Irradia, emisión del 22 de noviembre de 2020

Irradia, emisión del 22 de noviembre de 2020

Transmitido por RCJ, el Sonido de la Esperanza
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario
Festividad de Cristo Rey

“Les aseguro que cada vez que lo hicieron con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicieron” Mateo 25, 40

(Música, Viva Cristo Rey, DR) 

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.

Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.

Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como cuerpo místico de Jesús.

Irradia está contigo, irradiando la fe.

 (Música, Viva Cristo Rey, DR)

Nuestro invitado nos ayudará a reflexionar sobre el Evangelio de hoy. 

Hermanos buenos días, mi nombre es Camilo de la Paz, soy párroco de la parroquia de San José Obrero 2, y hoy compartiré con ustedes este día grande, este día de fiesta, este día de Solemnidad en que la Iglesia Católica celebra la festividad de Cristo Rey, en la cual, en la liturgia de la Palabra en San Mateo, capítulo 25, 31 al 46 de la presencia de Jesús en el mundo.

(Lectura del evangelio de San Mateo, capítulo 25, 31-46)

Hoy en la liturgia de la Palabra, Jesús nos habla del valor del amor en el mundo, lo importante que es el servicio. Ese es su reinado, porque Jesús es Misericordia. Un reinado que se extiende desde la manifestación en su Iglesia de ese amor, hasta el Reino de los cielos en la Eternidad.

Para este día debemos meditar que la festividad de Cristo Rey tuvo su inicio, específicamente por iniciativa del papa Pío XI cuando se celebraba un año Jubilar por el Concilio de Nicea, donde se aprobó dogmáticamente la divinidad y la humanidad de Jesús en una unión. Es por esto que nosotros hoy, como Iglesia, afirmamos que Jesús es nuestro Rey. Jesús es nuestro Rey porque es Dios que se hace hombre. Jesús es nuestro Rey porque Jesús da la vida por nosotros siendo Dios y siendo hombre. Jesús es nuestro Rey porque marcó la historia, una historia que no tuvo solamente su presencia en su nacimiento, sino también en su Resurrección; es una historia marcada por Jesús en su redención en el día de hoy.

Hoy nosotros le pedimos a Jesús, nuestro Rey, en este día en que la iglesia católica culmina el año Litúrgico y comienza un nuevo año a las puertas ya del Adviento y la Navidad. Le pedimos a Él, primeramente, que nos de la gracia de mantener su actitud divina; su actitud divina cuando nace en Belén perseguido por los poderes del mundo; su actitud divina cuando Él entra pobre en Jerusalén, como Rey montado en un asno. Su actitud divina cuando Él se enfrenta al poder del mundo, cuando no le da la gracia a Poncio Pilatos de reconocerlo como dios, cuando Jesús muere en la cruz y entrega su espíritu al Padre que lo recibe.

Hoy nosotros le pedimos a Jesús la gracia, de contemplar siempre a Dios como Creador, como Redentor y como Santificador. Le pedimos siempre la gracia, que nosotros recibimos el día de nuestro bautismo, y fuimos proclamados sacerdote, profeta y rey, de dar testimonio en el mundo del reinado perenne y eterno de Jesús. Es el testimonio que, en el marco de la festividad de Cristo Rey, en México se proclamó con la sangre de los mártires exclamando ¡Viva Cristo Rey!

Que así sea.

(Música, No Hay Palabras, Blest with Lilly Goodman)

Hermanos ahora los invito a contemplar a Jesús reinando en sus corazones como único Señor, como única meta, y le pedimos a Jesús por todas nuestras intenciones con la siguiente jaculatoria: Cristo Rey del universo, reina en nuestros corazones.

Pedimos por el papa Francisco, por toda la Iglesia, por toda la obra de misericordia que realiza la iglesia en el mundo y por todos sus proyectos de evangelización, para que siempre presenten al mundo el rostro misericordioso de Jesús, nuestro Rey. Roguemos al Señor: Cristo Rey del universo, reina en nuestros corazones.

Pedimos por nuestra Arquidiócesis, y por toda nuestra iglesia cubana, por nuestro arzobispo Mons. Dionisio, por todos nuestros sacerdotes, religiosas y religiosos, por todos nuestros seminaristas, para que siempre estenos dispuestos a dar testimonio en el mundo de Jesús Rey del Universo, Rey de la Iglesia y Rey de nuestros corazones. Roguemos al Señor: Cristo Rey del universo, reina en nuestros corazones.

Pedimos por nuestros hermanos separados para que en este día se unan a nosotros y proclamen junto a nosotros que Jesús es el único Rey, el único Rey que nos salva, el único Rey que nos quita el hambre espiritual. Roguemos al Señor: Cristo Rey del universo, reina en nuestros corazones.

Pedimos por todas las personas que hoy nos escuchan y que no pueden ir a los templos a proclamar que Jesús es el Rey nuestro, pedimos por ellos, en especial por los postrados, por los presos, por las personas que no tienen fe, por las personas que viven estancadas en la indiferencia religiosa para que Dios también a ellos y puedan proclamar todos juntos unidos a nosotros, que Jesús es nuestro único Rey. Roguemos al Señor: Cristo Rey del universo, reina en nuestros corazones.

Pedimos por el fin de esta pandemia que azota a toda la humanidad, y en especial a nuestro país, y por nuestra Arquidiócesis, para que dios nos ayude a descubrir en este acontecimiento doloroso que Él es el único que tiene palabras de vida Eterna, Él es la única vida que nosotros podemos anhelar, esperar y pedir. Roguemos al Señor: Cristo Rey del universo, reina en nuestros corazones.

 

Acoge Padre Santo todas estas peticiones que te presentamos y ofrecemos por tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(Música, Cristo_Reina, Athenas)

Ahora hermanos todos juntos vamos a adorar a nuestro Rey del Universo, a nuestro Rey del corazón, a nuestro Rey de la Iglesia, a nuestro único Rey que nos salva, que nos ampara y nos protege con la oración que nuestro Rey nos enseñó en el Evangelio.

Padre nuestro que estás en los cielos,

santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad,

así en la tierra como en el cielo.

Danos hoy el pan de cada día.

Perdónanos nuestras ofensas,

Como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación,

Y líbranos del mal. Amén

Ahora nos disponemos hermanos a recibir la bendición, como María nuestra Señora de la Caridad del Cobre, se dispuso a recibir la bendición de Dios y a proclamar en la sencillez y humildad de su alma, que Jesús es Rey, abriendo su corazón a su palabra, así como ella, nos disponemos humildemente a recibir la bendición de Dios Todpoderoso.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre cada uno de ustedes y les acompañe siempre. Amén.

Ha sido un gusto compartir con ustedes este tiempo de oración, este tiempo de meditación, contemplación y reflexión, en el cual nosotros nos abrimos al encuentro de Jesús que viene humildemente a proclamar que él es tu único Rey, no tendrás otro.

Por mi parte muchas gracias. El padre Camilo de la Paz Salmón Beatón, soy párroco de la parroquia de San José Obrero 2. Muchas gracias.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Es la voz de la Iglesia santiaguera que se levanta para estar contigo… IRRADIA

(Música, Aquí estas Jesús, JL)

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