Irradia, emisión del 18 de junio de 2023

Irradia, emisión del 18 de junio de 2023

Irradia, emisión del 18 de junio de 2023
Transmitido por CMKC, Emisora Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
XI Domingo del Tiempo Ordinario

“A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. “Rueguen, pues, al Señor de la mies, que envié obreros a su mies” Mateo 9, 35–38

(Música, La mies del Señor, DR)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como cuerpo místico de Jesús.Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, La mies del Señor, DR)

Nuestro Invitado nos ayudará a reflexionar sobre el evangelio de hoy.

Buen día para todos. Hermosa la mañana que nos habla de ti Señor. Les habla el prediácono Alejandro Álvarez Navarro. Con el corazón lleno de alegría en esta mañana del domingo nos reunimos una vez más para celebrar nuestra fe en Cristo Jesús, unidos en comunidad nos fortalecemos para continuar en el camino de la vida ordinaria dando testimonio de amor y de fe. Dispongamos el corazón para compartir y vivir la palabra de Dios en un día tan especial como hoy que celebramos el día de los Padres.

En la primera lectura de este domingo, tomada del libro del Éxodo, el Señor había escogido a su pueblo y lo había levantado “sobre alas de águila”, para llevarlo hacia él. Nuestro Señor, en el Evangelio, escoge a doce apóstoles para que vayan a proclamar el Reino de los cielos. Los envía con un poder gratuito que ellos han de ejercer gratuitamente. San Pablo, en la segunda lectura, nos habla de la prueba suprema que Dios nos ha dado cuando éramos pecadores: Cristo murió por nosotros. Y concluye que ahora, que hemos sido ya reconciliados, participaremos más abundantemente de la vida de su Hijo.

El evangelio de hoy está tomado del evangelista San Mateo, capítulo 9, versículos 36 al 38 y continúa en el capítulo 10 versículos del 1 al 8.

(Lectura del evangelio de San Mateo, capítulo 9, 36-38 y 10, 1-8)

En el evangelio que hemos escuchado vemos a Jesús que se encuentra con una multitud que estaba extenuada y abandonada, andaban como ovejas sin pastor, sin nadie que los guiara, protegiera y acompañara, Jesús no es indiferente ante esta situación, sino que nos dice el evangelio que se compadece de esa multitud.

Tal vez en el fondo, la preocupación del mismo Jesús, sea que esta multitud sea algo anónimo e impersonal, números más que rostros, cantidad más que personas. A Jesús siempre le ha gustado el encuentro personal y directo, tocar directamente el corazón de las personas.

Esta situación despierta la ternura de Jesús y la expone a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”, con esta imagen cargada de esperanza Jesús quiere implicar a sus discípulos a trabajar por el Reino de Dios, pero también el llamado es para implicarnos a todos nosotros por medio de la compasión y también para ser partícipes en su misión, en su proyecto de dar vida. Somos llamados cada uno de nosotros a convertir a esa multitud en verdadera comunidad de vida, en pueblo de Dios, en cuerpo de Cristo, siendo Cristo nuestra cabeza, nuestra luz verdadera y única guía que nos conduce a puerto seguro, así nos sentimos ovejas cuidadas por Jesús, buen pastor.

Jesús conoce a cada uno por su nombre. Por lo tanto, dejar de ser masa y convertirse en pueblo, en comunidad, arranca de un encuentro personal con aquel que sabe de nosotros y nos llama por nuestro nombre, para encontrarnos y conocernos unos a otros. No se trata de estar junto al otro todo el tiempo sino de crear comunión. En la verdadera comunión, el otro es interesante para mí, sin comprometer su libertad y sin invadir su intimidad.

A los discípulos no se les invita a poner orden y fila en las multitudes, ni a organizarla o adoctrinarla, sino a sanar y curar el conformismo de ser solamente multitud y masa inerte.

Jesús no se queda impasible ante la necesidad de la humanidad; por eso insta a los apóstoles a actuar, a no esperar; las ovejas necesitan pastor para no perder la identidad y sentirse unidas. Necesitamos dejar de lado nuestros intereses personales y egoísmos. Gratis hemos recibido los dones de Dios y el llamado es poner esos dones gratuitamente al servicio de nuestros hermanos necesitados.

Tengamos claro que el evangelio de Jesús no se deja domesticar, no se vende al mejor postor, no es monopolio de nadie y mucho menos se deja manipular. Para Dios no somos números, para Dios no existen las estadísticas, Dios conoce a cada uno de sus hijos por su nombre, Jesús quiere un encuentro personal siempre con cada uno de nosotros. El evangelio es una buena noticia para los pobres y todos estamos llamados a una misión común: Dios te ama y te llama para contribuir a que el Reino sea amor.

