Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, Domingo XX del Tiempo Ordinario, 20 de agosto de 2023

Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, Domingo XX del Tiempo Ordinario, 20 de agosto de 2023

Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Domingo XX del Tiempo Ordinario, 20 de agosto de 2023

“Mujer, qué grande es tu fe; que te suceda como deseas” Mateo 15, 28

Hermanos,

¡Qué bueno es encontrarnos los domingos la comunidad de hermanos para darle gracias a Dios porque Cristo se hace presente!, actualizamos esa salvación de Dios sobre todos los hombres, el rescate que Dios ha tenido para con nosotros. Y qué bueno es hacerlo aquí en el Santuario de Nuestra Madre la Virgen de la Caridad, ya solamente por eso, es un día especial para dar gracias.

El domingo pasado dijimos que cada domingo las lecturas tienen como un tema conductor, y el domingo pasado nos dimos cuenta que era el encuentro con Dios, y que ese encuentro con Dios se reflejaba en las tres lecturas, y cada una de ellas pues, nos hablaban de la necesidad del encuentro con Dios.

En las lecturas de hoy yo diría que el tema clave es que la gracia de Dios, la revelación de Dios, la salvación de Dios, viene para todos los hombres de todas las épocas, de todas las razas, de todas las posiciones, es decir, sin hacer distinción. Todos los hombres, las mujeres, los niños, los jóvenes, los adolescentes, todos estamos convocados a encontrarnos con Dios. No es que la revelación venga para un grupito de personas, para los elegidos, no Dios nos llama a todos. Lo que desgraciadamente, hay algunos que lo rechazan, pero no voy a hablar de eso; voy a hablar de aquellos que tal vez nunca han oído hablar de Dios, o cuando oyen a hablar de Dios, del mensaje de Jesús, pues entonces lo oyen hablar de manera distorsionada y no van a las fuentes, a la Palabra de Dios, a la historia del cristianismo que nos habla de la presencia de Jesús. (more…)

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Eucaristía Domingo XX del Tiempo Ordinario, 20 de agosto de 2023

Eucaristía Domingo XX del Tiempo Ordinario, 20 de agosto de 2023

Eucaristía Domingo XX del Tiempo Ordinario, 20 de agosto de 2023
Desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre

“Mujer, qué grande es tu fe; que te suceda como deseas” Mateo 15, 28

Transmisión de la Eucaristía por el canal de YouTube de la Parroquia del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba y el P. Fidel Eugenio Castellanos Pesantes, Rector de la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.

 Agradecemos a todos los que hacen posible esta transmisión, a los que ponen su trabajo y talento al servicio de la comunidad.

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Irradia, emisión del 13 de agosto de 2023

Irradia, emisión del 13 de agosto de 2023

Irradia, emisión del 13 de agosto de 2023
Transmitido por CMKC, Emisora
​​Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Domingo XIX del Tiempo Ordinario

“Tranquilícense y no teman. Soy yo” Mateo 14, 27

(Música, No teman que Soy Yo, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, No teman que Soy Yo, Javier Brú)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

Acuérdate, señor, de tu alianza, no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa. No olvides las voces de los que te buscan. Dios todo poderoso y eterno, a quien, enseñados por el Espíritu Santo, invocamos con el nombre de Padre, Intensifique en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida. Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, como siempre, una alegría, un placer, un gozo, poder compartir con ustedes este pedacito de la mañana del domingo, y compartir la palabra de Dios, esa palabra de Dios que nos ha acompañado a lo largo de la semana que ha terminado, y que nos va a acompañar a lo largo de toda la semana que ahora comienza, la palabra de Dios que nos ilumina, que nos sostiene, que nos fortalece, que nos levanta, que nos ayuda.

Estamos en el domingo el día del Señor, le dedicamos este ratico, a aquel que nos dedica todos los ratos, porque el Señor está siempre ahí, el Señor está siempre presente.

