Francisco El papa de la Misericordia
“Quiero decir una palabra de esperanza, una palabra de esperanza que quizás nos haga girar la cabeza hacia atrás y hacia adelante. Mirando hacia atrás, memoria. Memoria de aquellos que nos fueron trayendo a la vida, y en especial memoria a los abuelos. Un gran saludo a los abuelos. No descuidemos a los abuelos, los abuelos son nuestra memoria viva. Y mirando hacia adelante, los niños y los jóvenes, que son la fuerza de un pueblo. Un pueblo que cuida a sus abuelos y que cuida a sus chicos y a sus jóvenes, tiene el triunfo asegurado. Que Dios los bendiga, y permítanme que les de la bendición, pero con una condición, van a tener que pagar algo: les pido que recen por mí. Los bendiga Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Adiós y gracias”.
Con este sencillo mensaje se despedía desde el atrio de la Catedral de Santiago de Cuba, el papa Francisco de los cubanos, el Papa de la Misericordia, de la sonrisa limpia y sencilla, de la cercanía y el encuentro. Cuatro días que nos estremecieron, cuatro días en que los católicos cubanos, y el pueblo, sintió la proximidad de este Pastor, que no se cansa de anunciar con su obrar el amor de Dios.
Hoy rememoramos esta visita compartiendo “Francisco, el Papa de la Misericordia”, documental que recoge los momentos más importantes de su paso por tierras santiagueras, junto al testimonio de muchas de las personas que sirvieron y acogieron, que pusieron sus dones al servicio de todos.