también tienen una forma diferente de ver el mundo de acuerdo a cada una de las etapas de la vida por las que transitan y de ese mismo modo nos dan la información de lo que perciben”
“Es importante tener en cuenta los elementos que pueden facilitar una buena comunicación y las barreras que pueden dificultarla.”
“Hay que ver lo que se le dice a los hijos y lo que ellos interpretan del mensaje que le queremos llevar.”
“Yo doy órdenes, explico pensando en el hoy, no en mañana… ¡tengo que interiorizar eso!”
“Yo sí pienso bastante en la herencia y me mortifican los hábitos de vida, tengo patrones de amor en la familia y buena comunicación.”
“Su padre quisiera que ella aprendiera que la familia es el lugar más importante.”
“(…) que ante los avatares de la vida tenemos que estar unidos como familia, amándonos.”
“Es bueno ver a la familia como refugio, como punto de referencia del amor, la solidaridad y la identidad.”
“Yo tengo la autoridad pero doy la posibilidad de que se expresen.”
“Me está costando trabajo mantener la sistematicidad en la formación de hábitos.”
En el intercambio con los niños se privilegió el trabajo en equipo para desarrollar el respeto a las normas, el valor de la amistad y la solidaridad, así como el sentido de pertenencia a la familia.
Muchas son las anécdotas que se pudieran contar. Todas dan cuenta de una buena cohesión grupal, excelente integración y participación en las actividades por grupos y con los facilitadores, de una retroalimentación de saberes y experiencias, reflexiones interesantes, compartir e intercambio. Se pusieron de manifiesto muchos valores tanto en el grupo de padres como en el de los niños como ejemplo, la solidaridad, el compañerismo y el respeto por el otro etc.
En la despedida afloraron hermosas emociones hacia unos y otros, además del inmenso agradecimiento por la experiencia vivida aún cuando muchas interrogantes quedaron para responder en casa, pero el mayor desafío está en crecer para, de esa manera, cultivar los hábitos de amor y el cuidado de la vida.