Irradia, emisión del 24 de septiembre de 2023

Irradia, emisión del 24 de septiembre de 2023

Irradia, emisión del 24 de septiembre de 2023
Transmitido por CMKC, Emisora
​​Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Domingo XXV del Tiempo Ordinario

“El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.” Salmo 144

(Música, Servir a Cristo, Migdalia Rivera)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, Servir a Cristo, Migdalia Rivera)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

Yo soy la salvación de mi pueblo dice el Señor los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación y siempre seré su Dios. Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu santa ley, concédenos que cumpliendo tus mandamientos merezcamos llegar a la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, donde quiera que se encuentren como siempre una alegría un placer un gozo compartir con ustedes este pedacito de la mañana del domingo y compartirlo con la Palabra de Dios. La Palabra de Dios que es como una espada de doble filo que llega hasta lo profundo del corazón, esa palabra de Dios que nos ilumina, que nos sostiene, que nos consuela.

La parábola de los trabajadores que un propietario contrata para su viña, nos enseña que Dios es todo bondad como aquel dueño que se compadece de los hombres que no tienen trabajo. Es que los pensamientos de Dios no son como los pensamientos de los hombres, nos dice la primera lectura, y el corazón de Dios es mucho más grande que el nuestro.

Desde la cárcel escribió San Pablo a los cristianos de Filipos en la segunda lectura, para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia. La primera lectura es del libro del profeta Isaías en el Antiguo Testamento, y comienza diciendo busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca. A Dios lo podemos encontrar siempre y el Señor está siempre cerca, pero nuestro tiempo es este tiempo, el tiempo que Dios nos ha dado en este mundo, y en este tiempo es el momento de encontrarnos con el Señor, de invocar al Señor para que Él nos ilumine, nos fortalezca, nos ayude para encontrar el camino. El camino de Dios para con nosotros a veces nos olvidamos de eso, y qué importante es tenerlo en cuenta. El mañana no existe, no existe hasta el momento. El pasado ya pasó, el futuro no ha llegado lo que tenemos es el presente. Este es el momento, no podemos dejar para mañana. Mañana me voy a encontrar con el Señor. Mañana voy a cambiar, mañana voy a ser mejor, mañana voy a escuchar la Palabra de Dios, mañana, voy a dejar que la Palabra de Dios entre en mi corazón y me cambie, no tiene que ser ahora porque es el tiempo de Dios para nosotros.

El salmo 144 hemos rezado repitiendo la antífona, bendeciré al Señor eternamente por qué, porque también el salmo nos lo dice, el Señor es compasivo y misericordioso.  La compasión y la misericordia de Dios es eterna, siempre podemos confiar en ella.

La segunda lectura ya del Nuevo Testamento está tomada de la carta del apóstol San Pablo a los filipenses y como siempre, Pablo, exhorta a los cristianos a quienes escribía y nos exhorta a nosotros, porque la Palabra de Dios es para ayer, es para hoy y es para mañana, lleven una vida digna del Evangelio de Cristo no basta que digamos que somos cristianos hace falta que vivamos como cristianos y vivir, como cristiano es vivir conforme a la Palabra de Dios.

A veces pensamos que ser cristiano es ir mucho a misa, comulgar todos los días, rezar el Rosario de la Virgen, de la Divina Misericordia, de San José, hacer todas las devociones, trabajar mucho, misionar… todo eso es parte de, pero ser cristianos es llevar la vida digna del Evangelio de Cristo, es vivir conforme el Señor nos enseña. Que todo eso que hacemos sea fruto de la conversión de nuestro corazón, de que la Palabra de Dios haya entrado en nosotros y nos mueva de tal manera, que entonces yo participo en misa, recibo la comunión, porque sé que es el Cuerpo y la Sangre de Cristo que me fortalece, voy a mis hermanos anunciarle la Palabra de Dios, trabajo en mi comunidad cada día, porque esa palabra de Dios, porque ese encuentro con el Señor, es el que me mueve. Eso, el movimiento tiene que ser así, encontrarme con el Señor, acoger al Señor en mi vida y entonces todo lo demás irá por su propio peso, y todo lo que hagamos, tendrá un sentido.

