Por: María del P. Almeida Bárcenas

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 3 de enero de 2019 / Entusiasmo, compromiso, fuerza, alegría, fe, son  algunos de los sustantivos que podría emplear para escribir la crónica de lo sucedido en la parroquia San Joaquín el pasado 23 de diciembre, cuarto domingo de Adviento, cuando los jóvenes de nuestra comunidad recibieron de parte de una representación de los jóvenes de Nuestra Señora del Rosario, de Palma Soriano, la Cruz de la Jornada Nacional de la Juventud.

La liturgia dominical, preparada y celebrada por nuestros jóvenes, fue el mejor momento para que los sanluiseros, en representación de todos los jóvenes de cada una de las comunidades y poblados de la parroquia acogieran la Cruz que la Juventud cubana recibió solemnemente de manos del Papa Francisco durante su visita a nuestro país.

Como los mismos jóvenes expresaron en una carta que dirigieron a la comunidad de San Joaquín esta Cruz es un compromiso para ellos, pues les da fuerza para seguir preparándose en el Catecumenado que los forma, para el año que viene, en la Gran Noche,  ser bautizados, recibir la comunión  y  como hermanos confirmarse en la Fe a nuestro Señor.

Con la fuerza, alegría y la inquietud propias de esa edad, los jóvenes de San Joaquín se dispusieron para en el transcurso de la semana llevar la Cruz por diferentes zonas y barrios de la extensa geografía de la parroquia San Joaquín, hasta entregarla a los jóvenes de Songo en una celebración que sin lugar a dudas será tan emotiva como la celebrada en San Joaquín.

Nuestra comunidad agradece a los jóvenes de la parroquia por demostrarnos una vez más que podemos contar con ellos porque sabemos que siguen a  Cristo y lo aman de una manera joven pero cristianamente.