Eucaristía Domingo XXIII del Tiempo Ordinario, 10 de septiembre de 2023
Desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
“Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” Mateo 18, 20
Transmisión de la Eucaristía por el canal de YouTube de la Parroquia del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba.
Agradecemos a todos los que hacen posible esta transmisión, a los que ponen su trabajo y talento al servicio de la comunidad.
Homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Solemnidad de Nuestra Señora de la Caridad, 8 de septiembre de 2023, 9.30 am
“Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es Santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación” Lucas 1, 48-50
Hermanos,
Un año más venimos al Cobre, o en nuestras casas, en nuestros templos en nuestros pueblos, con nosotros en una estampita en el bolsillo, una cadena, una medalla, en el corazón seguro. Hemos venido al Cobre a venerar a la Virgen, a expresar, públicamente nuestra devoción a la Virgen, nuestro deseo de que Dios intervenga en nuestra vida. Esa es la oración, para eso la comunidad se reúne. Los que creemos en Dios, los cristianos y los que tienen otras religiones, nos unimos para expresar nuestra fe, y porque queremos que Dios intervenga en nuestras vidas.
Los cristianos, que creemos que hay un solo Dios, creemos que nuestro único Salvador es Jesucristo, que creemos que no hay más sacrificios que el sacrificio de Cristo en la cruz, por eso es que la imagen de Cristo preside nuestros templos y también el altar. Nosotros creemos, queremos que Cristo interviene en nuestra vida y por lo tanto, lo que nos lleva es a pedirlo por un lado y a ser fieles por otro lado.
Creo que siempre uno tiene que ser justo y darle lo que le corresponde a cada uno, según su naturaleza, su persona. Entonces hermanos hemos venido desde lejos, todos ustedes, yo desde Santiago, hemos venido a encontrarnos con Dios en el templo que los cubanos le hemos levantado a la Virgen de la Caridad. Lo que está sucediendo aquí ahora es que venimos a orar al Señor, pero esto vamos a llamarle con el nombre de un encuentro; en este momento aquí se está realizando un encuentro y ustedes saben bien que los encuentros se necesitan dos partes, que se encuentran, que se ven, que se miran, que hablan, que comparten, que planifican, por eso nos encontramos. (more…)
Adjuntos
Crean en la Buena Noticia
Mensaje de los Obispos de Cuba, 8 de septiembre de 2023
- “Crean en la Buena Noticia” (Mc 1,15) es la invitación que hace Jesús a los hombres al inicio de su misión en nuestra tierra. Ante la cercanía del Reino de Dios, que Jesús encarna y trae hasta nosotros, la llamada que Él nos hace es a creer, esto es, a recibir con fe la Buena Noticia que el propio Jesús es. En efecto, Jesús es el Hijo Eterno de Dios que se hizo hombre en el seno de la Virgen María. Al ser Dios como su Padre, nos comunica la vida y la verdad de Dios. Al ser hombre como nosotros, nos las hace asequibles, familiares. En la Persona de Jesús vemos todo lo que Dios es y hace por nosotros. Él mismo dijo: “Nadie va al Padre sino por Mí (…) Quien me ha visto a Mí, ha visto al Padre” (Jn 14, 6. 9).
- Hace 30 años, los obispos de entonces publicaron un mensaje titulado “El Amor todo lo espera” y 20 años después, otro con el título “La Esperanza no defrauda”. Sería útil volverlos a leer en el contexto actual para redescubrir la vigencia de tantos análisis y propuestas que ellos contienen. Sin embargo, para nosotros los cristianos, el amor y la esperanza no son principalmente disposiciones o sentimientos humanos, sino que provienen de la fe y junto a ella, se reciben como dones de Dios. La esperanza es hija y hermana de la fe. El amor es el fruto más pleno de ambas. Sin fe, la esperanza es débil y el amor es precario. La vivencia y el testimonio de la fe, la esperanza y el amor pueden definirse como la vida e identidad del cristiano.
