Por: María C. López Campistrous
Fotos: Belice Blanco P. Jorge Catasús
Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 5 de diciembre de 2017 / Entre el 29 de noviembre y el 2 de diciembre se celebró el Encuentro Diocesano de Historia, como parte de la celebración diocesana por los 500 años de haber sido erigida la primera diócesis en Cuba, el 11 de febrero de 1517 por el papa León X en Baracoa, y que en el año 1522 fuera trasladada a Santiago de Cuba por el papa Adriano VI.
Las sesiones del Encuentro se realizaron en la Catedral y el último día en la Capilla San Basilio, otrora capilla del Seminario San Basilio Magno y que actualmente se encuentra en los predios del Centro Prat Puig de esta ciudad, y contaron con la presencia ininterrumpida de Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba.
El bien organizado programa, permitió la exposición de las ponencias presentadas, veintitrés en total, que abarcaron un amplio abanico interesantes temas: arte, música, educación, medicina, acción pastoral de ilustres prelados de nuestra Arquidiócesis (Mons. Fray Diego Sarmiento, San Antonio Ma. Claret, Mons. Barnada y Mons. Pedro Meurice), fundación de parroquias, prensa escrita, el Seminario San Basilio Magno… Invitados especiales Mons. Ramón Suárez Polcari y MSc. Delia M. López Campistrous, de la Arquidiócesis de La Habana.
Hubo dos momentos de especial reconocimiento. El primero al Dr. Hebert Pérez Concepción, Profesor Titular de la Universidad de Oriente, a quien el día antes le había sido conferido el Premio Nacional de Historia, prestigioso lauro que cada año entrega la Unión de Historiadores de Cuba, y que en palabras de la Dra. Olga Portuondo, Historiadora de la ciudad de Santiago de Cuba, ha comenzado a reconocer en sus últimas entregas la labor de investigadores e historiadores del oriente cubano. El segundo al historiador santiaguero Alcibiades Poveda, recientemente fallecido, de quien fueron leídos sus apuntes sobre “Colegios católicos en Santiago de Cuba”, investigación que dejó inconclusa.
Jornadas de lujo… llamado para que sacerdotes, religiosas y fieles todos para aprovechar al máximo oportunidades como ésta, de conocer y profundizar en la historia de la Iglesia, en la historia de la “familia diocesana” para servirla y amarla más.