ALOCUCIÓN Mons. Dionisio García Ibá, 8 de septiembre de 2023

ALOCUCIÓN Mons. Dionisio García Ibá, 8 de septiembre de 2023

ALOCUCIÓN FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LA CARIDAD DEL COBRE,  8 de septiembre de 2023
Mons. Dionisio G. García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba

 ¡Alégrate, María, la llena de gracia, el Señor está contigo!
¡Bendita tú eres entre todas las mujeres! ¡Dichosa tú que has creído, pues lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!

Queridos hermanos y hermanas, que me escuchan por las ondas radiales de CMKC, nuestra Radio Provincial. Me dirijo a ustedes, a sus familias y a todos los santiagueros y cubanos, sin distinción, pues sabemos que necesitamos del mensaje de esperanza, verdad, fraternidad, y de misericordia de Dios que nos trae su hijo Jesús, nuestro Salvador, el único que tiene palabras de Vida Eterna.

No hay elogios y alabanzas más grandes que se le puedan decir a una persona, y a una mujer en particular, que los que están recogidos en la Biblia, en el Evangelio de Lucas, que es Palabra de Dios: El Ángel Gabriel, saluda a María en nombre de Dios, diciéndole ¡Alégrate María, eres la llena de gracia, el Señor está contigo! También las palabras que le dice su prima Isabel, inspirada por el Espíritu Santo, ¡Bendita tú eres entre todas las mujeres! ¡Quién soy yo para que me visite la Madre de mi Señor! ¡Dichosa tú que has creído, pues lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!

Sí, la Biblia lo dice claro, María fue la mujer escogida por Dios para ser la Madre de Jesús, pues éste nació de ella por obra del Espíritu Santo. Por eso, también como dice la Biblia la ¡Llamarán bienaventurada todas las generaciones!

Hoy yo les digo a ustedes: ¡Alégrense todos los que me escuchan y todo nuestro pueblo, pues el Señor está con ustedes y quiere colmarlos, en este Día de la Virgen, de la Paz y la Fortaleza que sólo Dios puede dar! A pesar de las dificultades, ¡No tengan miedo, temores ni dudas! ¡Abran sus corazones y sus vidas a Dios! Pues sus promesas se cumplirán en nosotros si somos fieles, como lo fue la Virgen María.

Nuestro pueblo venera a la Virgen María, bajo el centenario y hermoso nombre de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre y por eso la invoca frecuentemente en los momentos importantes y significativos de la vida, ya sean alegres o dolorosos, pero sobre todo lo hacemos el día de su Fiesta, el 8 de septiembre de cada año, un día como hoy, y hacemos el esfuerzo de peregrinar hacia el Santuario Nacional de El Cobre o a las iglesias de nuestros pueblos, o a las casas de familia, que se convierten en casas de oración en aquellas comunidades donde no hay templos.

Son muchos los hogares que tienen una pequeña imagen o una estampa de la Virgen de la Caridad, muchos otros la llevamos siempre con nosotros ya sea en una estampa en el bolsillo o en una medalla colgada al pecho. Siempre agradecemos a Dios que no nos ha abandonado, que nos ha dado a María de la Caridad como Madre y Patrona, pues sabemos que siempre ella está cercana a nosotros y a Ella le elevamos nuestras peticiones y súplicas.

En el mensaje de hoy quiero convocarlos para orar juntos, elevando nuestras peticiones a Dios por medio de la Virgen María de la Caridad. De esta manera seremos muchos los que nos uniremos en una misma oración para pedir por nuestras necesidades, las de nuestras familias, amigos, vecinos y por todo nuestro pueblo, que sabemos necesita de la cercanía y de la misericordia de Dios.

(MUSICA)

¡Dios te salve Madre de la Caridad, Madre nuestra! Nuevamente llegamos a ti para presentarte nuestro agradecimiento, y nuestras alabanzas y súplicas.

Después de cada petición oramos diciendo: ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

 

– ¡Bendito fruto que llevaste en tu vientre! Madre de la Caridad, Madre nuestra.  Llevar un hijo en el vientre, es el más preciado anhelo de muchas mujeres que junto a sus esposos dan vida a un nuevo ser. Tú sabes que, lamentablemente, todos no pueden y otros simplemente no quieren asumir esa responsabilidad. Para algunos ese fruto bendito del amor puede llegar a ser algo que nunca debió suceder. 

Ponemos ante ti, a las mujeres y los hombres de esta tierra, a los que son padres y madres de familia, y también a los que llegarán a serlo. Pon en cadauno de ellos el sano deseo de construir familias y ser las madres y los padres que esta tierra y esta iglesia, y nuestros hijos necesitan.

R/: ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

– Madre querida, también venimos a presentarte a los más pequeños de nuestras familias.  Queremos que nuestros niños crezcan amándote y venerándote; danos voluntad firme para hacerlo, porque a veces no cumplimos bien con nuestro deber de padres.

Ayúdanos también para que sepamos trasmitirles la devoción que un día nos enseñaron nuestros mayores, y así crezcan con la alegría de ser tus hijos y la certeza de que tienen en Jesús, al hermano, al amigo que nunca falla.

R/: ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

– María, Madre de Dios. Madre de la Caridad y Madre Nuestra. Mira con dulzura a nuestros adolescentes y jóvenes. Es una etapa difícil y desafiante que viven en medio de un mundo también difícil y desafiante. Ellos necesitan comprensión y apoyo ante los desafíos que impone la vida hoy. Pero, sobre todo, ellos necesitan una familia. En esta etapa de la vida están entre la niñez y la adultez, Y se sienten ya mayores, pero carecen de experiencia en la vida. También necesitan una mano amorosa, sabia, firme, que los guie y enseñe, a encontrar sus propios caminos, sin miedos, con sabiduría

Madre, tú que guardabas con amor en tu corazón, los detalles de la vida de tu hijo Jesús, guarda a nuestros adolescentes y jóvenes bajo tu manto, y que al escuchar el dulce nombre de María, sepan que tienen una Madre que los protege y acompaña.

