Irradia, emisión del 17 de diciembre de 2023

Irradia, emisión del 17 de diciembre de 2023

Irradia, emisión del 17 de diciembre de 2023
Transmitido por CMKC, Emisora
​​Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
3er Domingo de Adviento

“Me alegro en el Señor con toda el alma, y me lleno de júbilo en mi Dios” Isaías 61, 10

(Música, Preparen el camino del Señor, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, Preparen el camino del Señor, Javier Brú)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

“Estén siempre alegres en el Señor, les repito estén alegres, El Señor está cerca. Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, como siempre una alegría, un gozo poder compartir con ustedes este ratico de la mañana del domingo, y sobre todo poder compartir la Palabra de Dios que nos propone la liturgia de este Tercer Domingo de Adviento, compartir la Palabra de Dios que nos ilumina y nos fortalece, nos ha iluminado y fortalecido en esta semana que ha concluido, y nos va a iluminar y a fortalecer en esta semana que estamos comenzando.

La semana pasada tuvimos muchas celebraciones, el día 12 tuvimos la celebración de la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de México y emperatriz de América, patrona de América Latina, ese momento particular en nuestra historia en que la Madre se hace presente y abre las puertas para el encuentro con Su Hijo Jesucristo. Y el día siguiente celebramos la fiesta de Santa Lucía patrona de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en la iglesia de Santa Lucía, le deseamos muchas felicidades a la comunidad y a su párroco, y pedimos también de manera particular por todos los oftalmólogos, los que se preocupan por nuestra visión material, para que Santa Lucía los bendiga, los fortalezca en la misión que están cumpliendo, ardua, y les dé la fuerza para seguir adelante.

Hoy se nos muestra por boca del profeta Isaías en la primera lectura, al que Dios ungió para llevar a cabo su obra de salvación, Jesús iba a aplicarse a sí mismo esta profecía de Isaías. San Juan nos la muestra cuando todavía no había sido presentado por Juan el Bautista en el evangelio, sino como alguien que viene detrás de mí. Cristo volverá un día y por eso nos exhorta San Pablo en la segunda lectura, tomada de la carta a los Tesalonicenses, a vivir con una gozosa espera y manteniendo una atención vigilante, a todo aquello que Dios quiere de nosotros.

El evangelio de hoy está tomado del apóstol y evangelista San Juan, en el capítulo 1, versículos del 6 al 28.

Lectura del evangelio de San Juan, capítulo 1, 6-28

El tercer domingo de Adviento es el domingo en que la Iglesia de una manera particular nos invita a la alegría. La alegría porque se acerca la Navidad, la alegría porque se acerca a ese tiempo particular en que los cristianos celebramos el que el Señor es fiel a sus promesas, y nos envió el Salvador que nos prometió. Cristo Jesús, el Hijo de Dios que se hace hombre en las purísimas entrañas de María Santísima y que nace en Belén, hace ya más de 2000 años, esa luz que vino a iluminar a todo hombre y a toda mujer que viene a este mundo, al que es el camino, la verdad y la vida. Alegría porque se acerca esta celebración en que recordamos todo esto.

Hay que tener presente que el sentido de la Navidad es Cristo. No podemos olvidar eso. A veces pensamos que la Navidad son las luces, las luces ayudan, pensamos que la Navidad son los arbolitos, los arbolitos ayudan, a veces pensamos que la Navidad es la cena, el encuentro familiar y eso es importante, pero el sentido de la Navidad, lo que da sentido a la Navidad, es Cristo. Y por eso, sea cuales sean las circunstancias, los cristianos celebramos la Navidad, y por eso sean cuales sean las circunstancias, los cristianos nos alegramos en este tiempo de Navidad, porque el sentido de la Navidad es Cristo. Y Cristo es luz, y Cristo es alegría, y Cristo da sentido a nuestra vida. y Cristo nos da la fuerza para seguir adelante recordando las palabras del ángel a los pastores, Gloria a Dios en el cielo y en la tierra pasa a los hombres que ama el Señor.

Y el Señor ama todos los hombres, nadie queda fuera del amor de Dios. Cristo vino para todos, por eso este domingo tercero de Adviento es el domingo de la alegría, el domingo in Gaudete así se le llama en la liturgia, porque la Navidad está próxima.

Por eso, hermanos míos, pidámosle al Señor que aprovechemos ya esta recta final del tiempo de Adviento este tiempo de alegre y confiada espera, pero este tiempo en que también los cristianos nos preparamos para celebrar una fiesta que no es solo del 25 de diciembre, una fiesta que es de todos los días, de todo el año, de toda la vida, porque cada vez que un hombre, que una mujer, que un niño, con un anciano abre el corazón a Cristo y le permite que la haga morada, es Navidad. Porque cada día que abrimos el corazón al amor y la misericordia, cada día que acogemos a nuestro hermano necesitado, porque tiene hambre, porque tiene sed, porque es caminante, porque está enfermo, porque está preso, porque está desnudo, y lo acogemos y compartimos lo mucho o lo poco que tenemos, es Navidad.

