Por: Santa Rosales Ochoa

Responsable catequesis parroquial 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 1 de julio de 2018 / En el último día del mes de junio, la parroquia de Baire vivió una alegre jornada vespertina de sábado. Poco menos de un centenar de niños dijeron adiós al curso catequético, no así a Dios y a la infancia y adolescencia misionera (IAM), que quedaron activadas con un programa especial de verano.

Una docena de catequistas dieron vida a una fiesta de colores y sabores, donde no faltaron los payasos y la espectacular Ada madrina; personajes asumidos como de costumbre por el grupo artístico misionero de la parroquia.

Con entusiasmo nuestros niños salieron a las calles de Baire para llevar la alegría de un Cristo, que quiere trascender siempre los muros del templo, para ir en busca de nuevas sonrisas. No faltaron los más de 20 niños especiales atendidos por los programas benéficos de la diócesis en la parroquia.

El canto “yo tengo un amigo que me ama” fue entonado hasta el cansancio, como si los infantes quisieran que ese mensaje siempre estuviera claro en sus mentes y en sus corazones.