Por: Lilianna Vicario Torres
Fotos: Erick Guevara
Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 5 de mayo de 2017/ El lunes 1° de mayo, a las 4:30 de la tarde; en la comunidad ubicada en El Brujo 1 (San Pedro y San Pablo), como ya se ha hecho habitual en esta fecha, se reunió un grupo numeroso de personas que integran las comunidades desde San Juan, hasta la más lejana en María del Pilar, (todas las comunidades de la parroquia San José Obrero). Niños, adolescentes, jóvenes, adultos y las personas de más experiencias unidos en celebración.
Un motivo de alegría y festejo los unía; la solemnidad del santo patrono de la parroquia: San José Obrero, el hombre justo, protector de su familia y de la nuestra, digno ejemplo en el trabajo humilde y en lo que a derechos y deberes de los obreros se refiere, es constancia en el esfuerzo, es la propia dignidad del hombre, es la realidad latente de que el hombre es más valeroso por lo que es que por lo que tiene. Sobraban los motivos para ofrecer a Dios el trabajo realizado en el espíritu de quien fuera fiel trabajador en la viña del Señor.
Todos los presentes dispusieron sus corazones para la celebración de la santa misa, en la que el padre Yosbel Lazo ofreció el trabajo misionero de la parroquia, el de cada uno de los presentes y pidió la intercesión del patrono para que sea reconocido el valor del trabajo que realizan las personas más sencillas, por la dignidad de los trabajadores en el mundo, porque no falte el trabajo honrado en la familia.
En la homilía destacó el trabajo realizado por el padre Oscar, quien hace más de 20 años atrás impulsara el nacimiento de la parroquia misionera, junto a los hermanos de La Salle, la hermana Vilma y un grupo de misioneros de la parroquia de Santa Teresita (llamada parroquia madre), que fundaron las primeras comunidades.
Resaltó el trabajo de las hermanas Calcuta, Sociales y Sopeña. Agradeció a Dios porque ya la parroquia cuenta un equipo de misioneros, surgido de los propios miembros de las comunidades, que salen a llevar la Palabra a las comunidades en la zona de campo.
Durante la celebración hubo momentos muy bonitos, dentro de los que destaca el baile ofrecido por una pequeña pareja de niños del proyecto que impulsa la hermana Nora, que da testimonio del trabajo de la parroquia, así como la oración a San José Obrero rezada por animadores de las diferentes comunidades.
Queda, como instó el párroco, el propósito de seguir e imitar la vida de San José Obrero, para que al caminar como parroquia misionera, sea firme el paso en el trabajo de formación, en el conocimiento de la vida de Jesús y en la vida del obrero auténtico y único hombre que compartió el mismo oficio con el hijo de Dios.