Los padres, a quienes felicitamos en su día, son protagonistas principales en llevar a cabo esta importante misión mediante la educación de sus hijos. Ellos, enseñando desde su testimonio, deben mostrar a sus hijos cómo se construye ese Reino de amor del que tanto Jesús nos habló. Ellos, con la fuerza de su amor, permitirán que sus hijos crezcan con personalidad, identidad y deseosos de ser pueblo y no números de una masa deshumanizada.

El Catecismo de la Iglesia Católica en el numero 2367 nos dice “Llamados a dar la vida, los esposos participan del poder creador y de la paternidad de Dios (cf. Ef 3, 14; Mt 23, 9). “En el deber de transmitir la vida humana y educarla, que han de considerar como su misión propia, los cónyuges saben que son cooperadores del amor de Dios Creador y en cierta manera sus intérpretes. Por ello, cumplirán su tarea con responsabilidad humana y cristiana”

Recuerden siempre que del mismo modo en que tener un piano no vuelve a un pianista, tener hijos no lo convierte a uno en padre. No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que hace a uno padre. Es más fácil para un padre tener muchos hijos, que para un hijo tener un buen padre.

El mejor regalo de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día. Un padre no es solo el que provee todo lo material a su casa y a sus hijos, sino el que les ama y comparte su mejor tiempo con ellos. Uno de los mejores regalos que un padre puede dar a sus hijos es mostrarle el amor que siente hacia su madre. Lo que el niño más desea es la fidelidad y el amor de sus padres. El padre es fundamental en la familia. Estudios recientes han demostrado la importancia del padre en el desarrollo futuro del niño.

Ser papá es asumir el compromiso de formar esos seres que Dios les dio, preparándolos para la vida, para enfrentar los desafíos y retos que la misma vida les va colocando. Pensemos dónde nuestros jóvenes y adolescentes encontrarán el apoyo, el consejo y la orientación que tanto necesitan en estos días y siempre. Pensemos en sus temores y ansiedades, en sus dudas y preguntas, en sus incertidumbres y pasos vacilantes. Es el padre la persona que, por la experiencia de la vida, puede ser ese guía y consejero. Qué triste cuando la realidad nos muestra el gran vacío de comunicación que hay entre papás e hijos. Qué triste cuando la desconfianza aleja a los hijos de sus padres. Qué triste cuando un hijo no siente la presencia y el apoyo de su padre en todo momento, con qué inseguridad y tristeza se tendrá que enfrentar a la vida.

Caigamos en la importante misión de ser papá, comprendamos el llamado que la vida misma nos hace a ser verdaderos padres para nuestros sus hijos, ante todo con el ejemplo de vida, con los valores y actitudes que deben ser para los hijos testimonio de un camino seguro que se ha de recorrer en la vida. Recordemos que más allá de lo material y económico, está el darle sentido a la vocación de ser padre.

Hermanos y hermanas, la humanidad, no puede ni podrá jamás, prescindir de la misión que la paternidad realiza en pro de la vida y de la familia.

Pidámosle a San José, modelo y ejemplo de padre, que interceda por cada uno de nosotros, especialmente por los padres de familia de nuestro país, que día a día sabemos se enfrentan ante tantas dificultades y carencias, pero con esperanza entregan su vida por sacar adelante a sus familias. Gracias por su esfuerzo, dedicación y por su fe. Padres, sean siempre instrumentos del amor de Dios en la vida de sus hijos. ¡Felicidades a todos los papás!

(Música, El Reino de Dios, Dumas y Mary)                           

Presentemos con fe y esperanza a Dios nuestro Padre nuestras súplicas y peticiones, confiamos en que Él siempre nos escucha y responde:

