Mensaje por la Navidad de Mons. Dionisio García Ibáñez

Transmitido el 25 de diciembre de 2019 a las 10 am por CMKC emisora provincial de radio de Santiago de Cuba

Buenos días queridos hermanos y hermanas,

Les deseo una Feliz Navidad a todos los radioyentes de CMKC, la Radio Provincial, a sus familias y a todos los que vivimos en nuestra querida, hermosa y acogedora Provincia de Santiago de Cuba.

Quiero comenzar el mensaje de este año leyendo lo que nos dice la Biblia sobre el nacimiento de Jesús, allí encontramos el significado profundamente religioso de estas fiestas, de las enseñanzas que de ellas recibimos y que Dios nos ha querido revelar.

El relato comienza diciendo que el ángel Gabriel le anunció a una muchacha joven, la Virgen María, que ella era la escogida, entre todas las mujeres, para ser la madre de Jesús, el salvador esperado y deseado por el pueblo de Israel.

“Alégrate, María, la llena de gracia, el Señor está contigo…. No temas porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir y darás a luz a un hijo a quien le pondrás por nombre Jesús. Será llamado Hijo del Altísimo…” y sucedió que, estando María y José en Belén, “le llegó la hora del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y le acostó sobre las pajas de un establo, porque no encontraron sitio en una casa donde quedarse” (Lucas 1 y 2). 

De este hecho, que después con el tiempo sería y es tan importante para la historia de la humanidad hasta nuestros días, solo se enteraron en aquel momento, María, José y unos pastores que estaban cerca cuidando sus rebaños, a quienes Dios se lo quiso anunciar. 

“No teman, miren que les traigo una buena noticia, una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: hoy en Belén, la ciudad de David, les ha nacido un salvador. Y les doy esta señal: encontrarán a un niño envuelto en pañales y acostado en un establo sobre pajas”. Los pastores fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado sobre las pajas (Lc 2, 8-12).

Me uno a estas palabras del ángel dirigidas a los pastores y por medio de ellos a todos los hombres de buena voluntad, y les anuncio la gran alegría de saber que podemos tener esperanza pues nos ha nacido el Salvador, el Mesías, el Señor que nos ha revelado el sentido de la vida y de la muerte y nos ha manifestado el gran amor que Dios tiene para con nosotros. Pienso en mí y en todos Ustedes que necesitamos saber estas cosas, pero de manera especial, tengo en estos días muy presentes en la oración a los que, en estas Fiestas de Navidad y Fin de Año, a los que no están o no pueden celebrarlas junto a sus familias en el hogar: Los enfermos que están hospitalizados, los que viven o trabajan lejos de sus hogares o en el exterior, los presos y los que por motivos personales o de otra índole no disfrutan la alegría de compartir estas fiestas unidos a sus familias.

Con el pasar de los días, el nacimiento de Jesús también le fue anunciado a unos personajes muy inteligentes y poderosos, a quién conocemos como los Reyes Magos. Escuchemos el relato bíblico:

“Los Reyes se pusieron en camino, y es aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos guiándoles el camino, hasta que llegó y se detuvo encima de donde estaba el niño…se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, lo adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron sus regalos: oro, incienso y mirra”. (Mt 2,9-11)  

 Dios nos quiere decir que él vino para todos los seres humanos sin hacer distinción, su mensaje de Paz y Bien es para todos: hombres y mujeres, niños, jóvenes y mayores, campesinos y doctores, ricos y pobres, cubanos y extranjeros. Todos necesitamos de Jesús para descubrir el sentido de nuestra vida, su mensaje que nos hace ser mejores personas; a decirnos que la vida no solo es nacer, crecer, estudiar, trabajar, luchar para sostener a nuestra familia y morir. La vida no termina con nuestra muerte, que ocurrirá más pronto o más tarde, sino que, estamos destinados a vivir eternamente junto a Él si vivimos y cumplimos sus mandamientos y enseñanza, esto es:

Si hacemos el bien, reconocemos nuestras limitaciones, errores y también las veces que no hemos hecho el bien y nos hemos dejado arrastrar por el mal. Él quiere que nos salvemos y alcancemos la justicia y la felicidad plena que aquí en la tierra no podemos conseguir, ni nadie nos la puede prometer y que, sin embargo, todos deseamos anhelamos.

¿Cómo los cubanos, al igual que otros pueblos sobre todo latino americanos, han celebrado y celebran las Navidades?

La Navidad forma parte de nuestras más antiguas tradiciones. Independientemente de las condiciones personales, económicas y sociales que se nos presentan y que nos tocan vivir y afrontar, recordamos en estos días el nacimiento de Jesús en la pequeña y humilde ciudad de Belén.

