Bautizados y enviados, taller para catequistas rurales

Por:  Hna Amada Macario

El 12 de octubre de 2019 la Comisión Diocesana de Catequesis tuvimos la alegría de acompañar en la formación mensual las comunidades de Guamá II- como solemos llamar a la zona de misión atendida por las hermanas misioneras Sopeña y misioneros laicos Sopeña, nos reunimos con catequistas rurales diecisiete comunidades desde Playa Blanca a la comunidad de la Plata.

Salimos de Santiago a las 6:30 a.m. para recoger a los misioneros por sus repartos y barrios, encomendándonos al Señor con cantos y oraciones, disfrutando del fresco de la mañana y del bello paisaje. Por el camino fuimos recogiendo a los hermanos catequistas rurales: Ciruelito, Playa Blanca, Maraños, Chivirico, Calabaza, Constructiva, Calentura, Granjita y Papayo Arriba y Papayo playa.  Llegamos a Uvero a las 8:30 a.m. y ya se encontraban ahí los hermanos venidos en otro camión con catequistas rurales de La Plata, Las Cuevas, La Bruja, La Mula, Ocujal, Bella Pluma, Limoncito y Avispero. Compartimos el desayuno y comenzamos nuestro encuentro de formación.

El tema de este curso es “Bautizados y enviados”, nos ayudó a la reflexión la catequista Sopeña Dolores Quesada, santiaguera, que después de concluir sus estudios en Madrid, está de nuevo en su patria, entre su gente.

La segunda parte de la formación estuvo a cargo de la Comisión Diocesana de Catequesis en las personas de:  Rosi y Alina- de San Luis- Hna. Yana – Sierva del Corazón de María, del Cristo y Hna Mally- Sopeña comparten con catequistas rurales y misioneros la metodología para la preparación de la catequesis infantil.

La hermana Yana nos ilumina esta parte del encuentro, explicando la metodología y haciendo hincapié en la importancia de preparar los encuentros, de hacerlo como es en verdad:  una misión, una evangelización a nuestros queridos niños.  Y como en la catequesis no pueden faltar cantos, dinámicas y juegos que las hacen más amenas, contamos con la ayuda animada por Rosi y Alinita. Los catequistas rurales y misioneros aprenden los juegos y dinámicas como niños, así como el Señor Jesús dice: ” Dejen que los niños se acerquen a mí”, y “el que no sea como niño no entrará en el Reino de los cielos” después compartimos un rico almuerzo.

Fue un día pleno:  la reflexión de Bautizados y enviados, el taller de catequesis y la Eucaristía celebrada por el P. Camilo.

Damos gracias a Dios pues esta bella experiencia nos ha sido de gran provecho tanto para Catequistas rurales, misioneros y como para la Comisión Diocesana de Catequesis. Para que en todos los lugares de nuestra arquidiócesis podamos servir cada vez más y mejor a nuestro pueblo, necesitado de amor, alegría, esperanza.

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