El evangelio de hoy está tomado del evangelista San Mateo, en el capítulo 20, versículos del 1 al 16

Lectura del evangelio de San Mateo, capítulo 20, 1 – 16)

Es una parábola, el Señor enseñaba mucho con las parábolas, con estas pequeñas historias con estos pequeños cuentos, sacados de la vida cotidiana, de la experiencia que Él mismo debe haber tenido en su vida, en su pueblo, después cuando andaba por esos caminos de Israel. Y eran historias que la gente a quienes le hablaba podían entender, porque le estaban hablando de cosas que conocían, de cosas profundas a través de esas historias que ellos conocían, porque era su vida cotidiana. Y este es el caso del dueño de una viña que sale por la mañana temprano buscar trabajadores para su viña, y en la plaza se encuentra un grupo de trabajadores esperando y los manda su viña, y se pone de acuerdo con ellos en pagarle un denario por todo el trabajo del día; pero después vuelve a salir a media mañana y se encuentra todavía gente en la plaza, y la contrata y los manda, y a mediodía y vuelve a encontrar gente en la plaza y los contrata y los manda a su viña, y a media tarde todavía encuentra hombres en la plaza sin nada que hacer y los manda a su viña. Pero llega, nos dice el Evangelio de hoy al caer de la tarde, y todavía había gente allí sin trabajar y él les pregunta ¿por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?, y responden algo que a mí me llega al corazón, porque nadie nos ha contratado. Porque nadie nos ha contratado.

Uno de los mensajes del Evangelio de hoy es que el Señor llama en cualquier momento, que nunca somos demasiado viejos, vamos a decir así, para ser llamados por el Señor. Unos son llamados a la primera hora, otros son llamados a la última hora y todos recibiremos el mismo pago, porque no es cuestión de tiempo, es cuestión de abrirle el corazón y de responder al Señor que sale a nuestro encuentro. Pero qué triste es oír decir a aquellos que a la última hora el Señor les pregunta, por qué se han pasado el día sin trabajar y le digan, porque nadie nos ha contratado, qué triste será que haya personas que cuando el Señor les pregunte, ¿por qué ustedes no se encontraron conmigo, por qué no encontraron mi palabra, por qué no siguieron mi camino? Porque nadie nos habló de ti. Porque nadie se acercó a nosotros porque nadie nos habló de tu palabra porque nadie tocó a nuestro corazón.

¿Cuántas personas hay esperando por nosotros? Porque cumplamos lo que el Señor nos mandó vayan al mundo entero y anuncien la buena nueva, para que todo el que crea se convierta, y se bautice , y viva. Ésa es nuestra misión. A veces pensamos que tenemos que buscar cosas, que hacer… y es verdad, tenemos que ayudar en todo lo que podemos, hacer todo lo que otros quizás tendrían que hacer y no hacen, y eso lo ha hecho la Iglesia a lo largo de la historia. Ha asumido todo aquello que otros debían haber asumido y no lo asumieron.

Pero la misión de la Iglesia es anunciar a Cristo muerto y resucitado, llevar su palabra, eso no podemos olvidarlo. Todo lo demás es consecuencia de eso. Cuando nos encontramos con Cristo abrimos el corazón a la misericordia, abrimos el corazón a la generosidad, abrimos el corazón al perdón, pero tenemos que llevar la palabra. Si hacemos muchas cosas y nos olvidamos de anunciar a Cristo, entonces no estamos cumpliendo nuestra misión de cristianos, y cuando el Señor pregunte en el último día, a todos aquellos que se quedaron en la plaza, ¿por qué ustedes se quedaron en la plaza, por qué no fueron a la viña? Porque nadie nos contrató, porque nadie nos habló, porque nadie nos llamó, porque nadie se acercó.

Entonces hermanos tenemos que salir de nosotros mismos. Todos tenemos las mismas dificultades, los mismos problemas, todos pasamos por lo mismo, pero tenemos que salir de nosotros, para ir a nuestros hermanos. Tenemos que llevar la palabra de aliento de consuelo, de fuerza, de esperanza. Porque todos pasamos por lo mismo, pero nosotros nos hemos encontrado con Cristo, y Cristo es nuestra roca. Cuántos hay que se sienten desalentados, desanimados, desesperados porque no saben a dónde mirar, y nosotros sí sabemos a dónde mirar, y podemos decirle dónde pueden mirar, para poder seguir adelante, para construir sobre la roca firme que es Cristo.