La lectura del evangelio de hoy nos va a hablar y nos va a hacer reflexionar un poco sobre esa realidad. Vemos hoy a los apóstoles asustados y llenos de asombro al descubrir que Jesús es el Señor todo poderoso, el Hijo de Dios. También el profeta Elías había sentido un miedo semejante cuando se encontró con el Señor en el monte de Dios que se había revelado a Moisés. San Pablo, en la segunda lectura, vuelve sobre el tema del destino de los judíos, señalando que a pesar de que no han reconocido a Jesús como el Salvador, siguen siendo el pueblo que recibió las promesas de Dios, y del que nació Jesucristo, porque Dios nunca se olvida de sus promesas.

Cada uno tiene su camino, cada uno tiene su momento, y todos los momentos son de Dios. Las cosas ocurren cuando deben ocurrir, cuando Dios lo permite. Por eso el pueblo de Dios, el pueblo judío, sigue conservando la palabra de Dios y hace su camino, y el Señor sigue haciendo el camino con él. Hasta un día en que puedan encontrarse con Jesús, que es el camino, la verdad y la vida.

El evangelio de hoy, el que nos propone la liturgia de este XIX domingo del tiempo ordinario, está tomado del Evangelista San Mateo, en el capítulo 14, versículos del 22 al 33. (more…)

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Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, Domingo XIX del Tiempo Ordinario, 13 de agosto de 2023

Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, Domingo XIX del Tiempo Ordinario, 13 de agosto de 2023

Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Domingo XIX del Tiempo Ordinario, 13 de agosto de 2023

“Tranquilícense y no teman. Soy yo” Mateo 14, 27

Hermanos,

Si podemos buscar un tema en las lecturas de este domingo, podríamos resumir lo así, Dios siempre se hace encontradizo con los nosotros hombres y las mujeres de ese tiempo, y de todos los tiempos, y lo que hace falta es que nosotros le busquemos. Puede ser que él se haga encontradizo, quiere que le encontremos, pero, sin embargo, nosotros pues no ponemos nuestro empeño en establecer una relación con él. Podemos decir que las tres lecturas tocan el tema de Dios que se hace presente en su Gloria y Su Majestad, en su palabra, en los Sacramentos, en la iglesia, Dios se hace presente y nosotros muchas veces entonces no aceptamos esa presencia o no le damos importancia a esa presencia y dejamos pasar la oportunidad.

Eso le puede pasar a cualquiera; eso le pasa lo mismo una persona que nunca ha ido a la iglesia pero que esté en búsqueda o a lo mejor no, es difícil que no haya una persona que se plantea aquello de Dios está presente en mi vida, existe, no existe. Es difícil eso, no lo concibo, aunque sea para negarlo. Pero, en la misma iglesia podemos llevar mucho tiempo escuchando la palabra de Dios, y sin embargo no nos percatamos de que está hablando en ese momento personalmente a nosotros. (more…)

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Eucaristía Domingo XIX del Tiempo Ordinario, 13 de agosto de 2023

Eucaristía Domingo XIX del Tiempo Ordinario, 13 de agosto de 2023

Eucaristía Domingo XIX del Tiempo Ordinario, 13 de agosto de 2023
Desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre

“Tranquilícense y no teman. Soy yo” Mateo 14, 27

Transmisión de la Eucaristía por el canal de YouTube de la Parroquia del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba y el P. Camilo de la Paz Salmón Beatón, párroco de Santa Lucía.
Agradecemos a todos los que hacen posible esta transmisión, a los que ponen su trabajo y talento al servicio de la comunidad.

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Irradia, emisión del 6 de agosto de 2023

Irradia, emisión del 6 de agosto de 2023

Irradia, emisión del 6 de agosto de 2023
Transmitido por CMKC, Emisora
​​Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Domingo XVIII del Tiempo Ordinario

“Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escúchenlo” Mateo 17, 5

(Música, La Transfiguración, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, La Transfiguración, Javier Brú)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

Apareció el Espíritu Santo en una nube luminosa, y se oyó la voz del Padre Celestial que decía, este es mi Hijo, muy amado, en quien tengo puestas mis complacencias, escúchenlo.

