Por: María del Pilar Almeida

Foto: Anabel Rivero Almeida 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 28 de diciembre de 2017 / El hermoso plegable que nos fue entregado con motivo de la celebración de la Navidad nos conmina a Vivir la vida, acoger, compartir, dar y recibir porque la Navidad es un regalo, una ocasión única de abrir los ojos y el corazón, nos exhorta a no dejar que se apague la llama de la Navidad y la parroquia San Joaquín aceptando esos postulados ha celebrado de diferentes formas y maneras ese momento único, el momento que divide la historia en un antes y un después.

Niños, adolescentes, jóvenes y adultos se han reunido en las diferentes pastorales y grupos para celebrar el nacimiento del Divino Niño.

El 25 de diciembre sobre las 11 de la noche el templo de la parroquia resultó pequeño para que los fieles allí congregados celebráramos el cumpleaños de Jesús. Previo a la celebración de la Santa Misa los jóvenes en pequeñas escenas demostraron que los bailes, los adelantos tecnológicos o las bebidas no son las mejores opciones para llenar los corazones de felicidad pues esta sólo se alcanza cuando abrimos el corazón y dejamos entrar a Nuestro Señor.

En el padre Héctor, en la homilía nos mostró el camino a seguir para alcanzar la meta anhelada, que no tenemos que sentir ni miedo ni temor porque no estamos solos, porque este Niño que se nos ha dado ha nacido para nosotros, para que compartamos la alegría y demos a conocer al mundo la Buena Noticia de su nacimiento.

Ya en la madrugada los fieles entre villancicos y bailes degustamos un sabroso chocolate que acompañado de sabrosas galleticas calentó la fría noche sanluisera.

Por la mañana y después de concluida la Misa del Día comenzaron los preparativos de la tradicional obra de Navidad que cada año nos regalan los niños de la parroquia. Este año la obra no estuvo basada en un cuento infantil, sino que el momento de la creación, el relato de Adán y Eva y el propio nacimiento de Jesús fueron mostrándose al auditorio con un dominio de los textos y una limpia actuación que hasta los que vimos a esos niñas y niños en los ensayos nos quedamos asombrados. La obra llevó por título “Un mensaje de esperanza” y fue ligando los diferentes momentos con la conducción de dos hermosas niñas que hicieron de narradoras y de un buey y una mulita muy simpática que hicieron sonreír a muchos de los presentes con sus ocurrencias.

¡Felicidades, Jesús, la humanidad te agradece tu llegada a este mundo y está de fiesta en la aurora de nuestra salvación!