MES DE LA BIBLIA

MES DE LA BIBLIA

LECTURA PERSONAL DEL EVANGELIO DE SAN MATEO
ALGUNAS ORIENTACIONES

Busca el mejor momento del día y el mejor lugar de la casa para leer atentamente un capítulo de este Evangelio.
Hago silencio, exterior e interior. Contemplo al Señor que me quiere, me acoge, me escucha, me habla…

¡!!ESPECIAL ATENCION!!!

En cada capítulo del Evangelio, pongo especial atención y me fijo en:

1. LO QUE DICE JESUS: sus palabras, sus expresiones, su MENSAJE.
2. LO QUE HACE JESUS: sus gestos, sus miradas, sus modos de actuar y comportarse con la gente…, sus sentimientos…
3. LO QUE ME DICE A MI HOY ESTA CAPITULO DEL EVANGELIO: Mensaje para mi vida, para mi situación personal, familiar, laboral, social, económica, en la comunidad…

Y UN PEQUEÑO COMPROMISO para la vida después de la lectura de cada Capítulo del Evangelio de San Mateo.
Y doy gracias al Señor por haber recibido el mensaje de su Palabra.

Evangelio según Mateo
Capítulo 14

Muerte de Juan el Bautista
1Por aquel tiempo, Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús, 2y dijo a sus sirvientes: «Este es Juan el Bautista. Él ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él».

3 Porque antes Herodes había prendido a Juan, y lo había atado y puesto en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe; 4porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». 5Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo, porque consideraban a Juan como un profeta.
6 Pero cuando llegó el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó ante ellos y agradó a Herodes. 7Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. 8Ella, instigada por su madre, dijo*: «Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
9 Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus juramentos y de sus invitados, ordenó que se la dieran; 10y mandó decapitar a Juan en la cárcel. 11Trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, y ella se la llevó a su madre. 12Los discípulos de Juan llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.

Alimentación de los cinco mil
13 Al oír esto, Jesús se fue de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes lo supieron, lo siguieron a pie desde las ciudades. 14Cuando Jesús desembarcó, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos. 15Al atardecer se acercaron los discípulos, diciendo: «El lugar está desierto y la hora ya es avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos».
16Pero Jesús les dijo: «No hay necesidad de que se vayan; denles ustedes de comer». 17Entonces ellos dijeron*: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces». 18«Traigan acá los panes y los peces», les dijo.
19 Y ordenando a la muchedumbre que se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos. Después partió los panes y se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. 20Todos comieron y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. 21Y los que comieron fueron unos 5,000 hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Jesús anda sobre el mar
22 Enseguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y fueran delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la multitud. 23Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo. 24Pero la barca ya estaba muy lejos de tierra, y era azotada por las olas, porque el viento era contrario. 25A la cuarta vigilia de la noche (3 a 6 a.m.), Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
26 Y los discípulos, al ver a Jesús andar sobre el mar, se turbaron, y decían: «¡Es un fantasma!». Y de miedo, se pusieron a gritar. 27Pero enseguida Jesús les dijo: «Tengan ánimo, soy Yo; no teman».
28 Y Pedro le respondió: «Señor, si eres Tú, mándame que vaya a Ti sobre las aguas». 29«Ven», le dijo Jesús. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó: «¡Señor, sálvame!». 31Al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?».
32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33Entonces los que estaban en la barca lo adoraron, diciendo: «En verdad eres Hijo de Dios».
34 Terminada la travesía, bajaron a tierra en Genesaret. 35Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús, enviaron a decirlo por toda aquella región de alrededor y le trajeron todos los que tenían algún mal. 36 Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de Su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

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