Irradia, emisión del 18 de febrero de 2024

Irradia, emisión del 18 de febrero de 2024

Irradia, emisión del 18 de febrero de 2024
Transmitido por CMKC, Emisora
​​Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
I Domingo de Cuaresma

“Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Conviértanse y crean en el Evangelio.” Marcos 1, 15

 

 

(Música, Las tentaciones de Jesús, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, Las tentaciones de Jesús, Javier Brú)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

Tiempo de Cuaresma. Es un tiempo dedicado a la preparación las solemnes celebraciones de los hechos más importantes de la historia de la Salvación, los acontecimientos pascuales de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, y el envío del Espíritu Santo. Lleva un nombre numérico, Cuaresma, igual a cuarenta, ya que la tradición bíblica del número cuarenta, lo pone como preparación a grandes experiencias de hechos salvíficos. Cuarenta años antes de entrar en la tierra prometida, cuarenta días de preparación de Moisés y de Elías, la ley y los profetas, antes de su experiencia de Dios en el Sinaí Horeb; y cuarenta días de preparación de Cristo en desierto para iniciar su misión redentora.

Se nos pide enderezar lo que en nuestra vida se ha desviado, dolernos por las ofensas hechas al amor Supremo, tomar decisiones de cambio real y efectivo, todo lo cual tiene varias expresiones. Penitencia, conversión, reconciliación. Este tiempo va desde el Miércoles de Ceniza hasta antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo, inicio del Triduo Pascual, en que celebramos los hechos principales de nuestra salvación.

“Me invocará y yo lo escucharé, lo libraré y lo glorificaré, prolongaré los días de su vida. Concédenos Dios todopoderoso que. por las prácticas anuales del Sacramento cuaresmal, progresemos en el conocimiento del misterio de Cristo y traduzcamos su efecto en una conducta irreprochable. Por Jesucristo nuestro Señor”. Amén.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches donde quiera que se encuentren, siempre es un gusto, una alegría, un placer, poder compartir con ustedes la Palabra de Dios en esta mañana del domingo. Comenzamos haciendo referencia a la Cuaresma, qué es la Cuaresma, qué significa la Cuaresma que comenzamos el miércoles pasado. el miércoles 14 de febrero. Coincidió con el día del amor y de la amistad, en un primer momento podía parecernos que era una contradicción, pero no, la Cuaresma la empezamos con Cristo, acompañándolo en sus 40 días en el desierto cuando se preparaba para su vida pública. Y Cristo es la expresión mayor del amor, del amor de Dios, tanto amó Dios al mundo que nos entregó a su único Hijo.

Jesús es la prueba, la manifestación más grande de la amistad, ya no los llamo siervos, ahora los llamo amigos, así nos dijo, entonces el día del miércoles de Ceniza en que nos preparamos para recordar ese momento en que el amor y la amistad, que es Cristo, llegaron a su culmen en la cruz entregándose por nosotros, que coincidiera con el Miércoles de Ceniza es una providencia de Dios.

Así que no tengo a menos, aunque ya han pasado los días, pero para felicitar nunca es tarde, así que feliz día del amor y de la amistad, y que este tiempo de Cuaresma nos ayude a crecer en el amor y la amistad con Dios, en el amor y la amistad de los unos para con los otros, para cumplir el mandamiento de amarnos como el Señor nos ama.

En este primer domingo de Cuaresma, la Alianza sellada entre Dios y Noé salvado del diluvio, que se nos narra en la primera lectura, fue el esbozo de la alianza que iba a sellarse entre Dios y el hombre con la muerte y resurrección de Cristo. Como nos dice la segunda lectura de hoy, tomada de la primera carta del apóstol San Pedro, por eso en este domingo de la tentación, se nos muestra a Jesús tentado por Satanás en el desierto, así nos lo narra el Evangelio, como para asegurarnos que llegaron los tiempos del combate supremo y de la alianza eterna.

El evangelio de hoy está tomado el evangelista San Marcos en el capítulo 1 versículos del 12 al 15.

