Por amor hasta que duela
Por: Heddy María Hernández
El día 5 de septiembre, séptimo día de la Novena, la comunidad de la Catedral, los fieles reunidos rezábamos a nuestra Virgen de la Caridad del Cobre, la Madre Misericordiosa que nos atrae con ternura para que sigamos a su hijo Jesús.
En la celebración de la misa se recordaba a la Madre Santa Teresa de Calcuta, que con sufrimiento y con su cruz, trabajó por los pobres y enfermos dando “Amor hasta que duela”.
El P. Rafael Ángel en la celebración eucarística bendijo un cuadro de la Madre Teresa; al contemplar la alegría de su rostro se ponía de manifiesto el amor con el que fue recibida por el Eterno Padre, al haber sido su vida testimonio de lo que María en las bodas de Caná pidió “Hagan lo que Él les diga”.
Dos discípulas, dos madres. Que al contemplar sus rostros comprendamos que somos sus hijos, y que debemos vivir con alegría, fe y esperanza la fraternidad que nos enseña Jesús.
De manera especial encomendamos en la eucaristía a las Misioneras de la Caridad, las que nos acompañaban en la celebración y las que no pudieron estar, las miles de hermanas que en Cuba y el mundo están al servicio de los más pobres, de los moribundos.