TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

AÑO 1852

Día 26. Un nuevo terremoto sacude la ciudad de Santiago de Cuba. Con el Sr. Gobernador el Arzobispo Claret recorre las calles de la población ejerciendo su ministerio y atendiendo a los afectados.

AÑO 1853

Día 26. Viaja desde Sabanicú hasta Bayamo y empieza allí la segunda Visita Pastoral.
Día 28. Desde Bayamo eleva al Gobernador de Santiago de Cuba una enérgica protesta contra el Teniente de El Cobre y en defensa del modo de actuar del Sacerdote F. Mirosa en el caso de los amancebamientos; por ello se dirigirá personalmente al Cobre para defenderlo (I, 922).

AÑO 1854

Día 27. Llega a Puerto Príncipe viajando en tren desde Nuevitas. Con el P. Paladio Curríus buscan el terreno adecuado donde establecer y construir la Granja – Escuela.

Otra visita de Claret a Puerto Príncipe. EL REDACTOR 

Entrada del Excmo. e Illmo. Sr. Arzobispo. – Un repique general de campanas nos anunció ayer a las 9 de la mañana, que conforme dijimos entró en esta ciudad el Excmo. e limo. Sr. Arzobispo de esta Diócesis, Dr. D. Antonio María Claret y Ciará, después de una ausencia de cuatro meses empleados en las importantes, mejor diremos en las santas ocupaciones de su elevado ministerio; ocupaciones en que ha excedido a cuanto parece podía esperarse de un hombre; pues en ese corto tiempo ha comenzado en Puerto-Príncipe una casa de beneficencia que según hemos visto en el Fanal marcha con toda celeridad, y que está situada en una caballería de tierra, para engrandecerla con el tiempo, pues que ya desde ahora, abrazará varios ramos de gran trascendencia para el consuelo de los desgraciados y para la moral pública; ha hecho una multitud de confirmaciones; [ha] predicado casi diariamente, y [ha] ocupado el confesonario por muchas horas todos los días; y [ha] hecho en fin varias otras cosas, todas en provecho espiritual y material de sus diocesanos.

Esta es la tercera visita que S. E. I. hace a su Diócesis en los cuatro años que hace que llegó a Cuba.

Todo este precioso fruto estrecha fuerte y agradablemente los dulces vínculos del amor y la gratitud de los pueblos de esta diócesis a su esclarecido y dignísimo Prelado, cuya vida ejemplar y admirable está toda entera consagrada a la felicidad de su grey, sin descansar más que cuatro horas en las veinte y cuatro del día, y distribuyendo sus rentas y emolumentos en remediar necesidades, sin reservar para sí más que lo necesario para conservar austeramente una vida que a todos nos interesa, y por lo cual todos los cubanos rogamos fervorosamente por ella.
Bienvenido, pues, sea el varón apostólico, el Pastor admirable, que seguido de las bendiciones de esos pueblos que acaba de recorrer, es recibido en [Santiago de] Cuba con los brazos abiertos, con la alegre sonrisa del amor y con el fervoroso entusiasmo de la gratitud; pues [Santiago de] Cuba, con templando la vida de su Prelado, no puede menos de pagar con amor el amor que éste le prueba, y no puede ser ingrato a ese amor, a esa beneficencia. Que Dios le colme de bendiciones, he aquí en voto unánime de todos los agradecidos cubanos.
(El Redactor, Jueves 15 de marzo 1855, año 22, n. 326, p. 2, col. 3-4)

AÑO 1856

Día 27. Sigue esperando respuesta de Roma sobre si continuar en Cuba o regresar a la Península (I, 1274)

Día 29. Da cuenta al Pro-Nuncio de Su Santidaden Papa en Madrid de haber cumplido su encargo de arreglar las cuestiones de jurisdición en la Diócesis de Puerto Rico. 1856. Comunica detalladamente al nuncio los pasas dados en relación con la diócesis sufragánea de Puerto Rico y como “por la divina misericordia han cesado los males espirituales que la afligían” (I, 1278-85)

DIA 30. Hacia final de este mes comunica al Capitán General que ve muy difícil que sean los sacerdotes quienes formen los expedientes canónicos contra los que viven amancebados (I, 1286s).

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