La fe nos une a Cristo y nos da una nueva vida
- El autor de la carta a los Hebreos nos dice que “La fe es garantía de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve” (Hb 11,1). San Marcos, en su Evangelio, nos presenta la fe como la respuesta humana ante la persona de Jesús y sus propuestas. Quienes se acercan a Jesús y le manifiestan su fe humilde y confiada son transformados, experimentan sanación, se llenan de alegría y dan gloria a Dios.
- Los obispos católicos de Cuba queremos hacer resonar para este pueblo, también hoy, esa invitación de Jesús a creer en Él, a aceptar su persona y sus enseñanzas. Recibir a Cristo y dejar que Él nos cambie, nos ayuda a sanar el corazón, nos llena de su vida y su amor, y nos permite mirar el mundo con esperanza. Así nuestras personas, transformadas por Él, renovarán siempre más nuestras familias, nuestras relaciones cotidianas, nuestro modo de ser pueblo.
- La verdadera fe hace que el discípulo de Cristo termine viviendo con y como Cristo, lo cual se traduce en mirar a los demás, servir, perdonar, sonreír, acariciar, sufrir, entregar la vida y amar al estilo de Jesús.
- Nos dirigimos a los cubanos bautizados en la fe de la Iglesia, pero también a aquellos que sin estar bautizados, creen que Jesucristo es el Hijo de Dios y que tienen a bien frecuentar nuestros templos para pedir el bautizo de sus hijos, orar por sus difuntos o participar de la celebración de la fiesta de algún santo o aquellos días significativos que marcan la vida de la Iglesia.
- Nuestro saludo va también ahora a los adolescentes, jóvenes o adultos, que se han acercado a la Iglesia recientemente y han pedido el bautismo, o han hecho su primera comunión o la confirmación, o se están preparando para acceder a alguno de estos sacramentos. Nuestra felicitación especial para los que han celebrado su matrimonio ante el Señor o se están formando para ello. ¡Déjense renovar por Jesucristo! ¡No tengan miedo de vivir una fe coherente! ¡En la oración y los sacramentos encontrarán la fuerza para ser fieles! ¡En la comunidad cristiana hallarán una nueva familia donde experimentarán el gozo de creer! ¡Tengan el coraje de ser como Cristo Jesús!
- Agradecemos a todos aquellos que han transmitido y cuidado la fe del pueblo, incluso en medio de persecución y rechazo. Pensamos ahora en los papás, abuelos, catequistas, misioneros, visitadores de enfermos, responsables de algún servicio de Cáritas, profesores de nuestros centros de formación, diáconos permanentes, religiosas y religiosos, seminaristas y sacerdotes. Igualmente llevamos en el corazón a todos los que, en un tiempo atrás, dieron tanto por la Iglesia y por Cuba, y hoy están alejados de la comunidad por diversos motivos, a los que residen en otras partes del mundo y muy especialmente a los que ahora están enfermos en sus casas o acogidos en hogares de ancianos, imposibilitados de ir a la Misa, pero ofreciendo sus cruces por la evangelización, por el bien de las familias, por el Papa y la Iglesia, por las vocaciones sacerdotales y religiosas, por el progreso material y espiritual de Cuba. A esos que cada día anuncian a Jesucristo al pueblo, con su testimonio, con sus oraciones, con sus ofrendas y con su palabra, toda la gratitud, el reconocimiento y el cariño de sus obispos. ¡No se cansen de dar testimonio de su fe!
La fe ayuda a vivir cada acontecimiento con la Presencia de Cristo
- Jesucristo nos dice: “Yo he venido para que tengan Vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Él, con su muerte redentora y su resurrección gloriosa, y con el envío del Espíritu Santo ha destruido el poder de la muerte y del mal. Y al unirnos a Él por el bautismo, nos ha dado su vida abundante.