Lo celebramos de múltiples maneras: la tradicional cena en el hogar; cada año aumenta el número de familias que hacen lo necesario para recuperar esta tradición tan entrañable para muchos, sobre todo para los mayores, pues trae a su memoria muchos recuerdos hermosos que vivieron con los suyos en días como estos. En medio de las carencias y según nuestros recursos hacemos lo posible por “poner” el “Arbolito de Navidad” y hasta hacemos “inventos” para ponerle luces. También vemos con satisfacción que se han puesto arbolitos en algunas calles y comercios, ¡Es fantástico que las buenas tradiciones se estén recuperando! Verlos de nuevo hace que tengamos esperanza.

En las iglesias, capillas, en muchos hogares y casas de oración se cantan canciones propias de la Navidad, llamados “Villancicos” y se ponen “Nacimientos”, esto es, la representación del momento del nacimiento de Jesús. Se colocan de manera artística figuras de muy variado tamaño y material, según la creatividad de cada familia: El Niño Jesús, la Virgen María, San José, el Ángel anunciando que va a nacer El Salvador, el establo con pajas y, como es tradicional, no pueden faltar la vaca y el burro. También vemos las figuras de los pastores y de los tres Reyes Magos que fueron a adorar al niño Dios, tal como nos lo narra la Biblia y hemos escuchado al principio del mensaje. El más grande y hermoso de todos es el que se coloca en el Parque Céspedes en la fachada de la Catedral y que todos podemos admirar.

Ahora escuchemos el relato bíblico donde se narra la adoración de los reyes Magos al Niño Jesús:

Ellos se pusieron en camino y la estrella que habían visto en oriente los guio hasta que llegó y se detuvo encima de donde estaba el niño.  Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.  Entraron en la casa vieron al niño con su madre María y lo adoraron postrados en tierra.  Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra.  Mateo 2, 9-11.

Uniéndonos a la alegría de estos días escuchemos un villancico tradicional.

Sí, hermanos, recuperemos estas tradiciones pues nos hace mucho bien a nosotros, a nuestras familias y a la sociedad.

Pero para aprovechar estos días a plenitud, debemos vivirlos sobre todo en nuestro corazón tratando de descubrir el significado del mensaje que nos trae la Navidad y de sacarle el mayor provecho.

Es necesario que no nos quedemos solo con las celebraciones exteriores y con estos mensajes como si escuchamos un relato bonito que nos alegra y nos hace bien. Si lo vemos así, es como si estuviéramos escuchando un cuento o viendo por la televisión una película que siempre es ficción y generalmente termina bien. Estos relatos de la Biblia nos narran la mayor verdad que los hombres y mujeres de todos los tiempos podemos escuchar y conocer: Dios nos ama, no estamos solos, él nos ha creado por amor y no nos abandona a nuestra suerte y a los bandazos que da la vida. La prueba más grande y evidente es, como la misma Biblia nos lo revela, que ese niño, Jesús, que hoy celebramos su nacimiento, se entregó a la muerte en la cruz para borrar nuestros pecados, para enseñarnos el camino del bien, para salvarnos. Él es nuestro único Salvador.

Los relatos sobre la Navidad hay que escucharlos y celebrarlos desde la FE, recordemos que la Fe es vivir con la seguridad de lo que se espera se cumplirá, con la seguridad de que la Palabra de Dios se cumplirá, que es veraz y de que solo Él tiene Palabras de Vida Eterna.

Queremos también dirigirnos de manera especial a nuestras familias para que, este mensaje de vida y esperanza nos ayude a recuperar la alegría. Que juntos demos razón de nuestra esperanza y también de nuestra fe. Que podamos celebrar la Navidad y las Fiestas de Fin de Año juntos y unidos, recordando los buenos momentos vividos en el pasado junto a los que ya no están con nosotros porque han fallecido o están lejos en otras tierras. Haciendo participar a los niños y a los mayores, sobre todo a los enfermos y los que se sienten vencidos por los años y la vida.

El nacimiento de un niño siempre trae alegría y asombro, porque nos muestra el gran misterio de la vida. Viendo brillar los ojos de los jóvenes esposos y padres ante su hijo recién nacido, entendemos mejor los sentimientos de la Virgen María y de San José que, mirando al Niño Jesús, sintieron la presencia de Dios en sus vidas.

Les invito a celebrar las Navidades y Fiestas de Fin de Año junto sus familias, en las Iglesias y en las casas de oración, para agradecer a Dios por la vida que nos ha dado a través de nuestros padres y pedirle la Fe, Esperanza y la Caridad que nos ayudan a ser mejores cristianos y personas

Les invito a rezar con esta oración que se reza en estos días.

“Derrama Señor tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, nacido de la Virgen María, para que lleguemos, por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección”.

Les bendigo.

“En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén”

Feliz Navidad y un buen Año Nuevo.

Les desea.

+Mons Dionisio García Ibáñez

Arzobispo de Santiago de Cuba

SHARE IT:

Leave a Reply