Por: P. Rogelio Dean Puerta, párroco de Baire
Con el lema: “El bautismo nos enciende el corazón para vivir la comunión” la Pastoral Juvenil santiaguera comienza su camino en las parroquias rumbo a la JMJ nacional que tendrá por sede la arquidiócesis de Santiago de Cuba en agosto del 2019. Y es que la Pre-jornada nacional ha querido partir animando desde la base, donde se pondrán todos los esfuerzos en una pastoral de conjunto para trabajar no en base a un evento, sino a un proceso serio de conversión y de experiencia de Dios en el tiempo, que lleve a la durabilidad de una opción y al compromiso.
La parroquia de San Bartolomé de Baire, la tierra donde los jóvenes católicos cubanos de ayer, dieron “el histórico grito de libertad”, ha puesto a funcionar el reloj en cuenta regresiva hacia el magno evento en la arquidiócesis primada de Cuba. ¿El día elegido? ¡El cumpleaños de la Iglesia!
En horas de la tarde del domingo 20 de mayo, más de dos centenares de personas de la localidad bairera colmaron su templo en construcción para celebrar la Solemnidad de Pentecostés. La Eucaristía fue presidida por el arzobispo Mons. Dionisio García, en la cual participó también el P. Eduardo Redondo, SOD, asesor diocesano de la Pastoral Juvenil, quien trajo la bella Cruz de la JMJ nacional entregada por La Habana a Santiago.
La impronta juvenil fue marcada en esta Misa con las Confirmaciones de 16 jóvenes de esta parroquia, quienes junto a otros jóvenes presentes recibieron la Cruz JMJ que estará peregrinando por las 16 parroquias con las que cuenta la arquidiócesis poniendo ritmo a la Pre-JMJ. Junto a los jóvenes también recibieron el sacramento de la Confirmación otros 27 hermanos de diversas edades de la parroquia.
Justa oportunidad para que el arzobispo lanzara la Misión parroquial de Verano hacia el municipio de III Frente con el lema: “La Caridad va a tu encuentro”. Lema que pronostica una soñada visita de la Virgen peregrina, pendiente en este municipio serrano del norte de la Sierra Maestra donde cayera el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, cuya labor pastoral está delegada al terruño bairero.
Espiritualidad, Formación y misión se dan la mano en Santiago de Cuba, desde allí donde comienza su territorio, para reafirmar la pasión de una juventud que no es ni mejor, ni peor que la de ayer, sino…apenas diferente.