R:/ ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

– Virgen de la Caridad: Cuida de manera especial a nuestros adultos mayores y ancianos. Ellos un día fueron el horcón de la casa, algunos siguen siéndolo a pesar de los años.  Muchos de ellos fundaron hogares y formaron hombres y mujeres de bien, pero hoy viven solos o lejos de su familia y no tienen quien les cuide y les dé cariño y amor. Las dificultades en que vivimos les afectan más, les hace más vulnerables.

Te pedimos para que no les falte la ayuda, el apoyo y la comprensión de los que le rodean, tampoco la fe, la esperanza y el amor que vienen de tu Hijo.

R/ ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

– ¡El Señor está contigo!, Madre de la Caridad, Madre nuestra.  Te pedimos por los enfermos, especialmente por los que están solos o esos que a veces no recuerdan ni quienes son, ni lo que vivieron, ni lo que ahora necesitan. Quizás ellos no pueden recordar, pero los que les rodeamos no debemos olvidarlos. También te pedimos por los presos y sus familias.

Madre, alcánzanos de tu Hijo la decisión y la responsabilidad de acercarnos a ellos para que sepamos atenderlos, a no olvidarlos y a darle esperanza, pues son los que más nos necesitan.

R/ ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

– Llena eres de gracia, Madre nuestra. Te pedimos por las personas que viven en soledad. La soledad es un mal que ha crecido en estos tiempos. Estamos más comunicados que nunca, pero a veces, también, más alejados. Ayúdanos a comprender que un apretón de manos, un abrazo, un saludo o un beso son necesarios y no se pueden sustituir.

Danos Madre, la voluntad de “ponernos en camino” para acompañar al que vive en soledad, salir a su encuentro, saludar, sonreír a todos, pero especialmente a quien más lo necesita, aquel que está o se siente solo.

R/ ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

– Madre de Dios, Madre de la Caridad, sabes que tememos a la muerte física, nos cuesta aceptarla como parte de la vida.  Pero hay muchos que viven sin fe y sin esperanza; esos ya han comenzado a morir un poco y trasmiten esa muerte a los que le rodean. Sabemos que para ti no debe hacer sido fácil, pero creíste que la palabra del Señor se cumpliría.

Ponemos ante ti, nuestra intención por los que han perdido la esperanza y viven la vida como una carga muy pesada y no pueden superar las dificultades.

R/ ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

– Te pedimos que nos llenes a todos con tu amor maternal y que, con la Gracia de Dios y la ayuda de los hermanos y hermanas, podamos recuperar la luz de la esperanza y la fuerza de la fe.

R/ ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

– Madre de Dios, Madre de la Caridad. Sabemos que todos somos pecadores pues hacemos el mal y que otras veces no hacemos el bien, pudiéndolo hacer, también sabemos que el pecado destruye y mata.  Pero somos de cabeza dura, y sabemos muy bien que nos cuesta mucho emprender el camino de la conversión, del bien, de Dios. Convertirnos es cambiar desde dentro, no es cosa de un día o de una sola vez, es tomar con firmeza el timón de nuestras vidas y aprender a navegar en aguas turbulentas, con la convicción de que no vamos a zozobrar.

Acoge Madre, la esperanza que tenemos puesta en tu Hijo, llévale a El nuestro arrepentimiento por haber fallado, y también nuestra confianza y esperanza de su misericordia y de su perdón.

R/ ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

– Ahora, hagamos un momento de silencio para elevar a tu Hijo Jesucristo una petición personal, aquello que sólo Dios y nosotros sabemos, pero que queremos presentártelo a ti para que tú lo eleves a tu hijo Jesús.

R/ ¡Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros!

Madre de Dios, Madre de la Caridad y Madre nuestra. ¡Cuántos sueños, cuántas esperanzas y también cuántas angustias y cuántos anhelos hemos dejado ante ti en estos días y en este momento! Y aun quedaron muchas cosas por decir, pero bien sabemos que todas nuestras intenciones están en tus manos que son las más cercanas a tu Hijo Jesucristo, las mejores manos.

Que hoy, al celebrar tu fiesta, en medio de tantas necesidades personales, familiares y sociales, veamos la luz de la Gracia de Dios iluminando esta isla y que los cubanos caminemos hacia adelante con la convicción de que, como nos dice el himno a ti dedicado, hoy como ayer, tu nombre, Virgen de la Caridad, será siempre nuestro escudo, Amén.

(MÚSICA)

Hermanos y hermanas, hoy 8 de septiembre en muchos pueblos ciudades esta noche esta tarde saldrá la procesión de la Virgen de la Caridad como todos los años.

Le pedimos que los que puedan asistir que vayan, para Unidos como pueblo comunitariamente, pues todos unirnos en una sola voz en una sola petición.

También les pido que durante este día recuerden a nuestra Madre, hablen de la Madre, de María de la Caridad en su familia, con sus hijos, con sus nietos, háblenle. Por 400 años ella ha estado con nosotros, ella ha querido estar con nosotros. Ella nos ha salvado de muchas dificultades y no ha acompañado en muchas dificultades. Pidámosle que lo siga haciendo.

Hermanos como todos los años me despido de ustedes con la bendición.

El Señor esté con ustedes R/ Y con tu espíritu.

Y la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes, vecinos, familiares, amigos, cubanos donde quiera que estén y les acompañe siempre. Amén.

(MÚSICA)

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