Homilía del Rev. P. José Espino Rector de la Ermita de la Caridad en Miami Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, 16 de julio de 2023

Homilía del Rev. P. José Espino Rector de la Ermita de la Caridad en Miami Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, 16 de julio de 2023

Homilía del Rev. P. José Espino
Rector de la Ermita de la Caridad en Miami
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, 16 de julio de 2023
XV domingo del Tiempo Ordinario

 “Oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha aguantado su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve. Mateo 13, 13-17

La eucaristía de este domingo, la liturgia de la palabra nos presenta esta meditación sobre la palabra de Dios.

La primera lectura nos dice que la palabra de Dios es viva y eficaz, tiene un propósito y el propósito es hacer crecer, sanar. Esa palabra, es la palabra que creó el mundo, y es la palabra que recreó al mundo en Cristo Jesús. Nosotros somos aquellos que hemos escuchado, oído esa palabra, y esa palabra se nos ha dirigido con un propósito, y el propósito es siempre el mismo, que demos en la realidad dónde estamos, la realidad en la que vivimos sea aquí en Cuba, sea en el exterior, sea donde sea, sea el tiempo que sea, no importa lo que esté pasando, nosotros estamos llamados a dar frutos.

Pero para dar frutos, hay que echar raíces, hay que alimentarnos de la gracia de Dios; hay que dejar que la gracia de la palabra de Dios empape nuestro ser, transforme nuestras vidas, cure nuestras heridas, fortalezca nuestras debilidades. Estamos llamados hacer testigos y sembradores, es por eso que siempre tenemos que sanar la tierra que somos. Hay un dicho, de uno de los grandes padres de la iglesia, la gloria de Dios es el hombre plenamente vivo . Cuando somos lo que Dios nos creó para ser, glorificamos a Dios en todo momento, damos frutos, y al dar frutos, entonces también hacemos que el mensaje es Cristo Jesús vaya creciendo esta tierra y se vaya sanando la creación.

Por eso Pablo, en la segunda lectura de hoy, qué es lo que nos dice. La creación entera está esperando, está ansiando, ¿y qué está buscando, esperando la creación? La plena revelación de los hijos de Dios. ¿Y quiénes son los hijos de Dios? Somos nosotros, cuando vivimos verdaderamente como hijos e hijas de Dios, glorificamos a Dios, y transformamos al mundo. Cuando encontramos la libertad de vivir en este mundo, con nuestra esperanza y nuestra mirada puesta en Dios, el mundo cambia. Cuando no vivimos esa libertad, cuando vivimos el miedo de qué es lo que puede pasar, nada pasa.cuando solamente aceptamos el reto de crecer, dar frutos, cuando echamos raíces y alimentamos nuestra vida cristiana sea donde sea, esta vida florece, da fruto y el mundo cambia, y el mundo espera. Está gimiendo como una mujer en parto,

Esa es la llamada del cristiano, vivir sin miedo la realidad del evangelio encarnado en la realidad de nuestra vida. Abrazar a Jesús, muchas veces a Jesús crucificado, no en el sueño de un futuro, sino en la realidad donde vivimos, como vivimos, en esperanza de que la palabra de Dios dé frutos en mí y para el mundo. Esa palabra escrita, hecha carne, la palabra encarnada llegué a nuestros corazones, brote de nuestro vivir para que el mundo sea transformado.

Que así mar.

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