 Dios nuestro, que, en la transfiguración gloriosa de tu Unigénito, fortaleciste nuestra fe con el testimonio de los profetas, y nos dejaste entrever la gloria que nos espera como hijos tuyos, concédenos escuchar siempre la voz de tu Hijo amado, para llegar a ser coherederos de su gloria. El que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, una alegría, un gozo, poder compartir con ustedes este te pedacito de la mañana del domingo, y compartir la palabra de Dios, ésa que nos ha fortalecido toda la semana que ha terminado, y que nos va a seguir fortaleciendo para comenzar la nueva semana.

El día de hoy, en que celebramos la Fiesta de la Transfiguración del Señor, las Sagradas escrituras nos presentan este hecho maravilloso en tres formas diferentes. En la primera lectura, el profeta Daniel ve a alguien semejante a un hijo de hombre. En el Evangelio, San Mateo nos presenta el hecho mismo, presenciado por tres de los apóstoles. Y en la segunda lectura, San Pedro habla de lo que vio con sus propios ojos. Es decir, tenemos una profecía. el hecho mismo y el recuerdo de la Transfiguración del Señor.

El Evangelio de hoy está tomado del Evangelista San Mateo, en el capítulo 17, versículos del 1 al 9.

Lectura del evangelio de San Mateo, capítulo 17, 1-9)

El evangelio de hoy nos presenta a Jesús Camino a Jerusalén. No era extraño, muchas veces, Jesús fue con sus apóstoles, con sus discípulos a Jerusalén. Pero este sería el último viaje de Jesús. Allí lo esperaría, la Pasión, y la Muerte. Él sabía. Quizás no exactamente qué ocurriría, pero sabía que iba a ser un momento particular, un momento de prueba, un momento duro, para él. Pero también para sus apóstoles y para sus discípulos. Por eso les va explicando, para que puedan ir comprendiendo poco a poco. Los va fortaleciendo para que cuando llegue el momento de la prueba puedan enfrentarla.

Y el evangelio nos narra cómo se lleva con él a Pedro, a Santiago y a Juan, lo alto de un monte. Y allí se transfigura. ¿Qué quiere decir esto? Se les muestra con toda su gloria. Nos dice el Evangelista, su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. Se les mostró con toda la gloria del Hijo de Dios. Aquel que después verán, perseguido, calumniado, cargado con una cruz como un malhechor, ensangrentado, colgado de una cruz, muerto, se les muestra ahora con toda su gloria. Y no solamente eso, sino conversando con Moisés y Elías, la ley y los profetas, los que dan testimonio de Él.

El siervo doliente, él es el siervo doliente. Pero no solo Moisés y los profetas, sino se oye la voz de Dios, su Padre, que dice, este es mi Hijo amado, escúchenlo. Aunque parezca derrotado, aunque parezca vencido, aunque parezca que todo ha terminado, escúchenlo. Les da ese recuerdo, para que en el momento de la prueba puedan acudir a Él y encontrar en Él fuerza para seguir adelante.

Es cierto que en el momento de la Pasión se dispersarán, solo Juan estará a los pies de la cruz del Maestro. Y no solo eso, sino que uno de sus apóstoles lo entregará, Judas Iscariote. Y no solamente eso, sino que uno de sus apóstoles, Pedro, lo negará y lo negará tres veces. Pero a pesar de eso, a pesar de su temor, a pesar de su miedo, se mantendrán unidos. Encerrados, escondidos, con la puerta y las ventanas cerradas, pero algo más fuerte que ellos los mantiene unidos. No se dispersan, no se van cada uno por su lado. Y allí el Señor Resucitado los encontrara. Se aparecerá en medio de ellos.

La transfiguración no es un espectáculo que Cristo quiere dar. Es la preocupación del Señor por sus apóstoles y por sus discípulos, para que puedan seguir adelante, para que puedan levantarse después que caiga. Para que recuerden que Él es el Señor, que todo no ha terminado, que la esperanza que Él encendió en su corazón se mantiene viva. Es lo que hace el Señor con nosotros. ¿Cuántas experiencias hermosas tenemos en nuestra vida de fe? Cada uno piense. Cada uno mire dentro de sí. Cuántos momentos en que el Señor lo hemos sentido ahí a nuestro lado, dándonos la mano, levantándonos, fortaleciéndonos. Cuántas veces nos hemos preguntado ¿Cómo he podido seguir adelante? ¿Dónde encontré la fuerza? Y la respuesta es, en el Señor.