- En múltiples pasajes del Evangelio, la fe se muestra como una ayuda a vivir una vida más plena y feliz. Cuando Jesús devuelve la vista a los ciegos, nos dice que la fe es luz que hace ver el mundo y nuestras propias realidades de manera nueva y clara (cf. Mt 20, 29-34; Lc 18, 35-43). Los encuentros de Jesús con paralíticos, lisiados y cojos, nos dicen que la fe es fuerza que capacita para caminar, para andar por la vida con ánimos nuevos (cf. Lc 5, 17-26; Jn 5, 1-18; Hch 3, 1-5). La fe es también poder que cura lo más profundo de la persona y expulsa del corazón humano las secuelas del pecado, la tristeza y el desánimo. (cf. Lc 8, 26-39)
11.La falta o ausencia de la fe cierra las puertas al obrar de Dios y obstaculiza su acción revitalizadora y sanadora. Un día le llevaron a Jesús un niño enfermo, hijo único, que sus discípulos no lograron curar. Y Jesús pronunció una palabra fortísima y desconcertante: “¡Qué generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos?” (Lc. 9. 41). Y en otra ocasión, por el contrario, nos aseveró: “Tengan fe en Dios. Les aseguro que si uno, sin dudar en su corazón, sino creyendo que se cumplirá lo que dice, manda a esa montaña que se quite de ahí y se tire al mar, lo conseguirá” (Mc 11,22).
- La fe nos ayuda a descubrir el sentido y el cómo enfrentar aquellas situaciones fuertes, contradictorias y hasta antagónicas que se presentan en la cotidianidad.
- Por la fe el discípulo de Cristo aprende a asumir con amor todas esas realidades difíciles y adversas que a diario tenemos que afrontar. Es la fe la que nos impide perder las esperanzas de un mañana mejor a pesar de todas las dificultades tan presentes entre nosotros, asociadas a la escasez de bienes materiales y otros males sociales, acrecentados en lo que estamos viviendo. Es la fe en Cristo la que nos va a permitir hoy, a pesar de la emigración de nuestros seres queridos, el aumento de la pobreza, el deterioro social y tanto sufrimiento, vivir confiados en que el futuro será luminoso, porque el futuro del hombre es Cristo y Cristo es la Luz del mundo.
- La fe en Dios nos lleva a vivir en esta tierra como peregrinos, caminantes con esperanza, trabajando por un mundo mejor, pero con la mirada puesta en el cielo, en la vida eterna. Cuando Jesús llegó al lugar donde habían enterrado a su gran amigo Lázaro, dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que crea en Mí, aunque muera, vivirá; y el que está vivo y cree en Mí, no morirá para siempre” (Jn 11, 25). El anuncio de que Cristo ha resucitado es el núcleo de la fe en Él. Creer en Jesucristo es creer que Él está vivo, nos acompaña en cada momento de nuestra vida, nos comunica su vida en los sacramentos de la Iglesia; está presente entre nosotros, especialmente en los más débiles y necesitados (cf. Mt 25, 31ss) y nos aguarda en la casa del Padre, donde ya Él ha ido a prepararnos un lugar (cf. Jn 14, 1-4).
- Por esta fe nos consuela celebrar la Misa y orar en favor de las almas de nuestros difuntos. Con estas súplicas, damos gracias a Dios por el bien que hicieron y ofrecemos el sacrificio salvador de Cristo por el perdón de sus pecados. Nos anima la esperanza de volvernos a encontrar en el hogar del Cielo.
- En el Credo, compendio de nuestra fe, anunciamos: “Creo en la comunión de los santos”. Santos son aquellos cristianos que por su vida de fe, esperanza y caridad están en comunión con Cristo Resucitado. Los que ya han fallecido y que la Iglesia reconoce están en el cielo, nos acompañan con sus oraciones y ejemplo. Ellos nos indican que el ideal de la santidad es posible, siempre que nos dejemos transformar por la gracia de Dios.
