Irradia, emisión del 15 de enero de 2023

Irradia, emisión del 15 de enero de 2023

Irradia, emisión del 15 de enero de 2023
Transmitido por RCJ y CMKC, Emisora Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Segundo domingo del Tiempo Ordinario

“Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” Juan 1, 29

(Música, Yo lo ví, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como cuerpo místico de Jesús. Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, Yo lo ví, Javier Brú)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Iglesia Metropolitana Catedral de Santiago de Cuba.

Que se postre ante ti Señor la tierra entera. Que todos canten himnos en tu honor y alabanza a tu nombre. Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas los cielos y la tierra, escucha con amor las súplicas de tu pueblo, y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Como siempre una alegría y un placer poder compartir con ustedes particularmente este ratico de la mañana del domingo. Poder compartir la palabra de Dios, poder compartir la liturgia de este segundo domingo del Tiempo Ordinario.

El Año Litúrgico es una admirable escuela para ser cristianos, los misterios de la salvación que celebramos no son simplemente el recuerdo de algo que sucedió hace muchos siglos hay una presencia totalmente actual del mismo hecho de la Salvación. Lo único que celebra la Iglesia es la Pascua de Cristo. Todos los hechos de la vida del Señor son pascuales porque van hacia esa culminación. La Santísima Virgen y cada uno de los santos desde luego, han vivido en ellos la Pascua, han caminado con Jesús o han participado de su muerte, por eso participan ahora de su gloria.

A este tiempo que iniciamos se le ha llamado de varios modos. Tiempo entre año, o también ahora oficialmente Tiempo Ordinario, en Europa se le llegó a llamar domingos verdes. Durante el Año Litúrgico, el Tiempo Ordinario se da en dos etapas, una que va desde que concluye el tiempo de Navidad hasta antes del inicio de la Cuaresma, que en esta ocasión será del 10 de enero al 21 de febrero. Y la segunda parte mucho más amplia, que abarca desde que termina el tiempo pascual, hasta el día anterior al inicio del Adviento, este año del 29 de mayo al 2 de diciembre.

El evangelio de hoy, que está tomado del evangelista san Juan, en el capítulo 1, versículos 29 al 34.

(Lectura del evangelio de San Juan, capítulo 1, 29-34)

Hoy nos presenta el evangelio de nuevo la figura de Juan el Bautista, este hombre escogido desde el seno de su madre para una misión, ser el precursor, ser el que prepare un camino al Señor en el corazón de su pueblo. La Voz que clama en el desierto. Juan se preparará para esto, en la oración, en el silencio, en el esfuerzo, para poder cumplirla, para poder llegar hasta el final. Juan que tiene muy claro cuál es su misión, no es él el que ha de venir, el que ha de venir viene detrás de él, y es más grande que él, siente que no tiene ni siquiera el privilegio de ponerse de rodillas para desatarle las sandalias. Dirá es necesario que Él crezca y que yo disminuya.

Por eso, cuando Jesús se va a bautizar en el Jordán, en ese bautismo de conversión de Juan, él le dice no, yo soy el que debe ser bautizado por ti. Jesús tendrá que decirle hagámoslo ahora así. Y entonces Juan se someterá a lo que Jesús le pide. Juan tenía discípulos que lo seguían, que lo escuchaban, que querían ser con él. Y en un momento determinado, nos lo narra el evangelio de hoy, se encuentra con Jesús después del bautismo, y les dice a sus discípulos, he ahí al Cordero de Dios. He ahí al Cordero de Dios, y sus discípulos siguen a Jesús. Para eso lo ha hecho, para señalarles el camino, para que se encuentren con Jesús.

No le duelen prendas que sus discípulos quieran dejarlo, porque es necesario que el crezca y yo disminuya. Y sus discípulos lo seguirán e irán con el Maestro y el Maestro comenzará a andar esos largos tres años de vida pública para anunciar el Reino de Dios. Conviértanse, porque el Reino de Dios está cerca.

Cuánto nos enseña Juan el Bautista también a nosotros que hemos sido llamados desde el seno de nuestra madre, que también tenemos una misión, la misión de ser la voz que clama en el desierto, de preparar un lugar en el corazón de nuestro pueblo a Aquel que vino, a Aquel que vendrá, Aquel que está siempre en medio de nosotros. El Camino, la Verdad y la Vida, pero como Juan tenemos que comprender que no somos nosotros, que no es nuestra palabra, que tenemos que preparar el camino para el Señor, que tenemos que disminuir nosotros para que Él crezca. Para que nuestros amigos, nuestros hermanos, aquellos a quienes predicamos puedan encontrarse con Él, puedan abrirle el corazón, puedan recibir su luz, puedan convertirse porque el Reino de Dios está cerca.

