La historia de una historia no contada

La historia de una historia no contada

Por: Rosario de la Caridad Vázquez, Cristo Rey 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 26 de noviembre de 2018 / En el año 1927, la señora Doña Dolores Ibarra, quien era una persona influyente y carismática, vecina del barrio Agüero y alejada del centro histórico de la ciudad, decidió construir una capilla con su frente a la antigua calzada Dos Caminos del Cobre, hoy avenida Raúl Perozo.

La pequeña Iglesia fue construida en una sola nave y tenía un segundo nivel donde se ubicaba el campanario. La edificación inicial incluía la sacristía y posterior a esta, un módulo donde se encontraba una cocina y un servicio sanitario; además de patios que rodeaban los cuatro lados del templo. De estilo gótico muy sobrio y simple, representaba esta capilla, arquitectónicamente, las características de un barrio pobre y marginado. No fue hasta la década de 1940, que la señora Ibarra la entregara al Arzobispado de Santiago de Cuba para que toda la comunidad asistiera a ella.

Durante el transcurso del tiempo y debido a su deterioro, la construcción ha sido reparada parcialmente en varias ocasiones. Hace poco más de dos años se inauguró el salón parroquial en el patio trasero, recuperando de esta forma la cocina y el servicio sanitario que fueron demolidos en el año 1996.

La Iglesia Cristo Rey del Universo, era el único templo católico que existía en el oeste de la ciudad. El territorio eclesiástico incluía habitantes del Distrito José Martí, los Repartos Agüero, El Nuevo Vista Alegre, Marimón, Mar Verde, San Pedrito y Santa Elena. Aunque hace diez años esta realidad cambió.

El 24 de noviembre de 2008, el señor arzobispo, monseñor Dionisio García Ibáñez, nombró parroquia a esta capillita. Desde entonces, la familia creció. Todo el municipio de Guamá, ubicado en el litoral oeste de la provincia, y sus más de treinta comunidades conforman la parroquia.

Las características de esta parroquia son muchas, aunque pudieran definirse, en una palabra: misión. Desde hace veinte años, las catequistas Dolores Sopeña y los hermanos De La Salle, junto a hombres y mujeres de la comunidad, han compartido la Palabra de Dios con los hermanos que los esperan cada semana para abrirles las puertas de sus casas y sus vidas. 

El décimo aniversario, fue celebrado por todo lo alto. El propio día 24, una amplia representación de toda la parroquia participó de la Eucaristía presidida por Mons. Dionisio en la SBMI Catedral. Y el día 25, día de la Solemnidad de Cristo Rey del Universo y Fiesta Patronal, fue ofrecida la Santa Misa por las intenciones de cada uno de sus miembros. En cada momento de la misma pudo apreciarse la alegría y el agradecimiento a Dios por todo lo vivido en estos años.

Definitivamente el momento más emotivo fue la procesión hacia el parque La Barca de Oro, centro de la comunidad. La oración y los cantos protagonizaron el momento y convocaron a transeúntes y vecinos de la zona. La bendición sobre cada uno y la parroquia en general, se realizó allí; en el mismo lugar donde se celebraban las obras navideñas y algunos oficios de la Iglesia Católica durante la época republicana.

El Evangelio de ese día nos recuerda que Jesús es el alfa y la omega, el principio y el fin. Esa Iglesia, también guarda ese significado para cuantos la ven y la visitan. Pequeña, y modesta mantiene a Jesús en su centro, y lo reverencian al entrar y al salir. De esta historia, aun joven, queda mucho por contar. Aunque no aparece en libros ni enciclopedias, permanece en las historias de vida de muchas personas.

Roguemos al Señor entonces, para que la historia de esta parroquia pueda seguirse contando a través de sus piedras vivas. ¡Viva Cristo Rey por siempre!

——————–

Fuente:

Martínez Bonne, F., & Díaz Consul, A. M. (2003). Diagnóstico y estrategia de recuperación del parque “Barca de Oro” y su entorno inmediato . Santiago de Cuba.

SHARE IT:

Leave a Reply