Alegrando corazones en camino de conversión
Por: Giovanna Tames Miraglia
El proyecto Alegrando corazones está presente en nuestra diócesis desde el año 2012 y centra su servicio con niñas y niños con capacidades especiales y sus familias. En la actualidad, a través de ocho grupos, acompañamos a 113 familias de niños con discapacidad procurando acercarles la experiencia de ser amadas y aceptadas como lo hizo Jesús con el parálitico de Cafarnaún, el ciego de Betsaida o el de Jericó, el sordomudo de Decápolis, y con tantos con quienes se encontraba o acudían a Él.
Muchas han sido las sombras y las luces que, de la mano con Jesús, hemos ido experimentando desde los inicios. Sin embargo, vivir ese servicio en tiempos de pandemia ha supuesto el mayor reto para los animadores y colaboradores de este proyecto diocesano, quienes han buscado todas las formas posibles de hacer llegar un mensaje de fe y esperanza, un consejo oportuno ante la desesperación por las carencias, una ayuda material siempre bien recibida, una orientación en temas psicológicos, de educación y cuidado de los hijos o de legalidad.
En medio de este último confinamiento, los animadores asumimos la invitación que nos hizo a todos el Papa en su mensaje de Cuaresma, y juntos hemos emprendido un camino de conversión para mejor servir a Dios en estos hermanos nuestros. Compartimos durante el tiempo cuaresmal un Taller de formación virtual que nos ayudó a reflexionar y orar nuestras actitudes y sentimientos hacia el mundo de la discapacidad, procurando que cada vez sean más parecidos a los de nuestro Señor, y respondan con generosidad y creatividad a las circunstancias actuales de nuestro entorno.
El programa del Taller, articulado desde WhasApp por diez animadores, se armonizó dentro de tres temas principales: Acercamiento a una terminología más apropiada para referirse a las personas en situación de discapacidad, El amor de Dios que nos convierte en hermanas y hermanos en Cristo, y La cultura del descarte vs la roca de la inclusión. Cada semana compartimos textos enfocados a estas temáticas que recogieron mensajes del Santo Padre relacionados con el tema, la experiencia y espiritualidad de Jean Varnier y otros consagrados a las personas con discapacidad física e intelectual, el enfoque del Directorio para la Catequesis sobre la evangelización a personas con discapacidad, y otros, acompañados siempre de información audiovisual complementaria, cuidando siempre la disponibilidad de megas y la conexión, puntos débiles para todos los talleristas.
Los momentos más fecundos del taller fueron sin dudas los del compartir todo lo reflexionado, pues brotaba no solo lo que cada uno había logrado profundizar y meditar, enmarcado siempre en sus propias experiencias alegrando corazones, sino también el compromiso fiel de seguir haciéndolo cada vez más desde “el nosotros”, desde “la roca de la participación activa” y a través de las “sinergias” a las que nos convida Francisco.
Para aquellas animadoras que no tenía acceso a la tecnología, logramos resumir e imprimir los documentos, y así involucrarnos todos en el taller. Un momento muy significativo se vivió cada sábado, día en que nos uníamos en oración desde nuestros hogares contactando cuando era posible por video llamada o mensajería, pero siempre juntos como grupo pidiendo por nuestra propia conversión, por las familias del proyecto y por todo nuestro mundo tan necesitado de la redención y liberación que solo brota de la Cruz.
La experiencia fue muy positiva y enriquecedora, nos ayudó a acompañarnos y reafirmarnos mutuamente en la fe y el servicio, a mantener nuestros corazones dispuestos para la inclusión, a transformar nuestro ser desde dentro para que de nuestros labios salgan palabras de aceptación y acogida, a agradecer la posibilidad de experimentar la riqueza de la diversidad y el crecimiento mutuo, y a abrirnos a la acción del espíritu para que actúe en nosotros a fin de continuar en nuestras comunidades Alegrando corazones.