Te adoramos Cristo y te bendecimos

Por: José Alejandro Serrano Galiana 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 20 de abril de 2019 / El viernes 19 de abril fue Viernes Santo y el segundo día del Triduo Pascual. Éste fue un día largo para la comunidad parroquial de San Antonio María Claret pues desde muy temprano en la mañana los fieles acudieron a la iglesia para estar con Jesús en el Monumento del Santísimo Sacramento que fuera expuesto el día anterior.

Sobre las 3 pm comenzaron los rezos de la Divina Misericordia y luego se realizó el Vía Crucis por parte de los adultos. Los jóvenes de la comunidad tuvieron su momento a continuación, con la Hora Santa preparada por su pastoral.

A las 6 pm toda la comunidad comenzó la celebración de la Liturgia de la Pasión del Señor. Iniciándose de forma silenciosa la entrada de los acólitos junto a nuestro párroco el P. Otto, vestido con ornamentos rojos que recuerdan la sangre derramada por Jesucristo en la cruz y al llegar al Altar todos los fieles y acólitos se arrodillaron en silencio por unos instantes mientras que el párroco se postró con rostro en el piso recordando la agonía de Jesús.

Pasado un tiempo el sacerdote leyó la oración colecta y a continuación se inició la Liturgia de la Palabra, proclamando primero dos lecturas intercaladas por el salmo “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Terminadas estas lecturas y sin aclamación se comenzó el relato completo de la Pasión según San Juan, proclamado por dos hermanos (uno como cronista y el otro en el papel del Sanedrín) y por el sacerdote haciendo el rol de Jesús.

Al terminar las lecturas el párroco hizo una breve homilía para luego finalizar la Liturgia de manera solmene con la oración universal donde se pidió por La Iglesia, por el Papa, por nuestro Arzobispo, por los catecúmenos, por todos los fieles, por los gobernantes, etc.

Pasado esto, se procedió a la adoración del Árbol de la Cruz a través de la entrada del sacerdote con la cruz cubierta y en tres paradas va descubriéndola al mismo tiempo que se hace la aclamación correspondiente hasta llegar al altar. Enseguida tanto el sacerdote como los laicos besaron la cruz y así todos los fieles en fila organizada también presentaron su veneración ya sea besando, tocando o simplemente reverenciando la cruz.

La celebración culminó, igual que el día anterior, sin la bendición final, pues esta culminará con la Vigilia Pascual. De igual manera en silencio se retiraron el sacerdote con sus acólitos luego de invitar a todos a, con meditación profunda, esperar el día de mañana la llegada de la Resurrección del Señor.

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