En el Señor que estaba ahí, en el Señor que se preocupa, como el evangelio de hoy, nos enseña que se preocupó por sus apóstoles y por sus discípulos, por nosotros que vendríamos después. Él va el camino a la prueba, al dolor, a la pasión, al sufrimiento que le llevará a decir Padre, si es posible, que pase de mí este cáliz, que le hará sudar gotas como de sangre. Pero en el primer lugar, piensa no en Él, sino en aquellos que le han sido confiados. Hasta ahí llega el amor del Señor, que deja de pensar en Él para pensar en ellos, que deja de pensar en Él para pensar en nosotros. Que no es indiferente ante nuestros dolores, sufrimientos y pruebas, que está ahí, no para adormecernos, sino para despertarnos, para iluminarnos, para fortalecernos, para ayudarnos a seguir adelante, a vivir el mandamiento del amor.

Pedro se queda como turbado. Y le dice, Señor, hagamos tres chozas una para ti, una para Moisés y otra para Elías. Quedémonos aquí. El Señor no le responde. Simplemente los cubre una nube y la voz del Padre que dice, escúchenlo, porque es mi Hijo en quien me complazco. No los llevó allí, para hacer tres chozas, para quedarse allí complacidos, consolados, tranquilos. No, los llevó allí para fortalecerlos, para que ellos después pudieran confirmar a sus hermanos en la fe, para que ellos también pudieran consolar a sus hermanos y fortalecerlos para seguir adelante.

Por eso la iglesia ha podido vivir dos mil años de historia en medio de tantas tormentas, de tantas dificultades. En momento en que parecía que la barca de Pedro iba a naufragar, ha seguido adelante. Porque es el Señor. El Señor que se nos muestra, el Padre que nos dice, este es mi Hijo, no hay otro no hay otro camino, Él es el camino, la verdad y la vida, Él es el Señor. Y entonces, podemos ponernos en pie, abrir las puertas, abrir las ventanas y salir, anunciar a Cristo, muerto y resucitado, vivo en medio de nosotros.

La fiesta de la transfiguración es una fiesta de ese amor de Dios, que piensa en nosotros antes que en nada más. Él nunca nos faltara. Confiemos en él. Que así Él nos lo conceda.

 (Música, Transfigúrame, DR)

Ahora, hermanos, renovemos nuestra profesión de fe, pidiéndole como siempre al Señor, Señor, ayúdanos a vivir conforme a la fe que profesamos para que demos testimonio, no solo con la palabra, sino con la vida.

¿Creen en Dios Padre todo poderoso creador del cielo y de la tierra? Sí, creo.

¿Creen en Jesucristo su único hijo nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, padeció, murió, resucitó? Y está sentado a la derecha del Padre. Sí, creo.

¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? Sí, creo.

Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús nuestro, Señor. Amén.

Y ahora presentemos confiados nuestras súplicas al Señor que siempre nos escucha, que siempre nos responde.

En primer lugar, por la iglesia de la que formamos parte todos y cada uno de nosotros, para que como en el monte de la transfiguración, así como el Señor se preocupó por sus apóstoles y sus discípulos para fortalecerlos, también nosotros cristianos nos ocupemos por fortalecer la fe de nuestros hermanos, y ayudarlos a seguir adelante y a levantarse cuando han caído. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por el aumento de las ocasiones sacerdotales, religiosas, diaconales, laicales, para que sepamos responder a la llamada del señor a servirlo en los hermanos particularmente en los más frágiles y necesitados. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por nuestros jóvenes que están participando de la Jornada Mundial de la Juventud, para que sea para ellos un momento de gracia, de crecimiento en la fe y puedan dar testimonio del Señor en medio de nosotros. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos los difuntos de manera especial aquellos que nadie cuerda que nadie ora por ello, para que perdonadas sus faltas el señor los acoja en su descanso. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Y los unos por los otros. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Escucha, Padre Santo esta súplica, y aquellas que han quedado en nuestros corazones, pero que tú conoces. Te las presentamos por Jesucristo tu Hijo nuestro, Señor. Amén.

