TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA
DIA 24 DE JULIO 2021
LAS CARTAS PASTORALES DEL ARZOBISPO ANTONIO MARIA CLARET
CUARTA CARTA PASTORAL
La Iglesia Católica estaba viviendo un momento muy significativo y especial en torno al misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. El pueblo católico había incorporado desde tiempos inmemoriales esta creencia a la vivencia de su fe. El Papa Pío IX, juntamente con toda la Iglesia, se aprestaba a declarar como Dogma la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Claret, plenamente identificado con el sentir del Papa y de la Iglesia, participó activamente en los momentos previos a la solemne declaración.
Por eso, el 20 de noviembre de 1854 escribe “la cuarta Carta Pastoral fue una invitación a la oración y demás a fin de obtener la declaración dogmática de la Inmaculada Concepción de María” (Aut. 549)
Claret desde Santiago de Cuba escribe: “A este fin hemos dispuesto en nuestra Santa Iglesia Catedral y en todas las parroquias y demás templos de las poblaciones de alguna consideración se celebre una Novena, y en las demás un Tríduo, a la Inmaculada Concepción de María. Y para que todos nos unamos no solo en el espíritu, sino hasta en la misma forma de oración en lo posible, el ejercicio de la Novena será el siguiente:
Por la mañana: la celebración de la Santa Misa, el rezo del santo rosario, el ejercicio de la mañana con la Novena a la Inmaculada Concepción o en su defecto con la del Purísimo Corazón de María.
Por la tarde, después del toque de oraciones, se rezará el Rosario, meditando lo misterios gloriosos; se repite la Novena y se añadirá el sermón o una plática sobre la Virgen María para finalizar con el rezo o canto de la Salve” (cfr. Carta Pastoral)
El día 25 de Enero de 1855 publica una Exhortación Pastoral desde Puerto Príncipe – donde está realizando su ya tercera Visita Pastoral – en la que se adhiere fervientemente al Jubileo que el Papa Pío IX promueve con ocasión de la declaración del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María y anima a que todos sus fieles diocesanos se unan a toda la Iglesia Católica para recibir la Indulgencia Plenaria concedida por el Papa.