Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, Domingo XXX del Tiempo Ordinario, 29 de octubre de 2023

Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez, Domingo XXX del Tiempo Ordinario, 29 de octubre de 2023

Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Domingo XXX del Tiempo Ordinario, 29 de octubre de 2023

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con todo tu ser… amarás a tu prójimo como a ti mismo” Mateo 22, 37. 39

Hermanos,

Ya nos estamos acercando al final del año litúrgico. Estamos en el domingo XXX, ya a finales del mes de noviembre vamos a comenzar después de la fiesta de Cristo Rey, con el primer domingo de Adviento. Así que estamos en el final del año litúrgico, que hemos dicho que termina con la fiesta de Cristo Rey en la que recordamos que todo lo creado, toda la creación entera, va a ser recapitulada en Cristo Jesús, será puesta en sus manos. El Señor Jesús se la presentará al Padre, que puso precisamente la creación en sus manos, en las manos de Jesús, para que las redimiera. Es el triunfo de Cristo, por eso se celebra el final del año litúrgico con la fiesta de Cristo Rey. Ya después comienza el Adviento, otro ciclo para disponernos y prepararnos para celebrar el ministerio de la Encarnación, el nacimiento del Hijo de Dios.

Voy a comenzar con la segunda lectura, brevemente. La segunda lectura que es el comienzo de la carta de Pablo a los Tesalonicenses, esta primera carta se piensa, los estudiosos dicen que es la primera escritura que forma parte de la Biblia, que se escribió después de la resurrección de Cristo. Veinte años después, 21 años después ya Pablo había escrito esta carta a los Tesalonicenses. Que no es nada y si muere en el año 33, en el año 51 se escribe la carta. Imagínense todo ese período de elaboración, ahí está la comunidad cristiana viva, naciente, llena de fervor y de entendimiento. Y Pablo lo que hace es un elogio, ya comenzó el domingo pasado cuando decía hermanos ustedes son ejemplo, vaya les decía así, no un ejemplo falso, sino ese ejemplo que dice ustedes siguieron las enseñanzas y vieron en aquellas personas consagradas, fueron las que tuvieron como esa mirada, para ver vamos a comportarnos igual que ellos.

Es un elogio grande, es decir, los tesalonicenses dice y no hay que decir lo que ustedes hacen, ¿por qué? Porque todo el mundo lo conoce, óyeme que bueno es eso, que todo el mundo conozca que uno hace las cosas como deben ser. un especialista en cibernética, qué bueno es que cuando la gente lo contrata digan fulano sí que hace las cosas bien. Pero bueno, esta es la vida de fe, que es buen cristiano es esta persona. Son atentos con las viudas, son atentos con todos y tienen al Señor Jesús por delante. Ojalá se diga eso de nosotros.

En la Palabra, en la Biblia, en el libro de los Hechos los apóstoles cuando se quiere elogiar a Jesús, al principio lo primeros capítulos, que Pedro se ponía a predicar, él no encontró mejor elogio para hablar de Jesús que dijo pasó por la vida haciendo el bien. Eso a mí me gusta mucho, que mejor rastro, eco, uno puede dejar y ojalá se diga de todos nosotros, de ustedes y de mí, de todos, fulano pasó por la vida haciendo el bien. ¡Qué bueno! Dios es el que sabe, porque Dios es más íntimo a nosotros que nosotros mismos. Pero qué bueno que también la gente diga, ¿por qué? No por vanagloria, ni por orgullo personal, que eso es falso. Cuando empecé empieza eso ya no estamos haciendo mucho el bien, sino porque podemos servir de modelo, de ejemplo, no porque seamos mejores sino porque la gracia de Dios ha actuado en nosotros. Y no hay que acomplejarse de que de que de la misma manera que los malos ejemplos causan daño, los buenos ejemplos causan mucho bien. Vamos a fijarnos en eso y tenerlo con las lecturas de hoy presente.

Pero el tema de la lectura de hoy es el tema del comportamiento, ¿cuál debe ser nuestro comportamiento? En los domingos anteriores, nosotros vemos que hay varios domingos, uno casi detrás del otro, que el tema lo provoca no Jesús sino el tema lo provocan los enemigos de Jesús. Recordemos el domingo pasado, para solamente citar ese, en el cual le preguntan Señor, para cogerlo, Señor ¿es justo darle el tributo al César sí o no? Era para cogerlo.

En esta exactamente igual, pero en otro campo. Señor, ¿cuál es el primer mandamiento? ¿Cuál es el primero, qué tú nos dices? Todo era para para ver la vuelta y Jesús inteligentemente, igual que con el César, que Jesús dijo que den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Eso lo comentamos el domingo pasado, en este Jesús no tuvo que inventar nada, no tuvo que buscar qué argumento, simple y sencillamente dijo lo que ya en el Antiguo Testamento estaba dicho. Pero no solamente en el Antiguo Testamento, lo que también estaba dicho en otras culturas, en otras religiones también, eso trata a los demás como tú quieres que a ti te traten.

Eso no es patrimonio exclusivo de la fe cristiana, no, eso está presente, estaba presente, lo que pasa es que Cristo hace de eso el centro del comportamiento de un cristiano. ¿Qué tenemos que hacer para alcanzar la salvación? Lo hemos rezado hoy en la oración de entrada, cumplan un mandamiento para así el poder alcanzar el reino de los cielos.

