TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

DIA 10 DE SEPTIEMBRE 2021

DEL COLERA MORBO O PESTE QUE HUBO EN LA DIOCESIS DE SANTIAGO DE CUBA

En este larguísimo en interminable período de terremotos, se declaró oficialmente también la epidemia del Cólera o Peste el día 8 de octubre de 1852.

“Los temblores duraron desde el 20 de agosto hasta los últimos de diciembre, con algunas, aunque breves, interrupciones; pero, en cambio, había día de cinco temblores. Hicimos rogativas, y todos los Canónigos y demás Sacerdotes en procesión íbamos a la alameda de la orilla del mar, en donde se levantó una capilla de tablas y un grande toldo, en que concurrían las Autoridades y demás gente de la Ciudad por la mañana” (Aut. 534)

“Además de las letanías, se cantaba una Misa de rogativas, y por la tarde, además del rosario y rogativas, yo hice o prediqué una misión exhortando a la penitencia, diciéndoles que Dios había hecho con algunos lo mismo que una madre que tiene un hijo muy dormilón, que le menea el catre para que despierte y se levante, y que, si esto no sirve, le castiga al cuerpo. Que lo mismo hace Dios con aquellos hijos pecadores aletargados: ahora les ha movido el catre, la cama, la casa, y, si aún no se despiertan, pasará a castigarles el cuerpo con la peste o cólera, pues me lo dio a conocer Dios Nuestro Señor. Algunos del auditorio lo tomaron muy a mal y murmuraban de mí, y he aquí que apenas había transcurrido un mes, cuando se manifestó el cólera morbo de una manera espantosa; hubo calle en que en menos de dos días se murieron todos sus habitantes” (Aut. 535)

Claret había regresado a Bayamo para continuar la Santa Misión y la Santa Visita Pastoral y el 3 de diciembre tuvo que interrumpirlas de nuevo y regresar a Santiago de Cuba. A su amigo José Caixal le escribió: “He venido a esta ciudad, dejando la Visita Pastoral, para servir a los apestados. Hubo calle que en una sola noche murieron 60 personas. Nadie ha muerto sin sacramentos. No obstante que estábamos continuamente entre los apestados, nadie de nosotros ha tenido la más mínima novedad. Igual gracia el Señor ha concedido a los demás sacerdotes de la ciudad, que se han portado todos con el mayor heroísmo”.

En menos de tres meses de epidemia murieron en Santiago de Cuba 2.734 personas.

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