Fiesta Patronal de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
“Saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser primero entre ustedes, que sea su esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.”
Mateo 20, 28
Por: María C. López Campistrous
Este 25 de julio de 2022 fiesta de Santiago Apóstol, la ciudad de Santiago de Cuba cumple los 507 años de haber sido fundada, séptima de las villas erigidas por los conquistadores españoles en Cuba, y los 500 del traslado a ella de la Arquidiócesis y de su declaración como Ciudad.
Como es tradición la SBIM Catedral de Santiago de Cuba, recibió a los hijos de esta Ciudad y de la Arquidiócesis Primada de Cuba, para celebrar la Eucaristía en memoria del Santo Patrón de Santiago de Cuba y de su Arquidiócesis, que como muchas ciudades de toda la América, fue puesta bajo el Patrocino de Santiago el Mayor, el discípulo cercano e intrépido que llevó el Evangelio hasta los confines del mundo romano de su tiempo, de Santiago el Grande que no dudó cuando le preguntaron en responder “hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.
La eucaristía presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba y casi todo el clero diocesano. El Arzobispo en su homilía presentó la figura de Santiago Apóstol, e invitó a imitarle siempre en su disposición a seguir a Jesús, en su fuerza y decisión para transmitir la Palabra de Dios hasta los confines de nuestra diócesis, de nuestra tierra. “Quisiera que nos quedáramos con el deseo bueno de aquellos que nos trajeron a Santiago como Patrón. Ellos vinieron con dos afanes: el afán de riqueza, y de poder; pero también el de transmitir la fe… que ese afán de poder desaparezca en nosotros, y que lo que nos quede sea el afán de la justicia, del bien, de la fidelidad, del amor a Dios, de ser testigos de Cristo en medio de las dificultades. Porque en medio de las dificultades tenemos que dar esperanza, y la esperanza solamente se consigue, no en promesas humanas que ustedes saben bien que pueden lograrse o pueden no lograrse, en Cristo Jesús; que su Palabra se cumple, su Palabra es de vida y él estará con nosotros y nos va guiando en medio de las alegrías y las turbulencias. Nos va guiando a su encuentro. Si viviéramos así, Santiago sería un lugar no solamente hermoso por su geografía, y por sus ciudadanos, sería un lugar hermoso en justicia, en caridad, en paz. Por eso tenemos que pedir por cada uno de nosotros para ser cada día más fieles, y tenemos que pedir por nuestra ciudad, por las autoridades para que procuren siempre el bien de los ciudadanos, respetando sus derechos, su libertad y sus ansias de progresar, su trabajo, que sus decisiones sean justas para buscar el bien de todos los ciudadanos.”
Al finalizar la misa la imagen del Santo Patrón venerada en la Catedral, salió en corta procesión hasta el atrio y desde allí fue bendecida la Ciudad… este Santiago de Cuba al que todos sus hijos, también los adoptivos, la amamos por su belleza y calor, por su cadencia y acogida, a la que todos soñamos casa común y acogedora para todos.
Esta celebración tuvo dos notas especiales: la participación de adolescentes de varias parroquias de la ciudad en la liturgia pues fueron ellos los que leyeron el guion, hicieron las lecturas y llevaron las ofrendas, y el coro de la cercana parroquia de Santo Tomás que con sencillez y maestría embelleció la eucaristía con su música.
Santiago Apóstol, bendice a la ciudad y a sus hijos, haznos fieles seguidores del único Maestro siempre.
Santiago Apóstol, ruega por nosotros.