Por: Giovanna Tames Miraglia
Con gran alegría y agradecimiento, la Comisión diocesana de catequesis comparte con todos los resultados generales del Concurso a la Virgen María, nuestra Madre, convocado al inicio de mayo, Mes de la Virgen.

Ha sido de mucha satisfacción la recepción de los trabajos pues, por un lado testimonia la labor de convocatoria y acompañamiento que nuestra iglesia ha seguido realizando en estos tiempos de confinamiento, y por otro la fe y devoción de nuestro pueblo que se manifiesta en la motivación de las familias para que sus pequeños participaran en este ofrecimiento a nuestra Madre.

Muchos detalles nos han sorprendido en los 135 trabajos recogidos de 11 comunidades de la diócesis: La Anunciación, Cristo de la Salud, Santo Tomás, María Auxiliadora, San José Obrero, Sagrada Familia de Vista Alegre, Nuestra Señora de la Caridad de El Cobre, El Cristo, San Joaquín de San Luis, San Pedrito y Santa Lucía. Las obras han sido realizadas en diferentes manifestaciones; desde las artes plásticas recogimos trabajos de dibujo, pinturas, carteles, collage y manualidades; de literatura hay cuentos y poesías; hay trabajos investigativos y oraciones profundas; y para gran sorpresa nuestra también nos ha llegado un bello canto de agradecimiento a la Virgen.

En todos ellos la creatividad se ha desbordado, como suele ser característico en esta “edad de oro”, nuestra Madre ha sido representada de muy disímiles maneras: recreando escenas del evangelio, personificada con distintos atributos, narrando historias de sus apariciones, rodeada de devotos, llena de flores y fantasía, y hasta con el peculiar nasobuco!

Es sorprendente y redundante en muchos dibujos el rostro feliz de María, la Virgen sonríe y eso es un signo no solo del amor que los niños sienten por la Madre sino más aún, de la protección maternal que ellos siente que Ella les brinda y del reflejo que les llega desde el cuidado y amor que reciben de sus madres, abuelas, mujeres de la familia y del barrio.

Estos trabajos nos muestran también la riqueza y diversidad de nuestra diócesis desde el enclave que manifiestan: hay paisajes urbanos, de costa, de montaña, y una enorme variedad de capillas e iglesias. Igualmente ha sido significativa la representación de las actividades cotidianas y de la familia reunida, momentos de comunión logrados en medio del confinamiento.

En fin que, ciertamente, hay mucho que agradecer en este mes de mayo recién terminado y el concurso de la catequesis santiaguera a nuestra Madre es parte de nuestra alegría y acción de gracias. Iremos compartiéndoles algunas de estas obras para que también a ustedes, los colores y las palabras de los más pequeños de nuestras comunidades eclesiales les anime el alma.