Por eso encontramos en la Navidad la alegría, la alegría que da la presencia de Cristo en nuestra vida. Ese es el sentido de la alegría cristiana, no es que los acontecimientos y las cosas de este mundo no nos proporcionen alegría, por supuesto que sí y las disfrutamos, pero el sentido profundo de la alegría cristiana es Cristo, el que tiene a Cristo en su corazón, ha encontrado la alegría, esa alegría que nada nos puede quitar, que nadie nos puede quitar, esa alegría que está siempre presente ahí, que no nos adormece, no es una alegría falsa. Es la alegría en la que encontramos fuerza para levantarnos cada mañana, para seguir adelante para decir Feliz Navidad, para tender la mano, para no cansarnos de hacer el bien sin esperar recompensa.

Entonces, hermanos míos, disfrutemos este domingo in gaudete, este domingo de la alegría en que el profeta Isaías nos dice, me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios. En que el apóstol san Pablo le dice a los Tesalonicenses y nos dice a nosotros, vivan siempre alegres. En que el Evangelio nos recuerda que en medio de nosotros hay uno al que quizás no conocemos pero que viene a bautizarnos con Espíritu Santo.

Entonces, hermanos míos, preparemos nuestro corazón para celebrar con alegría la Navidad. Aprovechemos esta recta final del Adviento para prepararle al Señor un lugar y que pueda hacer morada en nosotros cada día, y que podamos compartir esta alegría con todos los que encontremos, con aquellos que aún no se han encontrado con Cristo y por eso no han encontrado la raíz de la alegría, permanente y verdadera.

Que así el Señor nos lo conceda.

(Música, La Voz que grita en el desierto, Dumas y Mary)

Ahora hermanos renovemos nuestra profesión de fe pidiéndole al Señor que nos ayude a vivir conforme a la fe que profesamos, para poder así dar testimonio no solamente con la palabra, sino con la vida.

¿Creen en Dios Padre todopoderoso creador del cielo y de la tierra? Sí, creo.

¿Creen en Jesucristo su único Hijo nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, padeció, murió, resucitó, y está sentado a la derecha del Padre? Sí, creo.

¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos, y en la vida eterna? Sí, creo.

Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, nuestro Señor. Amén.

Hermanos presentemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, que siempre nos escucha, y siempre nos responde.

Pidamos por la Iglesia de la que formamos parte todos y cada uno de nosotros, para que viviendo profundamente este tiempo de Adviento ayudemos a nuestros hermanos a encontrarse con Cristo que es el camino, la verdad y la vida. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Pidamos también por todos los que sufren en el cuerpo o en el espíritu, por todos los que se desesperan ante las dificultades de la vida, para que podamos ayudarlos a encontrarse con Cristo y en Él, encontrar fuerza, consuelo, esperanza. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por el aumento de las vocaciones sacerdotales, religiosas, diaconales, para que el Señor nos conceda jóvenes y muchachas, generosos, dispuestos a responder a su llamado para servirlo en los hermanos. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por nuestros hermanos que se preparan al diaconado permanente y que han recibido la admisión o que han recibido algunos de los ministerios, para que el Señor los siga fortaleciendo e iluminando en este camino de servir y de servirlo en los hermanos. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos los difuntos de manera particular los que nadie recuerda en sus oraciones, para que, perdonadas sus faltas, el Señor los acoja en su descanso. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Y los unos por los otros, para que aprovechemos este tiempo de Adviento que aún tenemos por delante para preparar y abrir nuestro corazón, para que el Señor pueda hacer morada en nosotros. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Escucha Padre Santo estas súplicas y aquellas que han quedado en nuestros corazones pero que tú conoces. Te las presentamos por Jesucristo tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.

Oremos hermanos con la oración que el mismo Señor Jesús nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el cielo
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase su voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Hermanos todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la comunión espiritual rezando la siguiente oración.

Creo, Señor mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente, recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si te hubiese recibido, mi abrazo y me uno todo a ti. Oh, Señor no permitas que me separe de ti. Amén.

Hermanos y hermanas, aunque a semejanza de Juan el Bautista no somos dignos de desatar de a Jesús la correa de sus sandalias, el Hijo del hombre tuvo a bien bajar del cielo para traernos su salvación. Dios pudo haber escogido una infinidad de maneras para rescatarnos de la esclavitud de la muerte, del pecado y del demonio, pero en su infinita sabiduría y misericordia eligió la mejor quiso hacerse uno de nosotros. Escuchemos la llamada de la liturgia de este domingo, vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión.

Que tengan un feliz domingo, como siempre les digo recuerden aprovechar para pasarlo en familia, porque a veces en la semana no tenemos tiempo, el momento de compartir las alegrías, las tristezas, las esperanzas, lo que hemos vivido, lo que queremos vivir, el momento de alegrarnos en ese ámbito tan especial y tan importante que es la familia. Pero como también les digo, no se olviden de los amigos, hay muchos que por diversas razones están solos y necesitan ese calor familiar, y nosotros podemos dárselo, acogiéndolos en el seno de nuestras familias.

Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre todos nosotros y nos acompañe siempre. Amén.

Les ha hablado el padre Rafael Ángel de la Catedral de Santiago de Cuba, hasta la próxima.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Medios de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Guion, grabación, edición y montaje, Erick Guevara Correa.
Dirección General, María Caridad López Campistrous.
Fuimos sus locutores y actores, Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung.
Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo…Irradia…

(Música, Toda la tierra, SHAJAJ)

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