Un llamado de amor y vocación a servir en el altar

Por: Erick F. Guevara Correo 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 14 de mayo de 2018 / En la mañana del sábado 12 de mayo del presente año se reunió en El Cobre el equipo de Pastoral Vocacional con el grupo de servidores del altar (monaguillos o acólitos), niños y adolescentes que han sido llamados a este servicio, para dar culmen al camino de preparación, que han vivido en varios encuentros en distintos escenarios de nuestra diócesis divididos en dos grandes grupos: los monaguillos de la ciudad y los de los municipios, animados por los integrantes del equipo diocesano de pastoral vocacional en todo momento.

Con alrededor de 70 servidores la mañana deparaba ser una jornada cargada de emociones y sorpresas que estuvo compuesta por varios momentos, que tuvo como plato fuerte la eucaristía presidida por Mons. Dionisio, arzobispo de nuestra arquidiócesis.

Estos niños y adolescentes se comprometieron a tomar con seriedad, responsabilidad el servicio que continuarán haciendo como acólitos en sus comunidades, dando buen ejemplo y testimonio de Jesucristo el hijo del Dios vivo, en sus familias, en la escuela, con sus amigos y en todo lugar. También a conocer mucho más a Jesús, amarlo con fidelidad y hacer de la eucaristía el centro de sus vidas, además realizarían su último encuentro formativo que tendría como tema una catequesis sobre la misa del Papa Francisco.

Hubo juegos litúrgicos como un ralling, una neurona intranquila que reafirmarían sus conocimientos como servidores del altar y hasta un sketch evangélico sobre la multiplicación de los peces y los panes que hicieron que estos muchachos dieran riendas sueltas a su imaginación y nos hicieran pasar un rato muy divertido pero con un buen mensaje cristiano.

Esperamos que el final de estos encuentros formativos por este curso, no signifique un punto final, sino que han comenzado un camino lleno de entrega amor y servicio que vivirán en sus comunidades y en nuestra diócesis. Termino como reza la oración que dio final a esta jornada.

Amigo Jesús:

Te agradezco el honor y la alegría que me das, al poder servir en el altar.

Concédeme el don de la piedad, la virtud de la pureza, y el conocimiento de la doctrina cristiana.

Aumenta mi fe en tu divina presencia en el altar, y motiva mi adoración sincera.

Haz que cada día sea mejor y sirva de buen ejemplo a los demás.

Bendice a todos los monaguillos y acólitos, para que ayuden al decoro de las celebraciones, y para que florezcan entre nosotros las vocaciones consagradas.

AMEN.

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