- Los obispos vemos con agrado la devoción de ustedes, pueblo de Dios, a María Santísima y a tantos santos y santas del Señor que, con su testimonio de vida, nos ayudan a acercarnos más a Cristo. Los invitamos a imitarlos en su desempeño como discípulos de Jesús y a aspirar a ser santos como ellos.
Cristo único Salvador
- Para acoger la fe y dejar que ella transforme nuestra vida, necesitamos ser salvados por Cristo con la firme convicción que “ningún otro puede salvar; bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos” (Hch 4, 12).
- Quizás no tenemos claro en qué consiste la salvación y de qué necesitamos ser salvados. A veces creemos que la salvación sería lograr una vida mejor en el orden material e incluso conseguir avances en el campo de la medicina para paliar el dolor y encontrar los remedios necesarios a enfermedades que nos afligen. En efecto, para algunos la salvación tendría que venir de la ciencia, de la invención y aplicación de nuevas tecnologías. Dios no es enemigo del progreso integral del ser humano. Pero sabemos que ninguna aportación científica o técnica puede enseñarnos a amar, librarnos de la soledad, capacitarnos para superar los vicios, hacernos felices o darnos la vida eterna.
- La salvación tampoco se encuentra en cualquier experiencia religiosa. Cuando se parte del temor y se nutre de él, se hace negocio económico con el sufrimiento humano y no hay compromiso ético de mejorar la vida y hacer el bien, esa religión deshumaniza al hombre y lo convierte en esclavo del miedo, de tabúes y de supersticiones. El ideal del hombre religioso tampoco es alcanzar una especie de autocontrol, serenidad o equilibrio psicológico; sino la unión con Dios que se manifiesta en el amor concreto y servicial al prójimo.
- La verdadera salvación es la liberación del mal, del poder del pecado, que esclaviza física y espiritualmente. Es una transformación integral del hombre, cuerpo y alma. La verdadera salvación es participación en la vida de Cristo y por eso mismo, participar de la vida eterna, vida que por la gracia empezamos a tener ya en esta tierra desde el momento del bautismo, pero que se hará plena y definitiva en la comunión perfecta con Dios en el cielo[1].
- Esa salvación acogida en la fe y recibida en los sacramentos de la Iglesia, produce alegría en los discípulos de Cristo. Y como sucede siempre cuando estamos alegres, queremos compartir esa dicha con los demás. Por eso, la fe genera en nosotros un dinamismo misionero. No se concibe un verdadero cristiano que no comparta su fe con los otros: familia, amistades, vecinos, compañeros de trabajo o estudio.
- La fe cristiana es también esencialmente comunitaria. No se vive la fe en Cristo en solitario, sino en el seno de la familia de los hijos de Dios que es la Iglesia. La comunidad de los creyentes en Cristo es un pueblo santo, el pueblo de Dios, llamados a caminar juntos, ofreciendo un espacio de fraternidad y acogida, y compartiendo con todos, la alegría del Evangelio.
María de la Caridad, Madre de la Fe de los cubanos
- Al concluir nuestro mensaje, los obispos dirigimos nuestra oración agradecida a la Virgen María de la Caridad del Cobre. Ella ha sido, sin lugar a dudas, la madre de la fe de muchos cubanos. Ella sostuvo la fe y la esperanza de nuestros mambises, en aquellos tiempos difíciles de nuestra historia cuando luchaban por la independencia de la Patria. En los momentos en que manifestarse cristiano suponía riesgos y hostilidad para los discípulos de Cristo, Ella fortaleció la fe de los fieles y custodió en el silencio del corazón la fe de los débiles. No son pocos los que le han dirigido sus súplicas, cantos, flores, velas y lágrimas, en momentos de dolor o angustia, o para darle gracias por su intercesión ¡Cuántos de nosotros no hemos llegado hasta Cristo porque la devoción a la Virgen de la Caridad nos condujo hasta Él!
