Fallece en Alcalá de Henares, Madrid, el P. Mariano Tomé Barrado sj.

Mariano Tomé s.j.  Foto E.M

Por: Mercedes Ferrera Angelo 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 11 de mayo de 2018 / Ayer en la tarde recibimos la noticia de la muerte, en Madrid, España, del P. Mariano Tomé Barrado, sj.  Para muchos, teniendo en cuenta la composición actual de nuestras comunidades, el nombre y la persona les resultarán totalmente desconocido. Mirando un poco atrás, haciendo historia en esta Iglesia santiaguera, es alguien cuyo paso entre nosotros no puede pasarse por alto. 

El Padre Tomé, como acostumbrábamos a llamarle, nació en Segovia, España, el 21 de septiembre de 1920 y entró en la compañía de Jesús cuando aún no había cumplido los veinte años, en abril de 1940.  Llegó a Cuba para hacer el noviciado y aquí permaneció entre 1941 y 1944. Volvió a España para realizar los estudios de Filosofía y luego regresa a Cuba en 1948.  A partir de entonces, puede decirse que compartió su ministerio entre Cuba y la República Dominicana. Para realizar los estudios de Teología fue enviado a Toronto, Canadá, en 1952. Fue ordenado sacerdote en la Capilla del Colegio de Belén de Marianao, La Habana, el 6 de junio de 1954.  Hasta aquí, pudieran parecer solo fechas, pero una mirada más cercana nos habla de un hombre que vivió 78 años en la Compañía de Jesús, y 63 de estos como sacerdote.

A Santiago de Cuba llegó, nombrado por el P. Pedro Arrupe, como Rector del Seminario San Basilio Magno en el año 1967, donde permanecería hasta 1971.  Y fue precisamente en este tiempo en el cual tuvo lugar el traslado de esta institución del Cobre a Santiago de Cuba, a la Iglesia de Ntra. Sra. De los Desamparados, donde aún permanece.   Luego de algunos años en la iglesia de Reina en La Habana, vuelve a Santiago de Cuba otra vez como Rector del Seminario San Basilio, donde permaneció entre 1974 y 1987. 

Durante todos estos años, muchos fueron los espacios y lugares por donde este hombre dejó algo más que un simple recuerdo.  El Seminario y los seminaristas fueron el centro de su atención.  Hizo mucho en favor de las vocaciones, creando grupos de animadores vocacionales que le acompañaban y ayudaban, y eso no solo en Santiago de Cuba.  Pero también se empeñó en trabajar por la pastoral en su conjunto; los jóvenes y la catequesis, también fueron parte de sus desvelos. 

Cercano y serio, pero con un refinado sentido del humor; austero, pero siempre atento a las necesidades materiales y espirituales de la gente que le rodeaba, fue un hombre que tuvo una mirada clara ante la realidad difícil y cambiante que se vivía.  Muchos fueron los lugares que conocieron de su andar, además de la capilla de Nuestra Señora de los Desamparados, trabajó mucho tiempo en la Sagrada Familia (Vista Alegre), San Luis Obispo (El Caney), San Vicente, y hasta las iglesias de Songo y La Maya, todos lugares atendidos en esos momentos por los padres jesuitas. Trabajó también en La Habana y Camagüey.  Desde julio de 2014, se encontraba residiendo en una enfermería en Alcalá de Henares, Madrid, España.

Ferviente mariano y uno de los entusiastas iniciadores de la peregrinación al Cobre desde las parroquias y comunidades santiagueras, durante la novena de la Virgen de la Caridad, el P. Tomé no perdía una oportunidad de regresar siempre que le fuera posible, con diversos grupos, y desde diversas partes del país, a la Casa de la Madre de todos los cubanos. Quiso Dios que ayer día 10 de mayo, cuando fue llamado a la casa del Padre, se cumpliera un aniversario más de la declaración de la Virgen de la Caridad como Patrona de Cuba. ¡Que feliz coincidencia! 

La Arquidiócesis de Santiago de Cuba da gracias a Dios por la vida del P. Mariano Tomé y por todos esos años que dedicó al trabajo en esta iglesia que peregrina en Cuba, y en particular en esta región oriental, siempre A Mayor Gloria de Dios.   

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