(Lectura del evangelio de San Marcos, capítulo 1, 12-15)

Y comenzamos precisamente con las tentaciones. Jesús va a comenzar su vida pública, ha tenido treinta años de vida privada, vamos a decirlo de esta manera, en Nazaret con su familia, con sus padres, pero ahora va a comenzar la vida pública. Va a recorrer durante tres años los caminos de Israel llamando, a qué, a la conversión. Conviértanse porque el reino de Dios está cerca, porque es lo que viene anunciar Jesús. Jesús viene a anunciarnos el reino de Dios, pero para acoger el reino de Dios tenemos que convertirnos, tenemos que ir quitando de nuestra vida, desde dentro, todo aquello que nos impide seguir al Señor, vivir conforme a su Palabra, abrirnos a la luz del Espíritu Santo para poder dar testimonio, para poder ser testigos de Él en medio de este mundo.

Y comienza, pues con el bautizo, se bautiza junto con todos los que iban a recibirlo de manos de Juan Bautista en el Jordán, no lo necesitaba porque aquel bautizo era un bautizo de conversión. Jesús no necesitaba convertirse de nada, pero quería seguir el camino que seguían todos, porque se hizo hombre igual a nosotros en todo menos en el pecado. Cuando Juan Bautista le hace resistencia le dice, deja que las cosas se cumplan como se tienen que cumplir; y cuando sale del Jordán después de recibir las aguas de mano de Juan el Bautista, desciende sobre Él el Espíritu Santo en forma de paloma y se oye la voz del Padre que dice, este es mi Hijo muy amado en quien me complazco, escúchenlo. Y el Evangelio nos dice, que después de ese momento se va al desierto y allí permaneció cuarenta días, preparándose.

Qué importante es tener esto en cuenta, a veces nos quejamos de que tratamos de convertirnos, tratamos de cambiar de vida, tratamos de renunciar a aquellas cosas que nos apartan del camino del Señor, pero que no podemos. ¿Y por qué no podemos? Quizás porque no nos preparamos, en Juan el Bautista tenemos la prueba. Escogido desde el vientre de su madre para ser el precursor, pero se preparó en el desierto en la austeridad, en el silencio, en la soledad, en la oración, para poder cumplir la misión que se le había encomendado, y asumir todas las dificultades y todas las consecuencias que esa misión traía consigo. Por eso pudo llegar hasta el final hasta derramar, su sangre.

Jesús va a comenzar un momento particular en su vida, tendrá que enfrentarse con todos los que va a encontrar, con los pecadores, con los escribas, con los fariseos, con los doctores de la ley, con los que lo acogían, con los que los rechazaban, con los que le ponían trampas para poder acallarlo porque no les convenía la predicación del Señor, tenía que estar preparado para eso.

¿No era Dios? Por supuesto, Dios verdadero, pero hombre verdadero, y como hombre verdadero tenía que prepararse para cumplir la misión, para poderla llevar hasta el final, para poder llegar hasta el Huerto de los Olivos y decirle Padre si es posible que pase de mí este cáliz, pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya, para poder recorrer todo el camino del Calvario, para poder decir perdónalos Padre porque no saben lo que hacen, para ofrecer y merecer por nosotros el perdón de todas nuestras faltas, la reconciliación con Dios nuestro Padre, para ser salvados y redimidos.

Pero allí en el desierto, el demonio va a tentarle. Cuando somos débiles, débiles siempre somos, cuando somos tibios, el demonio no necesita hacer ningún esfuerzo para apartarnos. Ya somos tibios, vivimos nuestra fe, así como en un cachumbambé, sin preocuparnos demasiado, sin hacer demasiado esfuerzo, quizás sin grandes pecados, pero, tampoco entregándonos totalmente al Señor. Entonces el demonio no tiene que hacer ningún esfuerzo, para qué, si lo estamos haciendo nosotros, porque cuando somos tibios en la fe, vamos poco a poco apartándonos del camino del Señor, o viviendo una fe que no es la que el Señor quiere y espera de nosotros; pero cuando queremos convertirnos, cuando tomamos conciencia, cuando decimos caramba tengo que cambiar para poder vivir a profundidad mi fe, para poder dar testimonio del Señor, cuando nos sentimos llamados, entonces es cuando el demonio actúa, porque es cuando le hace falta a él actuar, para impedirnos que podamos recomenzar nuestro camino en el seguimiento del Señor.