- La Biblia nos dice que, cuando María llegó a visitar a su pariente Isabel, ésta la saludó así: “Feliz tú, la que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” (Lc 1, 45). En ese bello saludo, María adquiere por así decirlo, un nombre nuevo y propio: la que has creído. Esto es, la mujer de la fe. Porque creyó al Ángel cuando este le hizo la propuesta de acoger en su vientre bendito al Salvador (Lc 1, 26-39). Porque creyó en las bodas de Caná que Jesús podía darnos lo mejor (Jn 2, 1-11). Porque creyó en el momento de la Cruz que su Hijo estaba salvando al mundo por el amor (Jn 19, 26-27). Porque creyó que, en medio de la Iglesia naciente, estaba presente y actuando el Espíritu de su Hijo Resucitado, y que este se manifestaría a todas las naciones y que se harían discípulos en todas ellas (Hch 1, 14).
- Madre de la Caridad. Mujer de fe sencilla, fuerte y perseverante, custodia la fe de este pueblo e indícanos siempre el camino para llegar a tu Hijo Jesucristo. Amén.
Con nuestra bendición y afecto,
La Habana, 8 de septiembre de 2023
Solemnidad de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
+ Cardenal Juan de la C. García Rodríguez, Arzobispo de La Habana
+ Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba
+ Wilfredo Pino Estévez, Arzobispo de Camagüey
+ Emilio Aranguren Echeverría, Obispo de Holguín y Presidente de la COCC
+ Arturo González Amador, Obispo de Santa Clara
+ Álvaro Beyra Luarca, Obispo de Bayamo-Manzanillo
+ Domingo Oropesa Lorente, Obispo de Cienfuegos
+ Juan de Dios Hernández Ruiz SJ, Obispo de Pinar del Río y Secretario General de la COCC
+ Juan Gabriel Díaz Ruiz, Obispo de Matanzas
+ Silvano Pedroso Montalvo, Obispo de Guantánamo-Baracoa
+ Marcos Pirán, Obispo Auxiliar de Holguín
+ Eloy Ricardo Domínguez Martínez, Obispo Auxiliar de La Habana
Dariusz Josef Chalupznski, Administrador Diocesano de Ciego de Ávila
Irradia, emisión del 3 de septiembre de 2023
Transmitido por CMKC, Emisora Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Domingo XXII del Tiempo Ordinario
“¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres” Mateo 16, 23
(Música, Por la fe, Verónica Sanfilipo)
Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.
(Música, Por la fe, Verónica Sanfilipo)
En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco, tú eres bueno y clemente y rico en misericordia con quien te invoca. Dios de toda virtud de quien procede todo lo que es bueno, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que haciendo más religiosa nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con solicitud amorosa. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Buenos días, buenas tardes, buenas noches, donde quiera que se encuentren, es un gusto, un placer, una alegría poder compartir este pedacito de la mañana del domingo, sobre todo compartir la Palabra de Dios. Esa palabra de Dios que nos ha ayudado a terminar la semana que concluyó y que nos ayudará a comenzar esta nueva.
Esa palabra de Dios que es como esa espada de doble filo de la que habla el Antiguo Testamento, que llega hasta lo profundo de nuestro corazón, que nos llena de su alegría de su esperanza, de su fuerza, que nos cambia, que nos impulsa, que nos motiva, que nos da la fuerza para levantarnos cada mañana, a pesar de las dificultades y enfrentarlas; y sobre todo a no perder la esperanza. La esperanza de que todo puede ser mejor, de que mañana puede ser mejor, por supuesto en la medida en que nosotros pongamos el empeño, en la medida en que nosotros nos esforcemos porque así sea, en que cada uno ponga la parte que le corresponde para hacer que las cosas sean mejores.
