Transcripción homilía del P. Rogelio Deán Puertas, Párroco del Cobre, 5 de noviembre de 2023
Transcripción homilía del P. Rogelio Deán Puertas, Párroco del Cobre
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Domingo XXXI del Tiempo Ordinario, 5 de noviembre de 2023
“El primero entre ustedes será su servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” Mateo 23, 12
Mis queridos hermanos,
La Palabra de Dios este domingo, nos vuelve a insistir en la tarea pendiente de la humildad. ¡Cuánta falta hace la humildad sobre todo en el mundo de hoy! Se nos insiste, el mismo Jesús nos insiste, nos reitera, la importancia de buscar sobre todo la oportunidad de servir. ¿Quién va adelante? Nos dice el Señor, el que sirve. ¿Quién es el primero? El que más sirve. Qué bueno, qué bueno que nosotros una vez más, nos demos cuenta de la importancia en la vida, la práctica cristiana de la coherencia.
¡Cuánta falta nos hace la coherencia hoy en día la evangelización! Sólo tiene poder en la coherencia, las personas buscan testimonios, no solamente de palabra. Las personas buscan testimonios de hechos, cuando los hechos van con la palabra, cuando hay una auténtica coherencia, entonces es que logramos una evangelización efectiva, que logramos un impacto, que logramos cautivar a los demás realmente con el amor de Cristo.
Muchas veces no nos damos cuenta, la psicología humana, cómo el protagonismo viene muy sutilmente una y otra vez, un deseo en nosotros de un protagonismo, a veces de llamar la atención, de buscar ser admirado, de estar en los primeros puestos, de tener la razón y de autoafirmarnos. Una y otra vez, sin embargo, el Señor nos pide humildad, el Señor nos pide echar la carrera del servicio. A veces quizá podríamos mirar a la Virgen, mirar el testimonio de los evangelios, ejemplo de humildad, ejemplo de servicio, cómo María venía, intercedía, servía, amaba, y después desaparecía para darle el lugar a quien tenía que estar en el primer lugar, su Hijo Jesucristo.
Vamos a pedirle a al Señor que nos ayude a ser humildes, que nos ayude a darnos cuenta que nosotros no somos más que instrumentos del amor del Señor. Tenemos que una y otra vez recordar que somos los instrumentos del amor del Señor, el protagonismo tiene que ser todo de Jesucristo; la mirada nuestra, la mirada a los demás, siempre tiene que estar hacia Jesucristo y nosotros quizás como María simplemente hacer un silencio de amor.
Vamos a pedirle a la Virgen que nos enseñe esa humildad, que nos ayude a ser humildes, para que en estos tiempos de tanto orgullo, de tanta soberbia, hay tanta soberbia que lleva la destrucción a los pueblos, en estos tiempos de tanta soberbia hace falta diálogo, comunión, humildad, que entonces nosotros, cada día, tengamos como reto crecer en la humildad.
Que así sea.