En la noche del 3 de junio, en la Iglesia de Santa Teresita, varios catequistas de la diócesis se reunieron para celebrar la eucaristía y recibir diploma de constancia al haber cursado el segundo nivel la Escuela de Formación para catequistas. Esta opción ha sido ofrecida por el Centro Marista de Pastoral de la diócesis de Cienfuegos, con el objetivo de fomentar la formación catequética permanente. Producto al confinamiento, se presentó en modalidad virtual y aunó a catequistas de diversas diócesis del país. De la arquidiócesis de Santiago de Cuba, participaron 20 catequistas de 8 parroquias de la diócesis, entre ellos un sacerdote y tres catequistas juveniles.

Esta etapa formativa estuvo organizada en tres etapas. El primer módulo se centró en “Biblia y catequesis”, haciendo un recorrido por cada uno de los libros sagrados y enfatizando en la Palabra de Dios como base y fuente de la catequesis y en la catequesis como lugar privilegiado para su proclamación. Procurando “catequistas bíblicos”, analizamos los modos deficientes y adecuados en la utilización de la Biblia en catequesis.

El segundo módulo fue “Catequesis y liturgia” y estaba encaminado a cultivar una catequesis bíblica y litúrgica que lleve al encuentro con la persona de Jesucristo, sacramento del Padre, y a la pertenencia a la Iglesia, sacramento universal de salvación. Partiendo de que la iniciación cristiana se realiza mediante la catequesis y los sacramentos, profundizamos en cada uno de ellos fundamentación bíblica, sus frutos, efectos, sus signos y símbolos, y en la necesidad de una adecuada preparación catequética en la que participe activamente toda la comunidad cristiana.

El tercer y último módulo de este nivel se dirigió a la “Cristología y eclesiología para catequistas” y procuraba que conociéramos y amáramos más a Jesús, para que como catequistas asumiéramos su estilo evangelizador como nuestro. Pedía de nuestra parte una actitud orante y pastoral, que nos acercara cada vez más al vínculo fundante de Cristo con la Iglesia y a esta como “origen, lugar y meta de la Iniciación cristiana”.

Fue un período de duro esfuerzo, pero también de mucho acompañamiento por parte del hermano Héctor, responsable de la Escuela, y de todos los catequistas participantes quienes estuvieron unidos a través de un grupo de WhatsApp.

Junto a todo lo aprendido, queda en ellos profundo agradecimiento conjuntamente con el compromiso de llevar a la vida y acción pastoral todo lo recibido, y de compartirlo con otros catequistas. Pongamos esta intención ante el Señor para que sea el Espíritu Santo, genuino pedagogo de la fe, quien lo haga realidad.