Pero eso sí, la Palabra de Dios nos ayuda a no perder nunca la esperanza, no la vana esperanza de las fantasías, sino las reales esperanzas del esfuerzo, del sacrificio, de la entrega. La real esperanza de poner cada uno de esos dones que el Señor nos ha dado y que no podemos ocultarlos, no podemos enterrarlos, sino que tenemos que ponerlos a producir por supuesto que eso exige esfuerzo, sacrificio, a veces dolor, pero que siempre cuando lo hacemos confiados en el Señor dará frutos y frutos abundantes. Así que alegría, la alegría de encontrarnos una vez más en esta mañana de domingo. (more…)
Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Domingo XXII del Tiempo Ordinario, 3 de septiembre de 2023
“¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres” Mateo 16, 23
Hermanos,
Los domingos venimos a alabar y a adorar a Dios, ese debe ser nuestro pensamiento. No decir hoy es domingo tengo que ir a misa, fíjense el verbo es “tengo que ir a misa”, eso parece como una obligación. Eh, estoy obligado ir a misa, bueno y es cierto, porque si nosotros tenemos a Jesús como el Hijo de Dios, a Dios como el centro de toda la vida, de todo lo que existe, lo que le da sentido a la vida, entonces yo tengo una obligación moral. Fíjense la diferencia que hay, tengo una obligación moral de alabar a Dios, y si precisamente el mismo Dios me ha pedido que dedique el domingo a su servicio, a entregarme a Él, pues qué más puedo hacer yo; dedicar el domingo al servicio del Señor.
Por eso hermanos es que, cuando venimos aquí tenemos que despojarnos de todo y decir vengo al encuentro del Señor, que así es, siempre nos encontramos con Dios en cada instante de nuestra vida, Él está presente en nosotros, pero hay momentos muy claves, fundamentales, decisivos, y uno de ellos es la Santa Misa. Cristo que se hace presente aquí, bajo la forma del pan y el vino, que nos ha invitado a agruparnos con Él. (more…)
Eucaristía Domingo XXII del Tiempo Ordinario, 3 de septiembre de 2023
Desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
“¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres” Mateo 16, 23
Transmisión de la Eucaristía por el canal de YouTube de la Parroquia del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba.
Agradecemos a todos los que hacen posible esta transmisión, a los que ponen su trabajo y talento al servicio de la comunidad.
Irradia, emisión del 27 de agosto de 2023
Transmitido por CMKC, Emisora Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Domingo XXI del Tiempo Ordinario
“Tú eres el Mesías el Hijo de Dios vivo” Mateo 16, 15
(Música, Eres nuestro Señor, Javier Brú)
Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.
(Música, Eres nuestro Señor, Javier Brú)
En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.
Inclina tu oído Señor y escúchame salva a tu siervo que confía en ti. Ten piedad de mí, Dios mío, pues sin cesar te invoco. Señor Dios que unes en un mismo sentir los corazones de tus fieles, impulsa a tu pueblo a amar lo que mandas y a desear lo que prometes, para que, en medio de las inestabilidades del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se halla la verdadera felicidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Un placer, un gusto, una alegría poder compartir con ustedes este pedacito de la mañana del domingo, compartir la Palabra de Dios, esa palabra de Dios que nos ha acompañado a lo largo de la semana que ha terminado, y que nos acompañará a lo largo de la semana que va a comenzar, para iluminarnos, para fortalecernos, para consolarnos, para ayudarnos a seguir adelante.
En la liturgia de este vigésimo primer domingo del Tiempo Ordinario, Simón Pedro en la lectura del Evangelio hace una profesión de fe tan completa y tan profunda, que Jesús le prometió enseguida confiarle las llaves del Reino de los Cielos. De aquel episodio hay una imagen en el Antiguo Testamento, cuando el profeta Isaías habla del Siervo de Dios a quien el Señor le dará la llave del palacio de David, lo escucharemos en la primera lectura. Todo esto significa, que Cristo por voluntad propia, delegó en San Pedro la carga de su pueblo. En la segunda lectura San Pablo entona un himno a la infinita sabiduría de Dios.
