Celebrados los 50 años de ordenación sacerdotal del padre Arturo Niño en su parroquia de San Joaquín

Celebrados los 50 años de ordenación sacerdotal del padre Arturo Niño en su parroquia de San Joaquín

Por: María del Pilar Almeida Bárcenas

Fotografía: Anabel Ribero Almeida 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 28 de junio de 2018 / Con tres días de celebraciones, 22, 23 y 24 de junio, la parroquia San Joaquín agasajó los 50 años de sacerdocio del padre Arturo Niño Fernández.

Muy atareados estuvieron estos días los feligreses de la comunidad San Joaquín pues todos quisieron rendir honores al querido padre Arturo al arribar a sus bodas de Oro sacerdotales.

Para satisfacción del pueblo de San Luis nació en uno de sus barrios rurales (Santa Rita de Burene) el día 6 de junio de 1944 un niño que desde muy pequeño sintió el llamado del Señor para anunciar el Evangelio entre los más necesitados y que con el decursar de los años se ha convertido en un magnífico ejemplo para todos los que convivimos con él y que somos “animados” a continuar por el camino de la fe.

El viernes 22 en horas de la tarde noche seis adolescentes fueron bautizados y recibieron su primera comunión quince. El domingo 24 fueron los niños, once en total, los que hicieron su primera comunión celebrando la Natividad de San Juan Bautista y las bodas de oro del padre Arturo.

A la celebración del día 23, recordando la ordenación del padre Arturo en Salamanca-España el 23 de junio de 1968, fueron invitados laicos de todos los barrios y poblados de la parroquia. También nos acompañaron hermanos de Palma Soriano, Santiago de Cuba y las Tunas así como los catequistas del Camino Neocatecumenal que desde Madrid siempre nos visitan y este año lo hicieron con el noble propósito de acompañar al padre Arturo en su celebración.

La Santa Misa fue presidida por monseñor Dionisio García, arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba, monseñor Luis del Castillo y varios sacerdotes que nos honraron con su visita ese día, el padre Gilberto (Superior de la Paúles en Cuba) y el padre Rafael Angel   López, párroco de la Catedral de Santiago de Cuba y que para orgullo nuestro es también sanluisero, pues San Luis es un pueblo levítico. Son siete los sacerdotes nacidos en este pueblo, entre ellos Monseñor Pedro Meurice ya en la casa del Señor y a quien siempre recordaremos con cariño. A la celebración también asistieron 4 hermanas de la congregación de las Hijas de María.

El templo estaba abarrotado, los bancos fueron insuficientes para dar cabida a tantos hermanos que quisieron sumarse a la importante celebración y se hizo necesario ubicar sillas en el comedor y en los salones aledaños. Ni siquiera la amenaza de lluvia durante toda la tarde ni la llovizna de los primeros momentos pudieron opacar la lucidez con la que fue concebida la ceremonia.

Durante la celebración hicieron uso de la palabra el padre Gilberto y el laico Hugo Perdomo quien junto a su esposa Zenaida expresaron la satisfacción de la comunidad parroquial por contar con la presencia siempre estimulante de un pastor tan dedicado y atento a su rebaño como lo es el padre Arturo. También a nombre de la comunidad le obsequiaron una hermosa casulla.

Por su parte el padre Gilberto, quien es el Superior de los Paúles en Cuba, expresó la alegría que sienten los miembros de la Congregación de la Misión por tener entre sus filas a un sacerdote que ha hecho suyas las palabras del profeta Isaías: “Preparar el camino del Señor y allanar sus senderos”. Leyó una carta muy emotiva que desde Roma envió el Superior General de los Padres de la Congregación para saludar y felicitar al padre Arturo Niño por sus 50 años de sacerdocio.

Bien entrada la noche y ya en los momentos finales de la celebración el padre Arturo hizo uso de la palabra para en un gesto de la gran modestia que lo caracteriza felicitar a todos los presentes porque a todos nos llega el amor de Dios.

Nos hizo un recuento de sus vivencias como estudiante y como sacerdote de tantos años, destacando el agradecimiento de su corazón hacia todos los que de una forma u otra incidieron en su formación como la señora Bernardina que le enseñó las primeras letras. Para sus padres, Ignacio e Idalia, dedicó hermosas palabras de agradecimiento así como para sus hermanas y hermano y para todos los que han compartido con él a través de los tantísimos años que lleva en esta comunidad, especialmente para Rosy y Alinita que han sido sus más cercanas colaboradoras.

Como colofón a tan linda ceremonia fue ofrecido un ágape a todos los presentes y en la casa cural, bellamente engalanada para la ocasión, se ofreció al clero y a los invitados especiales la merienda para que en un marco más estrecho compartiera con el padre Arturo.

En la parroquia se ha trabajado mucho para esta ocasión. Felicitamos de todo corazón a los integrantes de las comisiones creadas al efecto: liturgia, logística y ornamentación por el gran esfuerzo realizado y la dedicación con la que acogieron la misión. Un reconocimiento especialísimo para nuestro párroco, el padre Héctor, quien ha sido el artífice principal de la festividad.

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