El Padre Joan Rovira en Santiago de Cuba
Era martes por la mañana, hacia calor en Santiago, él llegó sin anunciarse a la Casa del Caribe, su rostro recordaba a los filósofos griegos de la Antigüedad, cuando lo vi frente a mi, lo imaginé con un gallo desplumado en la mano diciendo: este es el hombre de Platón; con su estilo directo, me manifestó su interés por conocer la cultura local, así nació nuestra amistad.
Unos meses después, asombrosamente, aquel hombre conocía a los principales intelectuales y artistas de la localidad y tenía una presencia significativa en la vida cultural de la ciudad, la cual en aquella época era relativamente intensa. Recuerdo que algunos años más tarde cuando asistió, junto al Padre Mariano que estaba recién llegado de España, al curso de post-grado que yo impartía sobre temas de la historia de la cultura santiaguera, era ya un conocedor profundo de nuestra cultura.
Rovira incorporó al claustro del Seminario a numerosos profesores laicos, muchos de la universidad, al punto de que no faltó quien comentara entonces que San Basilio tenia ya más nivel académico que el Seminario San Carlos de la Habana; también introdujo en el plan de estudios, cursos de teatro y arte cubano, historia del arte y cultos sincréticos afrocubanos (a cargo de Maruchi una licenciada en historia, practicante de santería). Por aquella época algunos estudiantes y profesores de la ciudad comenzaron a utilizar los servicios de la magnifica biblioteca del Seminario, la cual él reorganizó y enriqueció con la compra sistemáticas de libros, incluso en las Ferias del Libro que cada año se hacían.
En octubre de 1999 el Seminario alcanzó lo que Rovira denominaría la utopía acariciada a lo largo de toda su historia, a partir del curso 1999-2000 los seminaristas, al terminar sus estudios de filosofía, recibirían el titulo de licenciados, avalado por la Universidad católica Madre y Maestra de la República Dominicana, un logro que consolidaba académicamente al Seminario.
En algún momento el Padre Rovira comenzó a organizar en el Seminario conferencias para pequeños públicos, a cargo de especialistas como Raúl Díaz del Mazo y Renato Pérez, sobre temas científicos como Internet, Telefonia Digital, Realidad Virtual, etc.; también un pequeño ciclo de cine donde se exhibieron y debatieron películas como Quo Vadis, La Lista de Shilder y la Casa de los Espíritus, entre otras.
¿Ensayaba lo que seria su gran aventura intelectual, a propósito de la celebración del 275 aniversario de la fundación del Seminario?
El 1 de octubre de 1997 en sus palabras de inauguración del Aula San Basilio el Padre Rovira hizo publico su proyecto: En los últimos años ha aparecido cada vez con mayor claridad entre los responsables del Seminario la idea de un contacto efectivo con el mundo de la cultura universitaria santiaguera y de una cierta modesta recuperación del papel cultural que había desempeñado el Seminario en otras épocas.
Luego presentó a Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, quien habló sobre los Desafíos del sincretismo al pensamiento católico, ante un público que llenaba los corredores del edificio que fuera la sede del Seminario en 1722.
Las sesiones del Aula tuvieron lugar ininterrumpidamente los primeros miércoles de cada mes a las 4:30 p.m., en la iglesia del Carmen, a lo largo de un lustro, como una suerte de extensión cultural del Seminario San Basilio Magno.
En sus palabras de presentación del segundo Curso, cuando el Aula era ya un éxito rotundo, Rovira insistió en la idea de colaborar a la puesta en vigor de la vida cultural de Santiago de Cuba, rica en afanes y manifestaciones de este tipo, y recordó que allí en la iglesia del Carmen, sede del Aula, descansaban los restos de Esteban Salas el padre de la música culta en Cuba y profesor de Canto Llano del Seminario San Basilio Magno.
Llegó el quinto y ultimo curso del Aula (2001-2002), en su tradicional mensaje de apertura el Padre Rovira comentó: Sin pretenderlo nos hemos constituido en una modestísima universidad para todos, si se nos permite la expresión. Y por supuesto no se trata de enorgullecernos por ello, sino de alegrarnos por el servicio que hayamos podido prestar al publico santiaguero, ávido de perspectivas nuevas. Y luego se refirió a los títulos de algunas de las conferencias impartidas a lo largo de cuatro años para ilustrar la variedad de temas abordados.
En aquel ultimo curso se desarrolló el Ciclo denominado Conozca Santiago, cuya ultima conferencia, el 5 de junio del año 2002, estuvo a cargo de Bartolomé Vanrell S. J. y versó sobre Ética y Vida.
En total se impartieron en el Aula 43 conferencias y se desarrollaron dos paneles; intervinieron 55 especialistas de Santiago de Cuba, Camaguey, La Habana y uno de la República Dominicana. Se impartió además un cursillo de Introducción a la Antropología a cargo de Jorge Centelles S. J. y un ciclo de Cine Religioso que incluyó películas como El Hombre de Dos Reinos, El Séptimo Sello y El Festín de Babette.
El colofón de aquel esfuerzo intelectual que tuvo como motivación la conmemoración del 275 aniversario de la fundación del Seminario fue la publicación con la autoría de Olga Portuondo, la Historiadora de la Ciudad y el Padre Rovira, del libro titulado El Colegio Seminario San Basilio Magno (Editorial Oriente, año 2000), en cuyo prólogo el legendario profesor Ricardo Repilado asevera que la obra es una relación orgánica y bien documentada de la vida del Seminario que demuestra la importancia de esta institución docente en la historia de la educación en Cuba.
En aquellos tiempos, en los que aun se soñaba, se desarrolló en la iglesia de El Carmen la Escuela de Espiritualidad que atrajo a un público muy diverso, el cual llenaba en cada sesión la nave de la iglesia; se trataba de reflexiones y ejercicios de meditación que encontraron muchas personas interesadas. La Escuela irradiada por el Seminario, estuvo organizada por el padre Bartolomé Vanrell S. J, Doctor en Teología, profesor del Seminario y párroco de la iglesia de San Vicente; un hombre muy creativo, en torno al cual se formó un círculo de discípulos que luego de su muerte mantuvieron funcionando la Escuela por varios años.
¡El Aula San Basilio, el libro: El Colegio Seminario San Basilio Magno y la Escuela de Espiritualidad, constituyen sin lugar a dudas una de las hazañas intelectuales más relevantes de la cultura santiaguera en el pasado fin de siglo y milenio!
Algunos años después el Padre Rovira se marchó de Santiago sin mirar para atrás, como correspondía a un hombre de Dios, pero a su paso había dejado una profunda huella como rector del Seminario, párroco de la iglesia del poblado de El Caney, inspirador de la Escuela de Espiritualidad y forjador de aquel quijotesco proyecto de reconexión del Seminario con la cultura santiaguera.
Rafael Duharte Jiménez