TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

DIA 14 DE OCTUBRE 2021

CLARET CATEQUISTA

LA HERMANDAD DE LA DOCTRINA CRISTIANA EN LA ARQUIDIOCESIS DE SANTIAGO DE CUBA

Este proyecto de la Hermandad de la Doctrina Cristina, Claret lo lleva en su mente y, sobre todo, en su corazón misionero, y lo implanta de manera inmediata en su Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

El 16 de febrero de 1851 llega a Santiago de Cuba y ya el 9 de julio de ese mismo año escribe a todos los sacerdotes y fieles de su Arquidiócesis: “Una de las cosas en que puede ocuparse un cristiano, más de la gloria de Dios, provecho propio y útil a sus semejantes, es sin duda la instrucción de la Doctrina Cristiana. Y a la verdad, de ella redunda la mayor gloria de Dios, pues por medio de esta santa instrucción se adquiere mayor conocimiento de Dios y, por consiguiente, se le ama más, se cumple su santa ley, se hace su divina voluntad, se imita al mismo Dios humanado, que no se desdeña de practicar y enseñar esta eclesial doctrina, y se satisface a su santo mandamiento de enseñarla a los demás” (I, 560)

Así iniciaba Claret esta carta a todos sus diocesanos y añadía: “Ni puede darse cosa más útil al bien público y privado, que esta santa instrucción, que es como los ojos del entendimiento y el pan o sustento del alma. Y así como un cuerpo sin ojo no ve y se precipita, y sin sustento se muere; así también, sin esta instrucción, el hombre no ve y se precipita en la perdición y muerte eterna. A más de que esta santa instrucción le hace saber al hombre las tres obligaciones que tiene para con Dios, para consigo mismo y para con sus prójimos. De aquí es que los hombres bien instruidos con esta celestial doctrina, no solo son buenos cristianos, sino también buenos ciudadanos; son pacíficos y benéficos para con todos” (I, 561)

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