TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

DIA  19 DE JUNIO 2021

EL MISIONERO ARZOBISPO CONTINUA LA SANTA MISIÓN EN PUERTO PRÍNCIPE
SERÁN MODESTOS, SOBRIOS, DULCES, CELOSOS Y CARITATIVOS

Así quería Claret que fuesen los misioneros que compartían con él las muchas Misiones en su Arquidiócesis. Así los quería porque él así era, así actuaba y así misionaba.

Este es el estilo de vida que Claret quiere para el Equipo Misionero que le acompañaba por estas tierras de Cuba. Un modo de vida que ya desde sus años jóvenes de “Misionero Apostólico”, por tierras de Cataluña y de las Isla Canarias había vivido intensamente, apasionadamente y que era como el “sello de identidad” por el que se distinguía de otros beneméritos misioneros de su época y, lo más importante, por el que la misma gente lo reconocía y admiraba.

Llama la atención esta característica que Claret indica: ser misioneros dulces… por comprobar que era una actitud de todo punto necesaria en el trato con las gentes de estas tierras de Cuba. Seguro que Claret recordaba las palabras del Apóstol Santiago: “¿Hay entre ustedes alguno tenido por sabio y bien amaestrado para instruir a otros? Muestre por el buen porte su proceder y una sabiduría llena de dulzura”. De esta manera los misioneros ejercitaban para con toda la gente una faceta importante de la mansedumbre, la tercera virtud que Claret conoció ser vital para el misionero.

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