El Evangelio de este domingo está tomado del evangelista San Mateo, en el capítulo 16 versículos del 13 al 20. (more…)
Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Domingo XXI del Tiempo Ordinario, 27 de agosto de 2023
“Tú eres el Mesías el Hijo de Dios vivo” Mateo 16, 15
Hermanos,
Seguimos con el Evangelio de San Mateo que es tan didáctico es y recordemos siempre es bueno conociendo estas cosas que el Evangelio de San Mateo fue escrito preferentemente o dirigido fundamentalmente, a aquellos fieles cristianos descendientes de Israel es decir a los judíos. Por ejemplo, el evangelio de Marcos, el evangelio de Lucas, fueron evangelios dirigido claro para todos, para nosotros hoy después de 2000 años, pero también tenían unos oyentes, unos destinatarios que eran muy especiales que estaban precisamente en el mundo griego, griego-romano, pero este está dirigido al pueblo judío, así lo escribió Mateo.
Entonces podemos decir casi que es una continuación, por lo menos catequética, pedagógica, del que escuchamos el domingo pasado. Recordemos que el domingo pasado era aquel problema de que el pueblo de Israel había sido el elegido y que Israel se le había llenado de humo la cabeza, y no se daban cuenta de que Israel fue elegido por Dios para santificar a los otros pueblos, para que nosotros pueblos miraran y descubrieran al Mesías nacido del pueblo de Israel, que es Jesús.
En este evangelio de hoy se nos narra un pasaje, también vamos a llamar así callejero, esos pasajes de Jesús, esos diálogos que ocurrían en el camino, en el camino. ¿Cuál es el contexto de este pasaje? Recordemos que Jesús trata a aquella cananea de tal manera, que hay veces que pareció demasiado duro e insolente, pero en definitiva era un recurso pedagógico para poder llegar a lo que él quería decir. Es decir, que todos los hombres, las mujeres, todos los pueblos y de todas las épocas, hemos sido llamados a descubrir en Jesús, el Mesías. Todos somos iguales entre el Señor, ya no es judío, ni griego, paganos, gentiles, ante el Señor todos somos iguales. Y Jesús va hacia todos, para que todos los reconozcan. Recordemos aquella palabra, el encuentro con Dios, Él se encuentra con nosotros para que nosotros, al querer encontrarnos con Él, le descubramos como el Mesías. (more…)
Eucaristía Domingo XXI del Tiempo Ordinario, 27 de agosto de 2023
Desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
“Tú eres el Mesías el Hijo de Dios vivo” Mateo 16, 15
Transmisión de la Eucaristía por el canal de YouTube de la Parroquia del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba.
Agradecemos a todos los que hacen posible esta transmisión, a los que ponen su trabajo y talento al servicio de la comunidad.
Irradia, emisión del 20 de agosto de 2023
Transmitido por CMKC, Emisora Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Domingo XX del Tiempo Ordinario
“Mujer, qué grande es tu fe; que te suceda como deseas” Mateo 15, 28
(Música, La mujer Cananea, Javier Brú)
Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.
(Música, La mujer Cananea, Javier Brú)
En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.
Dios protector nuestro, mira el rostro de tu Ungido, un solo día en tu casa es más valioso que mil días en cualquier otra parte. Señor Dios que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para que amándote en todo y, sobre todo, consigamos tus promesas que superan todo deseo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Una alegría, un gozo como siempre poder compartir con ustedes esta mañana de domingo, y compartir la Palabra de Dios que nos propone la liturgia para este vigésimo domingo del Tiempo Ordinario. El tema de las lecturas de hoy es el mismo, el llamado de Dios a los hombres que no pertenecen al pueblo judío.
Por boca del profeta, en la primera lectura, Dios declara, mi casa será casa de oración para todos los pueblos. Jesús en el evangelio, alaba la fe de una mujer extranjera al pueblo judío y cura a su hija. En la segunda lectura, San Pablo dice que por desobediencia de los judíos los paganos obtuvieron misericordia, pero Israel sigue ocupando un puesto de preferencia dentro del plan de Dios. (more…)