Y con Jesús pasó lo mismo. Fue al desierto a orar y a prepararse, y allí fue el demonio a tentarlo. ¿Para que dejara su misión? No, no era tan tonto como para eso, para que cumpliera su misión no conforme a la voluntad del Padre sino conforme a su propia voluntad, para que lo hiciera a su manera. Para qué tienes que sufrir, para qué tienes que padecer si tú tienes el poder suficiente para hacerlo de otra manera, espectacular, para atraerte a la gente con espectáculo, para llenarles la barriga convirtiendo las piedras en pan. No es la narración que vamos a escuchar hoy en el Evangelio de San Marcos, pero también si leemos otros evangelios en que se especifica más cuáles fueron las tentaciones de Jesús en el desierto, nos dirá esto, hacer de la salvación un espectáculo. A la gente y me incluyo, nos gustan los espectáculos.

Pero Jesús no se dejó engañar, no es sólo cumplir la voluntad de Dios, no es sólo hacer lo que el Señor nos pide, sino hacerlo cómo el Señor nos lo pide, con entrega, con generosidad, renunciando a nosotros mismos. El que quiera ser mi discípulo tiene que estar dispuesto a cargar con su cruz cada día y seguirme, ese es el camino, no hay otro camino. A la resurrección, se llega por la pasión a la resurrección, se llega por la cruz. Jesús venció la tentación, ¿cómo? Con la oración, cuarenta días de oración en el desierto, de ese contacto directo con su Padre.

Entonces, si nosotros queremos vencer la tentación, si queremos aprovechar este tiempo de Cuaresma precisamente para convertirnos y para cambiar, entonces tenemos que tomar en serio ese encuentro profundo con el Señor en la oración, ese prepararnos cada día, que no es de un día, es de todos los días, porque todos los días necesitaremos la fuerza de Dios para poder ser fieles y para poder seguir adelante.

Comencemos así nuestra Cuaresma, con el firme propósito de mirarnos por dentro y ver qué tenemos que cambiar, pero también con el firme propósito de prepararnos de manera particular en la oración, en el esfuerzo, en el sacrificio, en la generosidad, para poder perseverar en este propósito.

Que así el Señor nos lo conceda, y nos conceda una provechosa Cuaresma.

(Música, Convertíos, Dumas y Mary)

Hermanos confiados en que el Señor siempre escucha nuestras súplicas, presentémosle nuestras necesidades.

En primer lugar, por toda la Iglesia, para que podamos vivir profundamente y provechosamente este tiempo de conversión que es la Cuaresma. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Pidamos también por todos los que sufren y particularmente por los que se desesperan ante las dificultades de cada día, para que podamos ayudarlos a encontrarse con Cristo, y en Cristo encontrar el consuelo, la fortaleza y la esperanza. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por el aumento y la perseverancia de las vocaciones sacerdotales y religiosas. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos los difuntos, de manera particular aquellos por los que nadie reza, para que perdonadas sus faltas el Señor los acoja en su descanso. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Y los unos por los otros, para que podamos tener una provechosa Cuaresma. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Escucha Padre Santo estas súplicas y aquellas que han quedado en nuestros corazones, pero que Tú conoces. Te las presentamos por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

Y ahora oremos con la oración que el mismo Señor Jesús nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el cielo
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase su voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Quisiera invitarlos a la iglesia Catedral el próximo miércoles 21. Los obispos cubanos van a peregrinar a la Catedral para ganar el Jubileo por estos 500 años de la institución de la primera diócesis cubana, de la erección de la Catedral y el nombramiento de Santiago de Cuba como ciudad. Van a peregrinar para ganar la indulgencia que va con este Año Jubilar. Así que están todos invitados el próximo miércoles 21 a las 5 de la tarde en la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

Hermanos, que tengan todos, un feliz domingo, que lo puedan disfrutar con la familia, aprovechando este tiempo para compartir lo que quizás en toda la semana no han podido compartir. Y recuerden, no se olviden de sus amigos que puedan estar solos, por cualquier razón, ellos también necesitan de ese calor familiar y ustedes pueden acogerlos y dárselo. Aprovechemos también para orar en familia en este tiempo de Cuaresma, para que la misericordia de Dios se derrame sobre nosotros y a través de nosotros con todos nuestros hermanos, quizás aquellos que aún no lo conocen o que se han apartado de su camino.

Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes y los acompañe siempre. Amén.

Les ha hablado el padre Rafael Ángel de la Catedral de Santiago de Cuba, hasta la próxima si Dios quiere.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Medios de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Guion, grabación, edición y montaje, Erick Guevara Correa.
Dirección General, María Caridad López Campistrous.
Fuimos sus locutores y actores, Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung.
Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo…Irradia…

(Música, Polvo soy, Paola Pablo)

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