Hhomilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez
Transcripción homilía de Mons. Dionisio Guillermo García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Eucaristía Fiesta del Sagrado Corazón y día de los Padres
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
21 de junio de 2020
Hermanos,
Es un día grande para nosotros que tenemos devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que es lo mismo que decir que tenemos devoción, adoración por Jesucristo que se ofrece en la cruz por nosotros. Esta fiesta está muy ligada también a nuestros hogares, porque hay una costumbre muy extendida de en las casas, poner en las salas, o en un lugar destacado una estampa del Sagrado Corazón de Jesús, que no es más que el mismo Cristo que se ofrece en la cruz, pero bajo esa representación que nos quiere decir que Él es manso y humilde de corazón, y que Él acoge a todos los que acuden a Él. Por eso es que decimos “Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío“. Con confianza acudimos a Él, porque Él abre su Corazón.
Pero hoy es el día de los Padres, y el día de los Padres es un día muy significativo para nosotros, vamos a orar como dije al principio por todos nuestros padres vivos y difuntos. Pero también, a la vez que animamos que todos tengamos devoción por nuestros padres, así devoción en el sentido del cariño, sabiendo que tenemos que cuidarlos y velar por ellos; también vamos a pedir porque nuestros padres sepan asumir su paternidad.
El día de las Madres dije aquella frase, cuando lo expresé les dije que nunca se repita, “padre puede ser cualquiera, pero madre hay una sola”. Yo les dije, nunca la repitan porque están denigrando al padre y están denigrando a la madre. Y esa frase es como nosotros decir, que consentimos, que la familia no tiene valor casi, porque “cualquiera puede ser padre”; y así otra gente dirá “cualquiera puede ser madre”, porque somos iguales.
Y en la familia, en la vida, por naturaleza, por la Creación, Dios quiso que nosotros naciéramos de un padre y una madre. Biológicamente es así, y también nosotros estamos preparados para eso sicológicamente, porque la humanidad, los hombres y las mujeres así nos manifestamos. Hombres y mujeres, con su fisiología, con su sicología, con su manera diferente de hacer las cosas, sabiendo que cada uno es distinto a los demás, y que cada uno expresa esa condición natural que tiene de muchas maneras. Pero sabiendo que el Señor, por naturaleza, quiere que la Creación continúe con la cooperación de los padres y de las madres.
De ahí que, tanta importancia tiene el padre como la madre. De ahí que, todos los hombres debemos de valorar nuestra paternidad, nuestra obligación; el mejor tiempo que podemos emplear en nuestra vida, es en la familia y con los hijos. De ahí que, cuando nosotros queramos construir nuestra vida, nosotros tenemos que construirla buscando siempre, tratando de encontrar aquella persona, aquella mujer que por amor yo sé que me va a querer, que me va a ayudar a criar los hijos, y que va a sentir que yo le acompaño siempre y yo voy a sentir su compañía.
El matrimonio no es algo pasajero, una familia nunca puede ser pasajera; la crianza de los hijos nunca puede ser superficial. Los padres, las madres, los mayores, la iglesia, el estado tenemos la obligación de fortalecer nuestras familias, y ayudar a las familias a educar a los hijos, que es la primera responsable en la educación de los hijos.
Por eso hermanos, vamos a pedir por nuestros padres. ¡Cuántos sacrificios han hecho los padres pro nosotros! ¡Cuántos! ¡Cuántos sacrificios han hecho nuestras madres! En este tiempo de pandemia ¿dónde hemos pasado los momentos difíciles? En la familia. ¿ah sido lo ideal, la panacea, la felicidad? Dificultades, todas las cosas tienen dificultades, en la vida todo tiene dificultades, pero la familia nos ha ayudado ¿Quiénes buscan los alimentos, quiénes cuidan de que no nos contagiemos, quiénes nos dicen “ponte el nasobuco”? ¿Quiénes? La FAMILIA. ¿Quiénes soportan estar encerrados un tiempo juntos? La FAMILIA. Si no fuéramos familia no sé qué pasaría.
Por eso hermanos, la sociedad tiene que defender la institución familiar, el padre, la madre, esa familia que se quiere. Cuando nosotros no hacemos eso, violamos leyes de la naturaleza. Ahora con la Covid nos dicen constantemente, que todo ha sido un producto de que hemos violado la diversidad de la Creación, tanto en la flora como en la fauna; se nos dice que hay aridez y que ha cambiado el tiempo por la deforestación, violamos leyes. Se nos dice que estamos acabando con los animales y que no les dejamos un ámbito de vida natural, vienen todas estas cosas, violamos leyes naturales.
Nunca violemos las leyes de la naturaleza, así el Señor nos ha hecho biológicamente, y así el Señor nos prepara sicológicamente para ejercer nuestro papel.
Hoy es el día del Sagrado Corazón como dije al principio, en las casas se pone el cuadro del Sagrado Corazón que es tradicional. En los templos tenemos las estatuas del Sagrado Corazón, pero todas representan a Dios, a Cristo vivo que abre su corazón para decirnos Yo estoy aquí, Yo estoy aquí, soy manso y humilde de corazón, vengan a mí y confíen en mí. Por eso la jaculatoria, que la vamos a decir al final, y ojalá la podamos decir todos los días “Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío“.
Hermanos, que Dios nos ayude a vivir así, queriendo a nuestra familia, orando por ella, y darnos a ella para que podamos crecer en fraternidad, en comunión, porque la familia es escuela de socialización, de comunión, de amistad, de fraternidad.
Que Dios nos ayude a todos a vivir así.