Entonces pidámoslo así al Señor, que como Él seamos capaces de salir a la primera hora, a mediodía a media mañana, a media tarde, al caer de la tarde, que salgamos de nosotros mismos, que seamos como dice el Papa Francisco una iglesia en salida siempre, para ir a nuestros hermanos, y que podamos llevarle la esperanza y la alegría y el gozo de la Palabra de Dios.

Que así el Señor nos lo conceda.

(Música, Cerca está el Señor de los que lo invocan, Emilio Vicente Mateu)

Ahora hermanos renovemos nuestra profesión de fe, pidiéndole al Señor con humildad que nos dé la fuerza para vivir conforme a la fe que profesamos.

¿Creen en Dios Padre todopoderoso creador del cielo y de la tierra? Sí, creo.

¿Creen en Jesucristo su único Hijo nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, padeció, murió, resucitó y está sentado a la derecha del Padre? Sí, creo.

¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? Sí, creo.

Esta es nuestra fe esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús nuestro Señor. Amén.

Y ahora confiados en que el Señor siempre nos escucha y siempre nos responde, lo que tenemos que estar atentos para poder escuchar al Señor que nos habla a través de acontecimientos, le presentamos nuestras súplicas, nuestras necesidades.

En primer lugar por la Iglesia, para que seamos fieles al mandato del Señor de ser sus testigos, de anunciar su palabra, de dar testimonio de Él, muerto y resucitado, en medio de aquellos que aún no lo conocen. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos los que sufren y se desesperan ante las dificultades de la vida, para que puedan encontrarse con Cristo, y en Cristo y encontrar consuelo fortaleza y esperanza. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por el aumento de las vocaciones sacerdotales, religiosas, diaconales, laicales, para que sepamos responder al Señor acogiendo su palabra, saliendo de nosotros para llevar su mensaje a todos aquellos que aún no lo han escuchado. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Vamos a pedir de manera especial por nuestra hermana Mercedita Ferrera, que el pasado 19 cumplió años, para que el Señor la bendiga, la fortalezca y pueda seguir dando testimonio de Él. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos los difuntos particularmente por los que nadie recuerda en sus oraciones, para que perdonadas sus faltas el Señor los acoja en su descanso. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Y los unos por los otros, para que estemos dispuestos a salir siempre a cualquier hora para acoger a todos a la primera, a la segunda, a la última hora, y llevarle la Palabra de Dios porque siempre hay la oportunidad de encontrarse con Él. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Escucha Padre Santo estas súplicas y aquellas que han quedado en nuestros corazones pero que Tú conoces, te las presentamos por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor. Amén.

Ahora hermanos recemos con la oración que el mismo Señor Jesús nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el cielo
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase su voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén

Hermanos todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la comunión espiritual rezando la siguiente oración.

Creo, Señor mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar, te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora a sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón y como si te hubiese recibido, me abrazo y me uno todo a ti. Oh, Señor no permitas que me separe de ti. Amén.

Yo soy de los que creo que la casualidad no existe, existe la providencia de Dios y este domingo, domingo XXV del tiempo ordinario también es 24 de septiembre, fiesta de Nuestra Señora de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes patrona de los cautivos. Entonces tengamos una intención especial por los presos y por sus familias, para que la gracia de Dios para que la fuerza de Dios, los acompañe y los ayude, para que los guíe en estos momentos difíciles por los que pasan.

Y a todos los que tengan un feliz domingo, que la Virgen también los acompañe, los ayude para que puedan disfrutarlo en familia, encomiéndense a la Sagrada Familia, Jesús María y José. Que puedan aprovechar este este día en que puedan estar juntos, en que pueden compartir lo que quizás en otros momentos no pueden compartir; y recuerden siempre lo que les digo, no olviden aquellos que están por una razón u otra lejos de su familia, para que encuentren en ustedes la acogida y el calor que todos necesitamos ese calor familiar que tanta falta nos hace. Pues que tengan nada, un feliz domingo.

Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo se derrame sobre todos ustedes, sus familiares y sus amigos, y los acompañe siempre. Amén.

Les ha hablado el padre Rafael Ángel de la Catedral de Santiago de Cuba, hasta la próxima.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Medios de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Guion, grabación, edición y montaje, Erick Guevara Correa.
Dirección General, María Caridad López Campistrous.
Fuimos sus locutores y actores, Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung.
Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo…Irradia…

(Música, Al lado de Jesús, Primera fe)

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