La pasión del Señor en la zona Baconao

La pasión del Señor en la zona Baconao

Por: Katerine Savón

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 17 de abril de 2017 / El Viernes Santo en la zona Baconao de la parroquia San José Obrero fue celebrado en tres comunidades, dos del poblado Damajayabo (Valle de la Prehistoria), Enmanuel y San Pedro y la otra en La Punta, comunidad de Nuestra Señora del Pilar.

En La Punta, permaneció expuesto el Santísimo desde la llegada de los misioneros a las 9:30 am hasta pocos minutos antes de la celebración presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez a las 4:30 pm. Durante este tiempo, los de “cierta edad” junto con los miembros de la comunidad oraron por los enfermos, las misiones, la santificación de los Sacerdotes, los cristianos perseguidos y la paz en las familias y en el mundo entero.

Al mismo tiempo los más jóvenes y alguno que otro de “cierta edad” recorrieron las lomas de Enmanuel y los llanos de San Pedro llevando, como en los días anteriores, la cruz de Cristo a las familias que quisieran acogerlo.

Muy emotivo fue el encuentro con Ramón, un poeta ciego de 81 años, quien recordaba la Semana Santa de 1954 por una pelea que había tenido con su primo y de la cual había creado unos versos. Impresionante la alegría que mostraban él y su esposa a pesar de vivir en un cuartito chiquito después de que el huracán Sandy destruyera su casa. Encontramos también a Niuvis (madre) y Jesús, un niño especial que tiene una enfermedad neurológica que no le permitió desarrollarse física e intelectualmente con todas las capacidades. Estas personas aceptaban con gozo  las cruces de su vida: la enfermedad y la carencia.

En la tarde el patio de Carmen Pérez Hernández se llenó de los hermanos venidos de todas las comunidades de esta zona, María del Pilar, Dolores Sopeña, Espíritu Santo, San Juan Bautista, Nuestra Señora de la Caridad, Nuestra Señora del Pilar, Enmanuel y San Pedro. Con gran devoción fueron rezados los misterios Dolorosos del Rosario actualizando los padecimientos de Jesús poniendo en Cruz las penas y angustias que cada uno lleva en el Corazón.

El Arzobispo hizo énfasis en la invitación a no vivir en el pecado a ser fiel a la ley del amor que es la que trae verdadera y plena felicidad “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas y a tú prójimo como a ti mismo”

Como es tradicional la celebración concluyó en silencio, no con tristeza, sino con recogimiento y alegría esperanzada en la resurrección que ya es para nosotros, los cristianos de hoy, una realidad.

El Vía Lucís acompañando a la Virgen Dolorosa y la Vigilia Pascual, se celebrarían al día siguiente en la comunidad de Nuestra Señora de la Caridad (Verraco).

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