Tengamos también una intención especial por nuestros hermanos de la Diócesis del Santísimo Salvador de Bayamo Manzanillo que están celebrando su fiesta patronal, para que puedan encontrar siempre en el Señor esa fuerza, y esa luz que él nos da para ser sus testigos.

Hermanos, oremos con la misma oración que el Señor nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el cielo
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase su voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén

Queridos hermanos y hermanas que tengan todos, un feliz domingo, que lo disfruten cada uno donde esté; que lo disfruten con su familia, compartiendo con ellos, todo lo que lo han podido compartir en la semana. Quizás me van a decir reiterativo, que siempre digo lo mismo, pero no es porque no tenga otra cosa que decir, sino porque me parece tan importante que aprovechemos el domingo, el día del Señor. En primer lugar, para orar, para fortalecernos, para prepararnos para la semana que comienza, para dar gracias por la semana que termina. Pero también, sobre todo, para disfrutarlo en familia, es tan importante. En la familia encontramos fuerzas, en la familia encontramos descanso, en la familia encontramos porque no refugio en un momento determinado, pero en la familia encontramos ese descanso que necesitamos para poder comenzar la semana con esperanza.

Y como siempre les digo, no se olviden de los amigos. Sobre todo, de aquellos que, por una razón u otra, están lejos de su familia. Acojan, que sientan ese calor que tanto se necesita, el calor familiar. Si no pueden reunirse con ellos, llámenlos por teléfono, pásenle una notica, que sientan que están ahí, que no están solos, por supuesto, el Señor está con ellos, pero que también sientan esa presencia humana, ese calor humano tan necesario.

Y que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes sobre sus familias, sobre sus amigos, y los acompañe siempre. Amén.

Les ha hablado el padre Rafael Ángel de la Catedral de Santiago de Cuba.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Medios de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Guion, grabación, edición y montaje, Erick Guevara Correa.
Dirección General, María Caridad López Campistrous.
Fuimos sus locutores y actores, Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung.
Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo…Irradia…

(Música, La Transfiguración del Señor, P. Edgar Larrea)

Adjuntos

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Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, 6 de agosto de 2023, Domingo XVIII del Tiempo Ordinario

Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, 6 de agosto de 2023, Domingo XVIII del Tiempo Ordinario

Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Domingo XVIII del Tiempo Ordinario
Fiesta de la Transfiguración del Señor, 6 de agosto de 2023

“Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escúchenlo” Mateo 17, 5

Hermanos,

Hermanos, hoy en la fiesta de la Transfiguración. No cabe la menor duda que es una fiesta hermosa, porque una fiesta de triunfo. Un día en que podemos cantar muy bien el himno a Cristo Rey. Cristo, tú vencerás ¿Por qué? Porque es como un preámbulo, un paréntesis en ese caminar de Jesús hacia Jerusalén, en esa predicación de Jesús. Entonces, vamos a dejar dos ideas, vamos a meditar dos ideas. Una idea es el triunfo de Jesús, que eso nos tiene que llenar de esperanza, sobre todo en los momentos duros, que nosotros estamos pasando como pueblo. ¿Bien? Duros en todo sentido.

Vamos también a fijarnos en cómo la historia de la Salvación, no es algo que comienza con Jesús, Jesús la culmina. Es decir, hay una relación, ero muy estrecha, muy estrecha entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento en que da cumplimiento a las promesas del Antiguo Testamento. Entonces, vamos a la primera, el triunfo de Jesús. (more…)

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Eucaristía Domingo XVIII del Tiempo Ordinario, 6 de agosto de 2023

Eucaristía Domingo XVIII del Tiempo Ordinario, 6 de agosto de 2023

Eucaristía Domingo XVIII del Tiempo Ordinario, 6 de agosto de 2023
Desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Fiesta de la Transfiguración del Señor

“Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escúchenlo” Mateo 17, 5

Transmisión de la Eucaristía por el canal de YouTube de la Parroquia del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba y el P. Fidel Eugenio Castellanos Pesantes, rector de la Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre.
Agradecemos a todos los que hacen posible esta transmisión, a los que ponen su trabajo y talento al servicio de la comunidad.

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