Entonces, Señor, ¿cuál es el primer mandamiento? Jesús ahí mismo con les dijo, trata a tus hermanos como a ti mismo. Hermanos si hay algo que es justo, que habla de justicia, es eso, no desees al otro lo que tú no quieres para ti; y se bondadoso y desea para el otro, tú deséale todo el bien que tú quieres para ti. Si nosotros hiciéramos nos comportáramos en la vida así, la cosa fuera diferente, tanto en el hacer como en el recibir. Trata al otro como tú quieres que se traten a ti y a la vez pedimos yo quisiera que me trataran bien, entonces hermanos eso es cumplir los mandamientos y la ley de Dios.

Pero en Jesús, él pone el comienzo de esa frase anteriormente a decir esto, Él dice ama a Dios por sobre todas las cosas, tendrás un solo Dios, a él solo adorarás. Fíjense bien que ese es el mensaje desde el principio, desde allá desde el Génesis cuando fueron expulsados a Adán y Eva, ese relato tan precioso el que habla del amor de Dios que da la vida y la desobediencia nuestra que provoca la muerte. Eso está desde el principio. La lectura lo va repitiendo, lo va repitiendo, y Jesús lo hace el centro del comportamiento cristiano.

Decía que es justo, porque cuando aplicamos la lógica, nos damos cuenta de que hay una justeza increíble en esa frase trata al otro como tú quieres que a ti te traten; y tiene que ser así hermanos, tiene que ser así, porque es Jesús, Dios no nos puede proponer nada que vaya en contra de la inteligencia y de la lógica. Si nosotros cogemos el mensaje de Jesús, de la Palabra de Dios, nos damos cuenta que es un mensaje que uno le aplica la lógica y todo está imbuido de esa claridad, de esa sabiduría, que los hombres tenemos porque somos imagen y semejanza de Dios, y que la comunidad humana ha ido descubriendo, recreando, viviendo a través del tiempo. ¿Quieres justicia? Cumple eso, y eso es lo que el Señor te pide no te pide otra cosa además de la justicia.

Se justo. Ah, ¿tú quieres ser un poquito mejor? Entonces sé caritativo, la justicia es trata al otro como tú quieres que a ti te traten, la caridad es le doy al otro hasta lo que yo casi ni tengo o que necesito. Ah, yo quiero sacrificarme y dárselo al otro, bien, es la diferencia entre justicia y caridad. ¿Qué es lo primero que tenemos que hacer como cristianos? La justicia, darle al otro lo que le corresponde y como quisiera que me trataran, la caridad viene cuando yo quiero hacer un plus, pero yo a él lo voy a tratar de darle un poco más. Ésa es la caridad. Entonces hermano tenemos que vivir así, pero sabiendo que el primer mandamiento es ama Dios por sobre todas las cosas y reconócelo como al único Señor, reconócelo como al único Señor.

Algo más, cuando nosotros cogemos los diez mandamientos que en definitiva este mandamiento resume los 10 mandamientos., ¿cuáles son los tres primeros mandamientos? Tendrá un solo Dios, ama a Dios, no jures el nombre de Dios, santifica la fiesta porque tú tienes la obligación, es justicia adorar a Dios. ¿A quién va dirigida esa acción nuestra? Va dirigida a Dios. En esta frase ama a Dios y ama tu hermano como a ti mismo, la primera parte cuál es, dirigida a Dios.

Pero en los Diez Mandamientos, los otros siete van dirigido a los hermanos los hombres, ¿empezando por cuál?, por los padres, por los padres que son un don de Dios. Trata, a tu padre y a tu madre de tal manera, que ellos puedan envejecer en de tal manera que tú le reconozcas lo que han hecho contigo, además son un regalo de Dios. Está la familia la vida familiar, ese el primer mandamiento. De mayores queremos que los hijos también nos traten así de esa manera, además es una obligación de los padres; ese mandamiento también entraña la obligación de los padres para con los hijos.

Los otros mandamientos van con respecto a las otras personas, y en ello destaca el mandamiento del amor, el amor entre un hombre una mujer para formar una familia, el amor, el hombre que ama a su esposa, la esposa que ama al hombre, sin confusiones ninguna de sexo, ni de cosas, ni inventos; que no son lógicos, no son lógicos, pero sin embargo lo aceptamos.

Entonces, no mientas al otro, no envidias al otro, no le haga daño al otro, no blasfemes en la relación con los demás. Por eso hermano vayamos a nuestras casas, ustedes están en su casa, quedémonos ahí meditando en la vida nuestra, lo que dice la oración cumple los mandamientos y tendrás la vida eterna, el Señor dice también en San Juan si cumplen mandamientos ustedes son mis amigos, queramos ser amigos de Jesús. Eso es lo que el Señor nos pide, no nos pide cosas imposibles de conseguir, nos pide eso. Y ojalá que al final haya gente que diga de nosotros, lo que se dijo de Jesús, pasó por la vida haciendo el bien, y otra gente diga este es como los tesalonicenses que acogieron la Palabra de Dios y trataron de vivirla.

Que Dios nos ayuda a todos a vivir así.

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