Vivir la compasión, llamada a los nuevos cardenales
Equipo de Comunicación de la COCC
Tomado de Nosotros Hoy – Segmento noticioso del Sitio WEB de la COCC
Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.
Con un llamado a permanecer leales a su ministerio y testimoniar la compasión de Dios, el Papa Francisco creó este sábado 13 nuevos cardenales, entre ellos, al Arzobispo de La Habana, Mons. Juan de la Caridad García.
Vestido de blanco, debajo de la columnata de Bernini que cubre el altar mayor de la Basílica de San Pedro, el Santo Padre presidió el Consistorio ordinario público, donde estuvieron presentes peregrinos de varios continentes.
Dos horas antes, en la plaza había un tono festivo, la gente se abrazaba y se alzaban banderas bajo un sol que hacía un poco más cálido el otoño europeo. Los peregrinos cubanos estaban en la cabecera de la fila de entrada y al pasar al templo pudieron ocupar los primeros puestos detrás del clero e invitados especiales. En esta zona se fueron reuniendo los cinco obispos cubanos que viajaron en representación de toda la Conferencia.
La basílica estaba llena cuando se inició el rezo del rosario, previo a la celebración. La prensa ya estaba situada en tribunas a ambos lados del crucero del templo.
En nombre de los prelados, Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, subrayó que “somos conscientes de que toda vocación eclesial es sobre todo un servicio a los hermanos y a la iglesia misma”.
Jesús demuestra siempre la necesidad de andar por el camino de la humildad y el de una gratuidad sin límites, recordó.
Por su parte, el Sumo Pontífice se dirigió a los nuevos cardenales y les pidió ser conscientes de que la compasión de Dios no es una opción, ni siquiera un “consejo evangélico”, sino un requisito esencial.
“Si no me siento objeto de la compasión de Dios, no comprendo su amor (…) Y si no la siento, ¿cómo puedo comunicarla, testimoniarla, darla? Concretamente: ¿Tengo compasión de mi hermano, de ese obispo, de ese sacerdote? ¿O destruyo siempre con mi actitud de condena, de indiferencia?”, reflexionó.
Francisco invitó a seguir el ejemplo de “Jesús Redentor del hombre” y buscar a las personas olvidadas, víctimas de la indiferencia y los “descartes institucionales”.
El rito prosiguió con la entrega del birrete púrpura, el anillo cardenalicio y el cuidado de una iglesia a cada prelado. Mons. Juan de la Caridad fue el tercero en saludar al Santo Padre, quien le confió la diaconía de Santi Aquila e Priscilla.
El intercambio del beso de la paz y el canto de la Salve Regina sellaron el Consistorio. Los distintos grupos salieron de San Pedro cerca de las cinco y media de la tarde, con el deseo de saludar y expresar sus buenos deseos a los nuevos cardenales en la llamada visita de calor.