Taller de formación de catequistas en Loyola
Por: Giovanna Tames Miraglia
En medio de las celebraciones de agradecimiento y reflexión por el 5to Aniversario del Centro Loyola Santiago, ha vuelto a comenzar la formación para catequistas que ofrece dicha institución a quienes sirven a Jesús a través de la educación en la fe de niños y adultos.
Habitualmente, los tercer y cuarto viernes de cada mes, los catequistas de la Parroquia San Luis Obispos nos congregamos en Loyola. Asisten desde las comunidades de Cristo Rey de El Cristo, Ntra. Sra. de la Caridad en San Vicente, San Luis Obispo de El Caney, Sagrada Familia de Vista Alegre y también de las casas de misión Sta. Teresa de Jesús en Camino de las Minas, Santa Rita de Casia del Central Algodonal y Jesús Buen Pastor, de la Tordera. Se nos unen además algunos catequistas de la Parroquia Santa Teresita y de la capilla Santa Ana, quienes, valiéndose de la proximidad geográfica, no han desaprovechado esta oportunidad de seguir reforzando su formación permanente en pos de un mejor servicio.
El objetivo general, conformado por el equipo de formación Loyola y los propios agentes de pastoral, es profundizar en la esencia del ministerio catequético desde referentes espirituales, bíblicos, teológicos y metodológicos. Cada encuentro se encauza según el programa previsto para el Taller. Por ello, en este inicio del curso catequético nos dedicamos a reflexionar sobre los dones que Dios nos da y cómo los ponemos en función a través de los frutos del Espíritu.
La jornada fue muy rica en los conocimientos compartidos, pero sobre todo en el trabajo personal realizado. El texto de San Pablo en la Carta a los Gálatas (5, 22-23) nos impulsó a buscar, reconocer y compartir la presencia y acción del Espíritu Santo en nuestras vidas, y desear -desde la oración y acciones concretas- abrirnos cada vez más a ella para que, en cada uno de los centros catequéticos, colaboremos en nuestra misión según el Espíritu.
La próxima cita será en octubre, y desde ya la estamos preparando y deseando. Qué el Señor, que nos ha llamado a ser catequistas, nos siga impulsando y guiando.