  • Pidamos primeramente por la iglesia y sus pastores, para que sepan guiar y acompañar a nuestro pueblo, dando testimonio del amor de Dios en medio de ellos, como el buen pastor que cuida de sus ovejas. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.
  • Por las vocaciones sacerdotales, diaconales, religiosas y laicales, para que el Señor mande abundantes trabajadores dispuestos y entregados a construir el reino de Dios en nuestra patria, por medio del amor y la búsqueda del bien común. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.
  • Por todos los que sufren y por tantas familias que viven situación de necesidad, carencias, dificultades y desesperanza, que como comunidad cristiana seamos para ellos un instrumento del amor de Dios y que sepamos llevar la paz de Cristo a esos hogares que tanto lo necesitan, propiciando un verdadero encuentro con Cristo que les ofrece consuelo, fortaleza y esperanza. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.
  • Por todos los padres, para que el Señor les dé salud y les permita vivir largos años entre nosotros con fortaleza de espíritu y colmados con su gracia y bendición, para que así, ellos puedan seguir compartiendo en nuestras familias y guiando sabiamente a sus hijos. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.
  • Por todos los que han perdido a sus padres y por todos los que están sufriendo por la pérdida de un ser querido, para que fortalecidos por medio de tu gracia y tu consuelo en este momento de dolor y tristeza, les ayudes a recordar que nuestra esperanza está en ti y en tu promesa de una vida eterna. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.
  • Por todos los difuntos, en especial por los padres difuntos, para que perdonando sus faltas aceptes la ofrenda generosa de su entrega y así puedan disfrutar en plena comunión contigo de tu gloriosa presencia en tu reino. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.
  • Por cada uno de nosotros, para que siempre deseemos ser incansables trabajadores en la construcción de tu reino y seamos mensajeros de esperanza por medio de tu palabra, siendo testigos fieles de tu amor. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Escucha Padre bueno y de bondad las súplicas y peticiones que te hemos presentado y aquellas que están en lo más profundo de nuestros corazones y que tú bien conoces. Padre santo y lleno de misericordia tú conoces lo que es bueno y conveniente para cada uno de tus hijos, por eso te suplicamos que atiendas lo que te pedimos dándole cumplimiento según tu voluntad, nos dirigimos a ti por medio de tu hijo Jesucristo, nuestro Señor. R/ Amén

Jesús nos ha revelado a su Padre, encontramos en Dios a un padre misericordioso y amoroso, a un padre cercano que nos escucha, nos cuida, dispuesto siempre a perdonar, a abrazarnos, a acompañarnos, es un padre en el que podemos confiar y en el que encontramos alivio en medio de nuestras dificultades. Pongamos especial atención en que al ser Dios nuestro Padre, eso nos convierte a todos en hermanos, y como tal debemos amarnos y cuidarnos unos a los otros.

Ahora dirijámonos a ese gran padre que todos nosotros tenemos en común, a ese padre celestial que tanto nos ama, y lo hacemos orando todos juntos con la oración que el mismo Señor Jesús nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el cielo
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén

Dios Padre eterno, En Ti encontramos el verdadero amor. Te pedimos por nuestros padres. Bendice a los padres de familia. Que los que son padres por primera vez, puedan guiar a sus pequeños con tu sabiduría. Que los que tienen a sus hijos lejos, fortalezcan más sus lazos de amor. Que los que luchan por su familia, renueven sus fuerzas todos los días. Y que los padres ya ancianos, sientan siempre la cercanía de sus seres queridos, así como el valor que aportan al mundo. Gracias Padre Celestial por mostrarnos Tu gracia y amor a través de nuestros padres terrenales.  Concédenos comprender mejor a nuestros padres, y saber devolverles tanto amor que nos han dado.

Devuélveles todo el bien que nos han hecho. Nos han dado la vida: consérvales la salud. Nos han dado el alimento: dales el pan de cada día. También nos han dado el vestido: que sus almas se hallen vestidas siempre de tus gracias. Concédeles sobre la tierra la felicidad que se encuentra en servirte y amarte.

Padre celestial, te damos gracias también por la vida y el amor que nos diste a través de nuestros padres difuntos. Aunque hoy ya no estén con nosotros porque han partido a tu casa y les extrañamos, sabemos que están en tu presencia y gozan de tu amor eterno, del cual también algún día nosotros juntos esperamos disfrutar. Haz que podamos estar un día reunidos todos en el cielo. Amén

Hermanos, que tengan todos un feliz domingo. Les deseo un feliz día de los padres, que lo puedan compartir en familia, con sus amigos y vecinos. Contagiemos a todos de ese amor que recibimos de nuestro padre celestial.

Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos nosotros y nos acompañe siempre. Amén.

Fue un placer compartir este tiempo de oración con ustedes. Les ha hablado el prediácono Alejandro Álvarez de la parroquia San Antonio María Claret. Me han acompañado mi esposa Aymée Urquijo Soto y mi hija Amanda Álvarez Urquijo. Paz y bien.

Hasta un próximo encuentro.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Medios de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Guión, grabación, edición y montaje, Erick Guevara Correa.
Dirección general, María Caridad López Campistrous.
Fuimos sus locutores y actores, Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung
Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo
Irradia…

(Música, Amigo, Marc Anthony)                                          

 

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