Por: P. Rogelio Dean Puerta, Párroco de Baire 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 13 de mayo de 2018 / La parroquia tiene que ser “casa” de los que en cada momento festivo, pudieran no encontrar razones aparentes para alegrarse. Por segundo año consecutivo los jóvenes de la parroquia de Baire aúnan esfuerzos con su párroco para convocar a fiesta a las madres en su día.

Convocamos de modo especial a aquellas que tienen a sus hijos lejos, a las que viven solas, a las ancianas aquejadas por la enfermedad, a las que han perdido a sus hijos, incluso a aquellas que ni tan siquiera tuvieron la oportunidad de tenerlos propios.

Ahora las tradicionales visitas al cementerio se tornan tan sólo “un momento de este día”, pues la Fe y la fraternidad impiden ahora que dolores innecesarios se prolonguen en una jornada donde el matiz debe estar en la “celebración de la Vida”. ¡Ese es el camino del cristiano!

Casi medio centenar de mujeres respondieron a la invitación juvenil dándose cita en la parroquia casi a media mañana. La alegría fue constante. Dinámicas e iniciativas llevaron a estas mujeres, lo mismo a participar en un “concurso de piernas con modelaje”, hasta la constitución de un “coro con sonidos de animales”. No faltó el baile, incluso a paso de ballet. Vino también el canto y la alabanza a ritmo movido.

Los jóvenes distribuyeron una cuidada merienda y una postal alegórica a cada mujer.

Pudimos reírnos de nosotros mismos y marcar una impronta de regocijo en mujeres que por encima de todo: gozan de vivir en familia entorno a un Dios que no quiere olvidar a nadie.