¡Qué importante es eso! Venimos a predicar a Jesús, a anunciar a Jesús, Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y en la medida que consigamos esto, no que se queden con nosotros, no que vayan en pos de nosotros, no que nos escuchen a nosotros, sino que lo escuchen a Él. Entonces estaremos cumpliendo la misión que se nos encomendó.

Cuánta humildad hace falta para eso. Por eso tenemos que pedírselo al Señor, Señor ayúdanos para que podamos ser humildes y podamos anunciarte y hacerte presente.

 Que así el Señor nos lo conceda.

(Música, Aquí estoy para hacer tu voluntad, Athenas y Tobías Buteler)

Presentemos hermanos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, sabiendo que Él siempre nos escucha y nos responde.

Por la Iglesia santa de Dios, para que sepa mostrar a todos al Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por la familia, para que sostenida por su rico patrimonio de valores, supere las crisis de nuestro tiempo, dirigiendo la mirada Jesucristo y a su ejemplo de amor total que nos salva. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todas aquellas familias que sufren para que encuentren en Dios la fuerza que las sostiene. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por los educadores, para que enseñen la fraternidad y ayuden a los más vulnerables. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos nosotros, para que nuestra vida contagie a muchos con la buena noticia de Jesús, el Salvador del Mundo.  Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Escucha Padre Santo estas súplicas y aquellas que quedan en nuestros corazones pero que Tú conoces. Te las presentamos por tu Hijo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(Música, Por amor, DR)

Ahora hermanos oremos con la oración que el mismo Señor Jesús nos enseñó.

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén

(Música, Mensajero de Paz, Schola Cantorum Coralina)

Del 21 al 25 de enero, estaremos celebrando los veinticinco años de una inolvidable visita. La visita de su Santidad Juan Pablo II a Cuba. Veinticinco años de una visita que marcó el corazón de los cubanos, de dentro y de fuera de la isla. Veinticinco años que marcó un antes y un después para la Iglesia en Cuba. Fueron momentos de preparación, meses de esfuerzo para llegar a esos días inolvidables.

Un mes antes de su visita a Cuba, en la Navidad de 1997, el Papa, Juan Pablo II dirigía un cariñoso mensaje al pueblo Cubano: “Quisiera que todos los cubanos pudieran vivir este día tan entrañable animados por la esperanza, pues sin ella se apaga el entusiasmo, decae la creatividad y mengua la aspiración hacia los más altos y nobles valores… Queridos cubanos: al acercarse el momento de besar su tierra, mi llamado se dirige a todos, sin distinción de credo, ideología, raza, opinión política situación económica…”

El papa Juan Pablo II, el Mensajero de la Verdad y la Esperanza continuaba diciendo, “Los católicos cubanos saben bien que iré para confirmarles en la fe, esa fe que a veces ha sido tan probada, y para proclamar juntos, como San Pedro ante Jesús: «Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo» (Mt. 16, 16). Deseo recorrer caminos de paz por diversas diócesis de Cuba, llegando hasta el corazón mismo de la Nación, a los pies de su Reina, Madre y Patrona, la Virgen de la Caridad del Cobre… Se acerca el momento en el que, con el favor de Dios, me encontraré con Ustedes en su tierra para alabar y bendecir juntos a Dios y proclamar su Palabra de vida que invita a cada uno a abrir de par en par las puertas de su corazón a Cristo, el Señor.”

(Música, Mensajero de Paz, Schola Cantorum Coralina)

Un gusto, un placer poder compartir con ustedes, poder estar este rato juntos. Deseo que tengan un feliz domingo, que lo puedan pasar en familia, con sus amigos, como siempre les digo recuerden aquellos que quizás están solos y necesitan de su familia y no pueden estar con ellos en este momento. Acójanlos, compartan. Que pasen un lindo domingo y que tengan una feliz y bendecida semana.

Que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes y los  acompañe siempre. Amén.

Les ha hablado el padre Rafael Ángel, de la Iglesia Catedral de Santiago de Cuba. Hasta la próxima.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Medios de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Guión, grabación, edición y montaje, Erick Guevara Correa.
Dirección general, María Caridad López Campistrous.
Fuimos sus locutores y actores, Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung
Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para

(Música, Hoy a tus pies, Luna Elkar)

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