ORACIÓN DE SÚPLICA, 27 de octubre de 2024
ORACIÓN DE SÚPLICA
27 de octubre de 2024
Señor Jesús, hoy venimos ante Ti,
para agradecerte por estar siempre presente en medio de nosotros.
Gracias, porque te encontramos en el amor de los esposos fieles;
de los padres y madres que están con sus hijos y los educan
en la fe, la verdad y en la caridad;
de los hijos que atienden con cariño a los ancianos de la casa;
de quienes desde otras tierras ayudan a familiares y amigos;
de los vecinos que se acompañan en penas y alegrías;
de tantos que sirven desinteresadamente a sus prójimos.
Ayúdanos a sentir el consuelo y la fortaleza en estos tiempos tan difíciles.
Te presentamos a las madres que luchan por alimentar a sus hijos;
a tantos que no se cansan de buscar medicinas para sus enfermos;
a los familiares de los presos que sueñan con verlos regresar,
algún día, sanos al hogar;
a los trabajadores que intentan brindar a sus seres queridos una casa digna;
a los que lloran la emigración de esposos, hijos, nietos, amigos;
a los que sufren la violencia y el robo;
a los que soportan tantas carencias materiales y espirituales.
Aumenta nuestra fe, para tomar conciencia de que para Ti nada es imposible.
Envía tu Espíritu Santo para que todos los cubanos,
con las potencialidades que nuestro pueblo tiene,
aprendamos a vivir en armonía, en un solo corazón y una sola alma,
con diferentes maneras de pensar, y, juntos, encontrar soluciones
que nos conduzcan a nacer en paz, a trabajar en paz, a comer en paz, a morir en paz.
Santísima Virgen de la Caridad, Madre de nuestro Señor Jesús,
presenta a tu Hijo nuestras oraciones, y dinos como en Caná:
“Hagan lo que Él les diga”. Madre de todos los cubanos, repítenos nuevamente:
“No tengan miedo, ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?”.
¡Jesús, Buen Pastor, escúchanos! Amén
Nuestra Señora de la Caridad, ruega por nosotros .
Nuestra Señora de la Caridad, ruega por nosotros.
Nuestra Señora de la Caridad, ruega por nosotros.
Bajo tu amparo nos acojemos Santa Madre de Dios.
No desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades.
Antes bien, líbranos de todos los peligros, Oh virgen gloriosa y bendita.
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.