Por: Giovanna Tames Miraglia 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 6 de mayo de 2018 / Del pasado 1 al 4 de mayo se realizó en la Casa de Retiro y convivencias de El Cobre la Asamblea del Sector parroquial de la Sección de Cuba de la Compañía de Jesús, congregando una representación de todas las parroquias acompañadas por jesuitas en La Habana, Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba, para juntos buscar cómo renovar el impulso misionero.

Sacerdotes, religiosas y laicos representantes de los consejos pastorales de las comunidades de Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola (Reina, Hab.), San José (Camagüey), San Miguel Arcángel, (Juanelo, Hab.), Ntra. Señora de Monserrat (Cienfuegos), San Luis Obispo del Caney, Sagrada Familia, El Cristo y las casas de misión Camino de las Minas, La Tordera y Central Algodonal (Santiago) profundizamos cómo seguir la invitación a ser “iglesia en salida”.

Comenzamos haciendo una exposición por parroquias de lo hecho a partir de la Asamblea anterior, en el área de Pastoral Familiar. Luego, a la luz de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco “Evangelii Gaudium”, reflexionamos en cuatro direcciones:

¿Qué implica para una parroquia la pastoral misionera aplicada a nuestra realidad de Iglesia del siglo XXI?

¿Qué desafíos culturales presenta nuestra realidad cubana hoy, para llevar a cabo la pastoral misionera en nuestras parroquias?

¿Cómo nos invita el Señor a llevar a cabo la evangelización de nuestra cultura y de nuestras relaciones cotidianas?

¿Cómo prepararnos espiritualmente para llevar a cabo la pastoral misionera que deseamos realizar en nuestras parroquias?

Concluimos elaborando propuestas concretas que llevaremos a nuestras respectivas parroquias conjuntamente con un resumen de lo reflexionado en esta Asamblea para vivir más plenamente la conversión eclesial, afrontar los desafíos con más espiritualidad ignaciana y respaldar la pastoral misionera con mejor formación y discernimiento.

De manera general el encuentro estuvo caracterizado por la oración, la eucaristía y el compartir fraterno; estos fueron pilares para que, en compañía, nos proyectáramos para continuar trasmitiendo a nuestro pueblo cubano “la alegría del Evangelio”.