Transcripción homilía de P. Rogelio Deán Puerta Párroco de la parroquia del Cobre
Eucaristía Tercer domingo de Pascua
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
18 de abril de 2021
“Se presentó en medio de ellos y les dijo: Paz a ustedes”. Lucas 24, 35
Mis queridos hermanos,
Continuamos avanzando en este tiempo de la Pascua, tiempo en el que celebramos con gozo la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Y subrayo celebramos, porque aun en medio de las dificultades que vivimos, en medio de la pandemia, en medio de las carencias y de mucha incertidumbre, nos toca celebrar. Nosotros los cristianos tenemos una razón para celebrar. celebramos que Jesucristo ha vencido las cadenas de la muerte, Jesucristo nos ha abierto el camino a una alegría que no pasa, Jesucristo nos ha invitado a resucitar con Él.
En la lectura de los Hechos de los Apóstoles, Pedro nos recuerda como a veces, nosotros podemos reaccionar por miedo, podemos reaccionar por influencias, por incertidumbres, y a la vez que un poco les echa en cara a los judíos, miren ustedes han matado al autor de la vida, es serio, intentaron matar al autor de la vida, no lo lograron, pero lo intentaron. Jesucristo rompió las cadenas de la muerte, pero ciertamente sufrió, ciertamente padeció y ustedes fueron responsables de eso. Pero también dice, miren, muy probablemente deben haber actuado por ignorancia.
A veces la ignorancia es terrible, a veces el miedo nos lleva a hacer cosas que no queremos, y es importante que nosotros nos demos cuenta que estamos llamados a trascender los miedos, que estamos llamados a vencer la ignorancia, estamos llamados a creer a tener confianza.
En el mismo evangelio. Es posterior al pasaje de Emaús, ya Jesús se había encontrado con los discípulos de Emaús, pero aún seguía un ambiente de incredulidad, aún no vivían la certeza de Jesucristo resucitado. Entonces Jesús, se vuelve a presentar en medio de ellos. Entonces dice: “llenos de miedo por sorpresa, creyeron ver un fantasma- Jesucristo les pregunta, ¿por qué se alarman, por qué surgen dudas en el interior de ustedes?; porque el Señor conoce nuestro corazón, el Señor sabe cuándo todavía está la duda, cuándo todavía está el miedo. Ciertamente la duda y el miedo son experiencias humanas, no es que no sintamos miedo, claro siempre vamos a tener circunstancias de miedo, de duda, de incertidumbre.
Ahora, ¿a qué nos invita el Señor?, bueno, a superar esos miedos, a superar esas incertidumbres. ¿Cómo nos invita a hacerlo? Proponiéndonos lo más grande que nos puede dar confianza, su presencia. Por eso nosotros como Iglesia tenemos que hacer la experiencia del Resucitado en medio de nosotros. Como comunidades, como familias cristianas, tenemos que traer a Jesús en medio de nosotros, tenemos que ser conscientes de que Él está. No es un simbolismo, no es una metáfora, no es una idea, es una realidad.
Por eso Jesucristo insiste en matizar su presencia, e insiste en que los discípulos entiendan que es una realidad, que no están viendo un sueño, por eso les dice, dame algo para comer y come delante de ellos. Y los discípulos quedan alegres, quedan satisfechos. Porque, cuando el Resucitado está en medio de nosotros, hay una alegría desbordante.
¿Y tenían dificultades los discípulos? Claro que tenían dificultades, los judíos los estaban persiguiendo, algunos habían ya estado presos, les habían prohibido hablar en nombre de Jesús, tenían muchas dificultades, tenían muchos problemas; pero con Jesús en medio de ellos, esos problemas parecían tomar un segundo lugar, porque lo más importante era la presencia del Señor. Y el Señor cuando viene en medio de nosotros, viene para traernos fuerza, ¿por qué a veces nosotros experimentamos que no salimos de la debilidad? Una debilidad que parece derrumbarnos, que parece impedirnos avanzar; porque todavía en nuestra oración, en nuestros momentos de recogimiento, de verdad no tomamos conciencia de que Jesucristo camina junto conmigo, camina como caminó con los discípulos de Emaús, y lo hace siempre. A veces pensamos que el Señor toma vacaciones, o que el Señor de repente se retira, no, Jesucristo está presente siempre, porque además lo dijo, está en las escrituras cuando nos dice: “Y recuerden, que yo voy a estar con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos”
Entonces, ¿qué nos queda?, creer. Son difíciles los momentos, son muy difíciles pero el cristiano está llamado a la esperanza. Un cristiano sin esperanza no es un buen cristiano. ¿Y la esperanza cuándo es que hace falta?, bueno cuando más dificultades hay. Mientras peores sean los momentos, más hace falta la esperanza, Noel optimismo, no hablo de optimismo, hablo de esperanza, y la esperanza nuestra está arraigada en Jesucristo en medio de nosotros, que nos tiende la mano y nos dice dale, ven, yo estoy acá, no tengas miedo.
Vamos a repetirnos una y otra vez en nuestro corazón, no quiero vivir en el miedo, quiero superar el miedo, quiero abrir el corazón a Jesús, para que Él me llene de tantas cosas hermosas que trae para nosotros, que Él me llene de su amor. Mis queridos hermanos que, en este tiempo de Pascua, podamos vivir con esta certeza, y podamos mirar con confianza al futuro, porque como bien nos dice Pablo, nadie sabe lo que tiene guardado el Señor para aquellos que lo aman. Amemos al Señor, confiemos en Él, démosle un voto de confianza, y Él nos fortalecerá y nos dará ir hacia delante.