Servidores del altar de Dios

Servidores del altar de Dios

Por: Lázaro Iglesia Albiza

Seminarista de la diócesis de Santa Clara 

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 26 de noviembre de 2017 / El pasado 11 de noviembre se celebró el I Encuentro de Acólitos del periodo de formación 2017-2018. Esta vez fueron dos las sedes escogidas para dar inicio al nuevo ciclo: las parroquias de Santo Tomás y San Luis. Con una participación de 30 acólitos en la ciudad y 14 de los municipios, los monaguillos tuvieron oportunidad de hacer gala de lo aprendido en el periodo precedente. A través de la dinámica creada para la ocasión, La Neurona Intranquila del Acólito, aprendieron jugando y trabajando en equipo.

Luego de concluido el encuentro el padre José Manuel Hernández, párroco de Santo Tomás, agradeció a los presentes la celebración del 1er encuentro en su parroquia. Según testimonio de Geyder (acólito de Baire) el encuentro fue “bueno, (porque) recordamos conocimientos y nos gustó la neurona intranquila”, y Geovanis, de la misma parroquia, expresó con emoción que “no quitaría nada”, dando a entender que no sólo es un espacio formativo sino de encuentro y de caminar juntos en el camino de la fe. También se logró un primer contacto con los acompañantes de los acólitos para la creación de equipos vocacionales parroquiales.

En este período 2017-2018, el equipo de formación de acólitos de la pastoral vocacional está formado por: el padre Víctor, los seminaristas Sergio y Lázaro, la hermana Sandra (claretiana), Caridad Hourritinier (Kety), Celia, Susanita, Erick y el matrimonio compuesto por Marisol y Alberto de Santísima Trinidad, que en palabras llenas de agradecimiento, expresaron la riqueza presente en estos pequeños servidores del altar y lo maravilloso de la experiencia.

No obstante, persisten algunas dificultades que esperan ser sorteadas en breve con la ayuda de los responsables. En efecto, existen todavía parroquias que no envían a sus monaguillos a estos encuentros de capital importancia para realizar su servicio de forma correcta y para darles un seguimiento más adecuado.

El acompañamiento de los acólitos es una de las tareas específicas de la pastoral vocacional. Dios sigue regando a manos llenas la semilla de la vocación en su campo (la Iglesia), pero necesita las manos y el esfuerzo de acompañantes que hagan crecer esa semilla. Más de una historia vocacional sacerdotal ha comenzado precisamente siendo monaguillo, de ahí la importancia de esta labor y de acompañar estos gestos concretos con las oraciones de nuestros lectores.

Que Dios lleve a término la buena obra y regale a la iglesia santiaguera, santas y abundantes vocaciones sacerdotales y laicales.

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