TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA
DIA 29 DE JULIO 2021
CARTA PASTORAL SOBRE LA INMACULADA CONCEPCION
La carta pastoral continúa:
En el primer siglo se ven los Santiagos”, San Marcos’ y San Andrés en sus liturgias, y especialmente en la de Santiago el Menor se llama a María Santísima inmaculada, y San Andrés dice: Así como el primer Adán fue formado de la tierra antes que fuese maldita, así el segundo Adán fue formado de la tierra virgen, la que jamás fue maldita’.
En los primeros siglos de la Iglesia, muy poco se halla escrito de la inmaculada concepción de María Santísima, y es la razón porque aquellos Santos Padres no se ocuparon mucho en hablar de un privilegio que ya se suponía sabido y creído en favor de la que singularmente fue escogida por Madre de Jesús, que venía a quitar los pecados del mundo “. y estaban persuadidos que aquel que después de muerto quiso tener un sepulcro nuevo para resucitar desde alli”, así también había escogido nuevo vientre, sin estar contaminado del viejo Adán, para nacer. Sin embargo, no faltan escritores; así es que tenemos en el segundo siglo a San lreneo “, San Justino Mártir73, San Hípólito ” y San Cipriano “.
En el tercero, San Gregorio Taumaturgo, San Dionisia Alejandrino y Orígenes. La Virgen María, dice Orígenes,” es digna del digno, inmaculada del inmaculado, una del uno, única del único”.
En el cuarto siglo, San Atanasio, San Ambrosio ” y San Anfiloquio “, que todos hablan de la Santísima Virgen como exenta de toda mancha de pecado por una gracia especial”.
En el quinto siglo tenemos a San Agustín’, a San Jerónimo, a San Máximo de Turín y a Teodoreto “.
En el sexto siglo, a San Fulgencio y San Sabas, autor de un oficio en honor de la inmaculada concepción de María
En el siglo séptimo, San Isidoro, Sofronio, patriarca de Jerusalén, Y el VI concilio general tenido en Constantinopla, que recibió con aplauso la carta de este patriarca, que llama a María inmaculada y exenta de todo contagio de pecado’.
En el octavo, Radberto Abad l, Raimundo Jordán, San Juan Damasceno y el Il concilio general Niceno, que llama a la Santísima Virgen más pura que toda la naturaleza sensible e intelectual'”; esto es, más pura que los mismos ángeles, que jamás fueron manchados con el menor pecado, ni original ni actual.
En el siglo nono, Teófanes y las Meneas griegas, tan antiguas, que sen unos libros eclesiásticos para el uso de los griegos, donde está muy bien marcada la devoción que tenían a la inmaculada concepción de María Santísima. En ellos se leen estas palabras: Por singular providencia, hizo Dios que la sagrada Virgen, desde el principio de su vida, fuese tan pura como convenía a la que había de ser digna de tanto bien, esto es, de Cristo.