Por: María del Pilar Almeida Bárcenas

Fotografía: Anabel Rivero Almeida 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 1 de febrero de 2017 / El lunes 29 de enero de 2018 los laicos de la parroquia San Joaquín junto a nuestros sacerdotes, los padres Héctor y Arturo, y al hermano Jorge, nos reunimos en horas de la noche para desarrollar el simposio “Espiritualidad Vicenciana, 400 años del carisma en la Iglesia”. Esta celebración forma parte del programa de actividades que se prepararon con motivo de la conmemoración de la presencia ya centenaria en San Luis de los padres Paules y los 400 años del Carisma Vicentino.

El padre Héctor, párroco de San Joaquín, luego de guiar la oración inicial explicó cómo se iba a desarrollar el simposio y cómo estaba compuesto el panel expositor. Explicó que un simposio es un evento donde cada ponente es un experto en la materia que expone y este caso no fue la excepción pues el padre Arturo, el hermano Jorge, los laicos Cary (AIC) y Elein (Conferencia) y el propio padre Héctor saben muy bien de que están hablando porque lo sienten, lo viven y lo han hecho formas de vida.

El primer ponente fue el padre Arturo, sacerdote sanluisero para orgullo nuestro, que próximamente cumplirá 50 años de haber sido ordenado, tiempo que unido a sus años de formación le dan un conocimiento y experiencia extraordinarias. En su exposición nos habló del nacimiento de la Congregación, de la vida de San Vicente, de las cinco virtudes vicencianas y como cada una de ellas se puede manifestar en la vida de cada persona que haga suyo el amor por los pobres y necesitados.

La exposición sucesiva del hermano Jorge, de Cary, de Elein fueron todas muy interesantes y emotivas. Cada uno de ellos expuso desde su misión como desarrollan el trabajo de guiar a los miembros de la AIC, a los hermanos de la Conferencia y cómo es el servicio que un hermano coadjutor presta en la Iglesia, misión que a veces no comprendemos muy bien pero que el hermano Jorge explicó magistralmente.

Mención especial para el padre Héctor quien además de contextualizarnos el carisma vicentino y explicarnos sobre todas las ramas o grupos que integran la Congregación fue un excelente conductor durante toda la jornada de casi dos horas de duración, dejando entre todos los presentes un eterno agradecimiento hacia San Vicente por haber sentido que su misión era servir a Dios sirviendo a los pobres y haber constituido una Congregación que ha guiado también a nuestra parroquia durante 100 años.